Scroll Top
Xavi Hernández

Los genios son aquellos seres humanos que construyen cosas inmensas y magnánimas sin darse cuenta y sin pensarlo mucho; lo crean cotidianamente, en la rutina que fluye. No saben hacer otra cosa y no necesitan saber hacer más, pues eso que hacen lo hacen perfecto. Que el lector me perdone una confesión personal pero siempre que vi jugar a Xavi Hernández pensé en mi abuela y en sus horas gastadas tejiendo. Sentada en el sofá, teje mientras ve la televisión, lee o mantiene una conversación, y después de un largo tiempo, la prenda queda lista y ella la mira con una ligera sonrisa y con cierta indiferencia. Para ella es normal terminar bien, que la prenda quede perfecta y sin errores para ser usada.

Xavi Hernández es uno de los pocos de los cuales se puede decir que es un genio del futbol. En una ocasión lo entrevistaron y afirmó que «odia más perder un balón que fallar un gol». Para él, a diferencia de la mayoría, es más importante la posesión y la construcción metódica del juego que los goles, pues sabe que con lo primero llega fácilmente lo segundo; sabe, como mi abuela, que el tejido y su tiempo es más importante que la prenda; ella sólo es el resultado, mientras que lo otro es el proceso, el trabajo, el esfuerzo.

Te puede interesar: Salvador Dalí, el portero más surrealista

Ver jugar a Xavi era como escuchar a Beethoven. Que el balón corra, que transite, que dentro del juego brote un ritmo que vaya en ascenso, que las escalas comiencen a subir… Lentamente, lentamente… pase a la banda y de nuevo al centro, a la otra banda, con calma, que lo bello requiere tiempo para formarse y para apreciarse… ahí. Se abre un silencio, un espacio, un hueco donde la nota y el pase solo los tiene que trazar el que capta la armonía con serenidad. Ahí, pase filtrado en medio de 8 piernas para dejar solo al compañero. No, al genio, como dije al principio, no le llama el premio, no le motiva el gol; él es un obsesionado de las formas, de los trazos, de la creación.

Confieso que casi siempre que juego futbol quiero jugar como él, imitar sus formas, su serenidad y su tranquilidad. Me inspira, sobre todo, confianza. No, él no va a perder la de gajos, nunca la va a tratar mal. Pienso que hay tres jugadas que ilustraron su grandeza en el campo. No las puedo dejar de ver, de considerarlas bellas y completamente efectivas.

1. Su capacidad de retención del balón. La mayoría de las jugadas que trascienden pasaban por sus botines. Toca, toca y vuelve a tocar. Va la banda, se bota y devuelve rápido y siempre da con ventaja el pase, facilitándole la jugada al compañero. Pocos entienden que el jugador que más retiene la pelota es el que juega más fácil y se desprende más rápido de ella, no el que no la suelta, sino el que con dos toques la presta y en menos de 20 segundos la tendrá de vuelta y con una mejor posición.

Lee más: Víctor Valdés y la libertad bajo los tres palos

2. Pase filtrado. Para dar un buen pase filtrado se requieren, principalmente, dos cosas: conocimiento del tiempo-espacio (para dejar al compañero en buena posición frente al ataque) y una excelente técnica de toque. El pase filtrado es la mejor expresión de que el jugador (y la persona) que mejor piensa es aquella que piensa para los otros y no tanto para él.

3. La vuelta sobre sí mismo con el balón. Girando sobre su propio eje, sea acarreando el balón con la parte interna del pie o con la externa (para adentro o para afuera), era prácticamente imposible quitarle el balón sin hacerle falta, es una gran forma de proteger y de salir de aprietos con el balón controlado, pues el rival no sabe para qué lado girará.

Tres formas que todos le vimos y disfrutamos. En pocas palabras y haciendo el mejor halago que puede recibir un jugador: Xavi Hernández es ese futbolista con el que todos quisiéramos jugar, porque siempre nos haría ver bien, nos arregla la plana; nos facilita la existencia.

Gracias Xavi por enseñar que siempre lo más importante son las ideas, que de ellas cuelga el mundo y el partido; gracias por enseñarme que aunque el futbol se haga cada día un deporte más atlético, una competencia de fuerza y velocidad, la inteligencia es la herramienta más poderosa de todas. ¡Gracias por mostrar que existen futbolistas con mucho cerebro! Alguien que piensa tan rápido no puede ser un idiota.

Gracias por devolverme la fe en el futbol bello y efectivo, en sacarme muchas sonrisas cuando metiste pases donde no existían espacios. El futbol que jugaste es la máxima expresión de elegancia y de finura. Eres un afinado motor con un lúcido cerebro. Gracias por tu carrera, eres el mejor jugador español de todos los tiempos, el futbol te está eternamente agradecido.

Por: Diego Andrade / @diego_a72

Entradas relacionadas