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El 3 de marzo del año pasado, la Federación Española de Futbol y La Liga anunciaron la llegada del VAR a los campos españoles, esto luego de que varias ligas a nivel mundial ya lo hubiesen implementado, como el caso de la Serie A (Italia) o la Bundesliga (Alemania). Por su parte, otra de las grandes ligas del mundo, la Premier Ligue, ha anunciado que será hasta la siguiente temporada (2019-2020) que el sistema será implementado en el máximo circuito inglés, pero ya prueba la FA Cup. A casi todos los lugares a los que ha llegado la nueva tecnología, no ha estado exenta de críticas. Para muestra un botón.

Según números de Carlos Vellasco Carballo (presidente del Comité Técnico de Árbitros), la aparición de este dispositivo arbitral a ayudado a reducir los errores en el campo de juego a casi 1, 76% en La Liga. Además de esto han podido corregir 22 situaciones de fuera de juego que terminaron en gol. En conclusión, este quince de enero el VAR fue evaluado con un saldo positivo en La Liga, aún a pesar de las polémicas que se han desatado.

El fin de semana pasado, el Real Madrid enfrentó a la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu y las dificultades con las que se encontró fueron mayores a las que seguramente esperaban; los del País Vasco se fueron adelante en el marcador gracias a un penal marcado en el minuto tres del encuentro. A partir de este momento los merengues tuvieron que nadar contra corriente buscando, por lo menos, la igualada. Las cosas no mejorarían para el Madrid ya que en el minuto 61, Lucas Vázquez se fue expulsado luego de ver su segunda amarilla.

Con todo este escenario de desesperación, el Real Madrid de Solari se vio afectado por un penal no marcado luego de que el portero de la Real Sociedad se lanzará a los pies de Vinicius Jr. sin siquiera tocar el esférico. Después, los visitantes convertirían un gol más terminando de hundir a los actuales campeones de la UEFA Champions League.

Tanto los jugadores del conjunto merengue como el entorno del equipo, señalaron a un culpable inmediatamente: El VAR (Video Assistant Referees). El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, aseguró que “lo de hoy es para echarse las manos a la cabeza y da qué pensar”, mientras que el croata Luka Modric aseveró que “en España estamos confundidos con el VAR”, dejando claro que para ellos el sistema de apoyo del árbitro los ha perjudicado. Como si al ambiente le hiciesen falta elementos, en internet se ha hecho eco de un video donde aparece el árbitro del encuentro, Munuera Montero, celebrando un gol contra los merengues, cuando revisaba el VAR en Ipurua, hace algunos ayeres.

Y es que si bien es claro que no se puede culpar de la crisis que atraviesan los merengues al arbitraje, lo cierto es que de haberse revisado los resultados podrían ser distintos y el Madrid no estaría en el filo de perder su participación en la siguiente Champions.

Esta nueva tecnología ha causado recelo entre los aficionados de todo el mundo desde que se planteó su ingreso en el futbol (de la mano de Gianni Infantino en el 2016), y si bien hay múltiples deportes en los que su uso no solamente es extendido, sino que ha llegado a ser parte medular de ellos (como el tenis o el americano), en el mundo del futbol la polémica que ha despertado es inusitada. En un primer momento se abogó que ese tipo de cortes al juego harían que su ritmo fuese menos fluido, arrebatando uno de sus mayores atractivos, mientras que otros aducían razones más románticas: el juego de balón es humano y como tal tiene cabida para los errores, tanto entre los jugadores como en los árbitros.

Por su parte, los defensores de este sistema suelen jugar una única (pero poderosa) carta: la justicia. Para ellos, lo que hace el VAR es terminar con las malas desiciones que pueden llegar a tomar los árbitros. Lo que buscan es que la máquina (el video y un equipo revisando) logre llegar a los huecos donde muchas veces la capacidad humana sola no puede arribar.

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¿Cómo funcionar el VAR?

La FIFA en su página afirma que el VAR puede ser usado en cuatro situaciones (tres de ellas pueden cambiar el ritmo del partido de manera radical, según informan): La primera es para determinar si ha habido alguna situación que impida que un gol sea marcado como tal, la segunda es para evitar errores al momento de decidir si existen motivos para marcar un penal y en tercer lugar es para eludir errores respecto a una expulsión. Por último, se debe usar para que no exista confusión de identidad al momento de amonestar a algún jugador.

Con esto lo que sucede es que primero debe haber una incidencia, una jugada sospechosa. Ante lo que el árbitro puede solicitar auxilio o los asistentes pueden sugerir una revisión de la jugada. Por último, el árbitro puede revisar el video en un dispositivo ubicado a un lado de la cancha y tomar una decisión .

Sin embargo, justamente uno de los factores que más problema genera es la parte humana de este mecanismo que pareciera estar condenado al error. Hay jugadas o momentos que simplemente no pueden interpretar una maquina (por lo menos no hasta el momento), ¿cómo puede saber si la mano fue intencional o no? ¿Puede interpretar si un jugador hizo por el balón al momento de marcar un fuera de juego? ¿Le es posible saber si alguien ha fingido una falta? Gran parte del trabajo arbitral continúa siendo interpretativo y ese es el intersticio por el que se filtran las polémicas.

Hay adiciones tecnológicas que han suscitado menos escándalo justamente porque no necesitan del factor humano, como por ejemplo el sistema de detección automática de goles que le informa a los árbitros si el esférico logró cruzar en su totalidad la línea de meta. Cuando el balón logra pasar esa frontera una señal es enviada al reloj del árbitro central (en menos de un segundo), lo que solamente le confirma si es o no gol. Esta implementación es binaria, ha sido gol o no, el silbante no se ve en la necesidad de intentar meterse en la cabeza de nadie para conocer sus intenciones, simplemente confirma y listo. Pero el futbol se trata de mucho más que eso y es ahí donde los colegiados sufren, porque su labor es la de ser jueces y verdugos respecto a casos que, hasta el momento, ni la tecnología los puede auxiliar.

 

Por: Alberto Román/@AlbertoRomanGar

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