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Futbol femenino en Rusia

En Europa se habla del crecimiento del futbol femenino. Ligas como la española, holandesa, francesa e inglesa ya muestran una curva de crecimiento en términos deportivos y, sobre todo, en aficionados, pero ¿qué pasa en Rusia?

De acuerdo con Boris Yegorov, una de las más grandes tareas que tiene el futbol femenino en este país es la de superar el escepticismo de la sociedad, y, por lo tanto, la desconfianza financiera de los clubes rusos.

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Nacimiento del futbol femenino en Rusia

En el siglo pasado, como ocurrió en el resto del mundo, el futbol femenino fue prohibido por el gobierno a considerarlo perjudicial para la salud de las mujeres. Aunque el futbol femenino en Rusia tuvo su silbatazo inicial en 1990 con el nacimiento de la selección de la URSS, desde 1911 se dio el primer indicio con el partido entre los equipos «Pushkino» (por cierto, el más popular de la Rusia zarista, además de que contaba con mayor infraestructura) y «Petrovsko Razumovskoye«. El equipo de Pushkino ganó.

Paradójicamente, después la Revolución Rusa, aun con los ideales de emancipación e igualdad de los derechos mujeres y hombres, el futbol no fue un deporte para todos. El futbol femenino fue considerado un deporte amateur, a diferencia de su similar varonil, el cual fue parte de la propaganda del estado soviético.

Con la ola del feminismo de finales de la década 1960, el futbol femenino soviético tuvo un chispazo para poder resurgir. Tras la celebración de los primeros mundiales femeninos, el estado soviético levantó la prohibición y las mujeres pudieron entrenar a la par de los hombres.

¿Cómo reaccionó la población ante los primeros torneos?

Esto se vio reflejado en 1972, cuando se realizaron algunos torneos como la Copa Valentina Tereshkova. En dicha competición, participaron equipos moscovitas y de otras regiones de lo que hoy conocemos como Ucrania y Lituania. El torneo llamó la atención del público y las localidades del estadio Torpedo se abarrotaron.

Sin embargo, las aversiones no se hicieron esperar. Sectores de la sociedad cuestionaron la participación de las mujeres en el terreno de juego. Lo consideraron antinatural. «Fue extraño mirar a las jugadoras de fútbol: una tiene un lazo blanco en la cabeza, la otra tiene un lazo rojo, la tercera tiene una trenza que llega hasta la cintura y la cuarta corre alrededor del campo, como una bruja. Una pelota golpeó la parte inferior del abdomen, la otra cayó para proteger el cofre. ¿Qué pasa si una niña atleta no puede ser madre? Puede resultar que el amor y la felicidad familiar desaparezcan de ella”, escribió Azovkabel Berdyansk Velichko en una carta enviada a la revista médica «Salud». La carta fue publicada con el título «¿Mujer en el campo de fútbol? ¡Antinatural!»

Por otra parte, la jefa de la Federación de Medicina del Deporte de la URSS, doctora en ciencias médicas, Nina Graevskaya, replicó: “Cultivar el fútbol femenino no es práctico. El corazón de una mujer es más pequeño que el de un hombre, el sistema nervioso de una mujer se caracteriza por una mayor excitabilidad y reactividad”.

Además, argumentó que, con la práctica del futbol femenino, se ponía en riesgo el tamaño de los huesos, la movilidad de la columna vertebral, el tamaño de la pelvis y las articulaciones. Así, en esta década, el Comité Estatal de Deportes de la URSS prohibió el futbol femenino, así como al boxeo y la lucha libre, bajo el argumento de daño a la salud de las mujeres.

Esto se ve reflejado en los pocos espacios que hay para que las niñas puedan practicarlo. Existen 30 mil mujeres que juegan futbol en Rusia, de las cuales solo 200 lo hacen de forma profesional, en solo ocho equipos. Dicha cifra no es proporcional al tamaño del país.

El surgimiento de las selección en la URSS y después de la URSS

Una década después, la periodista checoslovaca Olga Chemrakova propuso conformar a un equipo de la URSS a un torneo local llamado Mlady Svet. La convocatoria fue publicada en el semanario soviético Sobesednik. En la competencia participaron ocho equipos que viajaron a República Checa. Este torneo fue un ensayo de campeonato de fútbol femenino de la URSS.

Al final de la Unión Soviética, gracias al entrenador Oleg Lapshin se conformó la primera selección femenina. Tuvo su debut el 26 de marzo de 1990 ante Bulgaria, partido que ganó 4-1, gracias a los goles de Tatyana Verezubova (del FC Energy Voronezh, equipo soviético creado en 1989) y de Irina Gnutova, El equipo disputó 46 partidos, con 11 victorias a favor.

La posterior caída de la URSS significó un peligro para esta selección. Muchas de las jugadoras se quedaron sin equipo o bien, adoptaron una nueva nacionalidad, con sus respectivas vicisitudes. Fue hasta 1992 cuando hubo una estabilización de la Selección Femenina rusa, así, debutaron con un empate a ceros ante su similar de Hungría. En 1997 tuvieron su primera participación en el Campeonato Europeo de la especialidad, donde se quedaron en segunda ronda.

Esta selección ha clasificado en dos ocasiones a la Copa del Mundo (1999 y 2003), en las cuales ha alcanzado la fase de Cuartos de Final.

Como en muchos casos, el futbol femenino en Rusia es un motor que cuestiona los roles de género, en especial los de la feminidad. Si bien hay interés de las mujeres por involucrarse más en el futbol, aficionadas reconocen que no hay una cobertura equitativa.

Creo que todos tienen el derecho de jugar futbol, pero el futbol femenino tiene muy poca cobertura. Yo veo muchos anuncios de equipos masculinos, pero no sé nada acerca los equipos femeninos. La verdad, hay poco apoyo a ellos. Incluso, en la publicidad puedes ver que hay jugadores de los equipos varoniles, pero nadie conoce a las jugadoras”, dice Elizaveta Polyanichko, aficionada del Zenit de San Petersburgo. Asegura que aún impera el pensamiento de que es inusual ver jugar a las mujeres jugar futbol.

Esto se ve reflejado en los pocos espacios que hay para que las niñas puedan practicarlo. Según cifras de Anna Kozhikova, seleccionada nacional, en entrevista para el portal Rusia Beyond, existen 30 mil mujeres que juegan futbol en Rusia, de las cuales solo 200 lo hacen de forma profesional, en solo ocho equipos. Dicha cifra no es proporcional al tamaño del país.

¿Qué se necesita para que el futbol femenino crezca en Rusia? La lucha, en definitiva, no es monetaria, sino cultural. Y esta batalla, para quienes la hemos luchado, llevará tiempo, pero se logrará.

Por: Georgina Larruz Jiménez | @LarruzMG

*Con información de Russia Beyond y Lenta.Ru

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