Scroll Top
juan-carlos

Juan Carlos Valerón fue un jugador peculiar. Su cuerpo espigado  (1.88 m.) podrían hacer pensar que poca habilidad había en sus pies, en cambio, sobraba genialidad; sin olvidarnos de esa eterna sonrisa suya que parecía permanente, pero, sobre todo, transpiraba una pasión por el balón como pocos. El Flaco dejó huella en cada campo que pisó y claro, cómo olvidar que fue piedra angular de aquel Súper Depor.

El día a día siempre fue futbol

Todo comenzó en Arguineguín, Gran Canaria. Juan Carlos Valerón nació el 17 de junio de 1975. Es el menor de seis hermanos, mismos que ya habían encontrado en el balón un mundo nuevo, y para Juan Carlos no fue diferente. Sobre todo, siguió la estela de sus hermanos Pedro y Miguel Ángel, que ya jugaban en el equipo del pueblo, Unión Deportiva Las Palmas.

A los 16 años de edad se integró al C.D. Arguineguín, equipo filial de Las Palmas en la Tercera División Española. Ya jugaba como volante y para ese entonces también dejaba claro que era dueño de una técnica envidiable. De hecho, fue precisamente eso lo que ayudó a que los directivos apostaran más por sus condiciones de juego que por su físico, pues era un futbolista demasiado delgado.

Para ese entonces, Juan Carlos no recibía dinero por parte de la filial. Las cosas de pronto se complicaron en su casa, pues su papá falleció. Tanto él como su mamá sobrevivían con la pensión del trabajo del señor Valerón. Así que Juan Carlos se empeñó en brillar aún más en Arguineguín y recibir un contrato.

Hasta que un día por fin recibió su primer pago: 70 mil pesetas. ¿Y qué hizo Valerón? Fue con su mamá, Doña Prudencia Santana, y le entregó el dinero. -No Juan Carlos, éstas son para ti. Necesitas comprarte ropa, necesitas comprarte tus botas. -No mamá, primero eres tú.

Correr con el balón 

En poco tiempo, Juan Carlos dio el salto al primer equipo del Arguineguín. Debutó en Segunda División con Las Palmas en la temporada 1995-96, tenía tan solo 20 años de edad. Sus asistencias de ensueño, así como dribles imposibles llamaron la atención de todos, imposible no voltear a verlo. En 1997, el Mallorca pagó por él, por un futbolista que nunca había jugado en Primera División. 

La joya canaria se convirtió en piedra angular del esquema del técnico Héctor Cúper. La campaña del Mallorca es espectacular. Terminaron en la quinta posición de la Liga 1997/98 y llegaron a la final de la Copa del Rey, en la cual cayeron en ronda de penaltis ante el Barcelona de Van Gaal.

Tan solo una temporada bastó en Primera, para que un gigante del futbol español también lo deseara. En 1998-98 llegó al Atlético de Madrid, precisamente en la misma campaña en la que arribó el mítico timonel Arrigo Sacchi. El sueño de Valerón con el balón era una realidad.

“Juan Carlos hace ver el futbol más sencillo de lo que es”. (Arrigo Sacchi)

Su juego se caracterizó por crear oportunidades claras para que sus compañeros anotaran, es decir, Valerón fue un futbolista que daba el pase-gol. A esto se sumaba que sus piernas podrían ser confundidas con tentáculos, pues con ellas realizaba dribles que resultaban imposibles, movimientos que solo alguien con una flexibilidad in extremis podía lograr. 

Sin embargo, ni siquiera sus virtudes permitieron evitar la caída de su equipo a la Segunda División (1999-00). Sin embargo, y a pesar del mal sabor de boca, su juego colectivo y distinción individual sobre el campo le permitieron ser fichado, precisamente, por el equipo que fue campeón de la Liga en aquella campaña en que su equipo se hundió: el Deportivo de La Coruña.

El Súper Depor

Las condiciones futbolísticas del Flaco eran claras, por lo que el Depor se hizo de sus servicios para que fuera la banca de Djalminha. Sin embargo, Valerón terminó siendo titular. Es aquí, donde el canario terminaría por demostrar que, así como su infinita sonrisa, su futbol tampoco parecía encontrar fin.

En su primera temporada con el Depor  supera los registros que el año anterior le valieron al club para lograr el título, pero en esta ocasión solo le alcanza para obtener el subcampeonato tras el Real Madrid. 

En la Champions es el sorprendente Leeds United el que termina con su camino europeo en cuartos de final. Aunque el cuadro gallego vuelve a tocar el cielo cuando le gana la Copa del Rey de 2002 en el Santiago Bernabéu al Real Madrid (1-2) en el histórico Centenariazo,  noche en la que Valerón desparramó todo su talento.

Tampoco podemos olvidarnos cuando en la campaña 2003-04, el Súper Depor eliminó en cuartos de final al imbatible Milan con 4-0 en Riazor que sirvió para remontar un 4-1 de San Siro. Y como favorito se instaló en las semifinales de la Champions League, en las que cayó eliminado por el Oporto de Mourinho por un marcador global de 1-0. A pesar de esto, el gran equipo que Valerón ensambló con jugadores como Molina, Naybet, Romero, Capdevila, Fran, Djalminha, Luque, Tristán, entre otros, pasará a la historia como una revolución futbolística. 

Leyenda de Riazor

El Deportivo La Coruña había pisado con fuerza España y Europa, por lo que resultó impensable su descenso en la temporada 2011-12. ¿Qué hizo Valerón? A pesar de tener ofertas para irse a un equipo que sí jugaría en la máxima categoría española, se quedó. y además, dejó una frase para la posteridad:

“Te aseguro que el año que viene vamos a devolver al equipo a donde se merece”.

Y así fue, tan solo una campaña después, el Depor regresó. Es en esos momentos donde ocurre uno de los momentos más complicados para la carrera de Valerón: una lesión de ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda. De hecho, recibió tres cirugías debido a esto, pues las recaídas resultaron inevitables. Pero como siempre, Valerón fue positivo y tajante ante su posible retiro debido a esta lesión:

“No pasa nada, solo es futbol”.

Su última campaña jugando para La Coruña fue en el 2012-13. Parecía que su despedida del futbol profesional era inminente, pero entonces apareció alguien a quien Valerón conocía bien: Las Palmas, equipo que en ese momento militaba en la Segunda División. Con los canarios firmó por una temporada con opción a otra. ¿El resultado? Consiguieron el ascenso. Juan Carlos Valerón, el Flaco, se retiró como futbolista profesional el 8 de mayo del 2016. 

Leer más: Cafú: virtud defensiva y vocación ofensiva

 

Por: Ricardo Olín García / @ricardo_olin

Entradas relacionadas