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Los que seguimos el futbol femenil solemos decir que nuestra confederación es competitiva, y que está un escalón por debajo de la UEFA, sino es que está en el mismo peldaño. Lo hacemos como una especie de vanagloria, después de la marcada distancia que Concacaf está en futbol varonil con respecto a Europa y Sudamérica.

Sin embargo, habían razones de peso para reforzar este argumento. Estados Unidos era la vigente campeona del mundo, y Canadá todavía tiene la medalla de oro obtenida en Tokio. Si colocamos en segundo lugar a la Concacaf era debido a la cantidad de selecciones top en Europa con respecto a otras: Inglaterra, Francia, Alemania, España, las tres escandinavas, Países Bajos… Asia también va hacia la puja por la cima, y aun así el binomio norteamericano a priori era capaz de poner tierra de por medio respecto a Japón y Australia.

En lo que estábamos de acuerdo era que Concacaf superaba a Conmebol; prueba de ello es que las representantes de Centroamérica y Caribe arrebataron en ambos casos el boleto en repechaje a Sudamérica. Fueron la segunda confederación en cuanto a presencia de equipos; estaba empatada con Asia, pero tomemos en cuenta que una de las coanfitrionas (Australia) eran de la AFC, aunque culturalmente sea quien lleve la batuta en Oceanía junto con Nueva Zelanda.

Este era nuestro pensar… hasta que comenzó el mundial en Australia y Nueva Zelanda. Se esperaba que tal vez cayeran tres o cuatro selecciones en fase de grupos, pero que Estados Unidos y Canadá sacaran la casta por la confederación y llegaran cuando menos a cuartos de final. Después nos despertamos con la noticia de que por primera vez en un mundial no habrá representante de Concacaf en cuartos de final. Echemos un vistazo al papel de cada representante, vayamos de menor a mayor tomando como base su participación:

  • Costa Rica tuvo la participación más gris de Concacaf. En parte venía desde situaciones en vestidor, y en parte las ticas habían caído en un grupo con dos ‘trabucos’ como España y Japón, pero en los partidos ante ambas los derrumbes en cinco minutos les costó quedar fuera del mundial. Por una parte, era lo esperado, pero no metieron ni las manos con Zambia.
  • Haití apeló al orden defensivo y a una avanzada localizada en el futbol francés. Ya sabes, cuestiones del colonialismo. Con selecciones históricas en su grupo hicieron lo que estaba en sus manos y seguro estuvieron orgullosas de competir hasta donde pudieron, si bien no lograron cosechar puntos. Para una selección debutante, tuvieron un papel aceptable. Tienen buenas sensaciones para un futuro.
  • Se esperaba también que Panamá quedara fuera, pero coloco un peldaño arriba a Haití por la valentía de enfrentar a Francia y salir sin miedo a jugar ya eliminadas. El gol de una histórica como Marta Cox no fue solamente el estreno panameño en la historia del mundial, sino un contendiente al premio Puskas. Otro equipo con cero puntos, pero con gran alegría para jugar, por muchos goles que reciban.
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  • El pecado de las canadienses fue no poder triunfar ante Nigeria, con un penal fallado de Sinclair incluido. Vinieron de atrás para superar a una selección rocosa como Irlanda. Ello las metió en una presión para afrontar el partido decisivo contra Australia, y sucumbieron de fea forma. Parece que llegó el momento del recambio generacional, y ahora deberán pelear con toda la incertidumbre el play-out para tener derecho a defender su medalla de oro.
  • El caso de Estados Unidos es el acabose a un caótico periodo de transición, más una dirección técnica cuestionable encarnada en Vlatko Andonovski (quién ya fue despedido). Las señales estaban ahí desde la Copa Oro femenil en Monterrey. Las victorias ya no tenían ese componente avasallador, esa generación dorada de Rapinoe, O’Hara, Ertz, Dunn y Morgan estaba en horas extra, y comenzamos a ver que eran humanas también. El grupo en el que estuvieron no era sencillo, y de hecho tuvieron bastante suerte contra Portugal. Eso les costó salir contra Suecia… por más empeño que pusieron, no lograron marcar un gol en más de 270 minutos. Caer de esa manera en penales fue muy cruel, hay que aceptarlo.
  • Puedo decir que Jamaica tuvo el pasaje más luminoso de Concacaf en este mundial. Mantener a raya a dos candidatas como Francia y la Brasil de Pia Sundhage tiene todo el mérito que se pueda imaginar, más cuando tuvieron que recurrir al crowdfunding ante el riesgo latente de no poder viajar a tierras australes. Eliminar a las amazónicas ha sido un batacazo en toda regla y les tocó quedar eliminados en el duelo de los caballos negros ante las colombianas. Son dos mundiales que han manifestado un crecimiento sostenido. Su siguiente compromiso es el play-out para París 2024, y con lo ganado pueden aspirar a lo lejos, y dejar fuera a las todavía campeonas olímpicas, cómo no.

Al analizar los casos individuales, es válido blandir la hipótesis de que el pasado mundial es el inicio de una nueva era en la jerarquía mundial. Estados Unidos sigue siendo la pieza angular del desarrollo del futbol femenil, pero lamentablemente para ellas han acabado los días donde solamente podían ganar con el sistema universitario de NCAA.

En menor medida Canadá entra en esto, al tener su sistema deportivo engranado en el norteamericano. Esto es consecuencia de que países donde la práctica del futbol femenil es superior ya se han puesto manos a la obra y esa distancia se ha salvado, y ahora han rebasado.

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Concacaf había mostrado cosas interesantes desde el premundial, con el asalto de programas caribeños como Haití y Jamaica, dejando en el fondo a México con su liga prometedora en el futbol femenil, y la irrupción de Centroamérica. Eso sí, nos olvidamos que las otras regiones también se han puesto a trabajar y los cambios ya son generales.

Más que una confirmación del poderío de Europa, Asia ahora es fue la más beneficiada, con un tremendo equipo como las japonesas y Australia aprovechando su oportunidad llegando hasta semifinales. También hay que hacer notar el crecimiento de África. Fueron cuatro equipos, pero tres pasaron a octavos, cuando se esperaba solamente a una en el mejor de los casos (Sudáfrica).

La pregunta que ahora tenemos es sobre el futuro del futbol femenil en 2027. No tenemos mucho material para hacer conjeturas, pero son tiempos fascinantes para atestiguar el crecimiento del futbol femenil. Estemos atentos a lo que suceda en este cuatrienio. ¿Qué nos esperará? ¿Podremos tener una evolución táctica, fisioterapéutica, logística y de juego en el futbol femenil? No hay una respuesta correcta o equivocada.

Por Sebastián Alarcón / @AlarSebas

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