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Ansu Fati y Haaland

No es descabellado comparar el mundo del futbol con un baile profesional, de esos que transmiten en la televisión y tienen como protagonistas a parejas exclusivas, que con su impecable elegancia alimentan el clamor del público. Esos movimientos distinguidos, los cuales le dan credibilidad a los aplausos emitidos desde una computadora y los gestos que cuentan una historia al ritmo musical de cualquier cantidad de géneros; merengue, salsa, tango, flamenco. 

Hoy los bailarines que están sobre la tarima iluminada del futbol son Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Y si bien la canción está en sus últimos segundos y la coreografía cuenta sus últimos pasos, tras bambalinas ya está la próxima pareja en saltar al escenario; Ansu Fati y Erling Haaland, dos jovencitos insurgentes que quieren, con métodos postmodernos, mejorar la experiencia de los comensales y hacer saltar por los aires el sudor de novios y novias que se atrevan a seguirlos en la danza. La presente pareja, entre argentino y portugués, ya bajó el ritmo de su aparición en cámara. 

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El presentador, con corbatín oscuro y guion en mano, anuncia a los nuevos bailarines. Su canción, un híbrido entre electrónica europea y tonos africanos dignos de Guinea-Bissau. Los dos jóvenes, uno de 17 y el otro de 20 entran al espacio designado con una pequeña sincronía, simpatizando con los espectadores y dejando ver un poco de esa magia artística. La luz se apaga, el silencio aturde los oídos y una voz menciona: “Con ustedes, señoras y señores, los próximos mejores jugadores del mundo. Ansu Fati y Erling Haaland. Un aplauso para ellos”. 

Una pareja como la presente

Dicen los vividos y experimentados que nunca ocurrió algo igual en el futbol. Hablo de la existencia de una pareja de mejores jugadores del mundo, tal como pasa con Messi y CR7. Siempre, hasta 2004, los mejores eran dueños de su momento, sin ningún otro en competencia; Alfredo Di Stéfano, Pelé, Maradona, ¿Ronaldinho? Cada uno por separado. Tal vez se concretó la utopía de unir dos fenómenos en una misma generación, compartiéndose entre ambos los elogios, los galardones, los campeonatos y los adeptos. Aun así, no es la última vez que ocurrirá. Tampoco será muy demorado volverlo a ver. Ansu Fati y Erling Haaland serán la nueva pareja de mejores futbolistas planetarios. De manera contemporánea y continua. Eso sí, habrá que esperar a que los actuales cedan el lugar.

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Si bien cada gol que marcan está bajo el rótulo de “juveniles”, las condiciones que han demostrado abren la posibilidad casi segura del brillante futuro que los espera. Hoy son los prospectos más importantes en sus respectivos equipos, Ansu Fati en Barcelona y Erling Haaland en Borussia Dortmund, además que contar con datos que respaldan ese corto trasegar. Eso sí, un jugador no es mejor del mundo hasta que ese calificativo se vuelve masivo, pero los antecedentes aumentan un camino de éxito.

Curiosamente, ambos jugadores están ligados a la pareja actual. Tal como si se tratara de un acompañamiento hasta la cúspide, ya sea de manera directa o indirecta. Ansu Fati cada día crece junto a Lionel Messi en el conjunto Blaugrana, con clases de confianza, carácter y premisas a la hora de ser el número uno. También pasa con el noruego goleador, que aunque no se ha topado con Cristiano Ronaldo, siempre lo ha tenido como referencia. Incluso, su padre Alf Inge, ex jugador de Leeds manifestó en algún momento que: “Se alimenta al máximo nivel porque cree que si Ronaldo a sus 35 años sigue al máximo nivel, él también lo puede lograr”, hablando acerca de su hijo. 

Los números de respaldo

Erling Haaland es el mayor de la pareja. Tiene 20 años (2000) y debutó por allá en 2016 con el Bryne F.K. de su país. Después, con el Molde F.K., y siendo dirigido por el histórico Ole Gunnar Solskjær, alcanzó 20 goles en 50 apariciones sin llegar a los 18 años de edad. Eso sí, no fue hasta 2019 que tomó espacio en periódicos internacionales cuando marcó nueve goles en un solo partido, enfrentándose a Honduras en el Mundial Sub-20. En RB Salzburgo de Austria marcó 29 goles en 27 partidos jugados, sacando ventaja como goleador de la Champions League 19-20, añadiéndole los 21 goles en 23 partidos con su actual escuadra Borussia Dortmund. 

En total, Haaland ha convertido 70 goles en 116 partidos como futbolista profesional, sin ser incluso un jugador mayor. Su letalidad frente al arco, sus numerosas anotaciones cada compromiso y su madurez apresurada lo ponen en ventaja frente a otros killer de área que lo observan desde abajo. También hay que añadir que la camiseta de sus equipos no ha sido objeto de presión para él, ni en Austria ni en Alemania. Ha encajado como todo un veterano ya figurado. Su potencial no ha llegado al máximo, pero ha demostrado que su capacidad está por encima de lo que todos han visto hasta el momento. Un goleador de grandes magnitudes. 

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Literalmente, su idilio con el gol apenas está empezando. Me emociono cuando pienso cuántos goles tendrá este crack nórdico en unos cinco o seis años, si hoy, siendo un Sub-20 ya es el jugador trascendental en el segundo equipo más ganador de la Bundesliga. Incluso, creería que a su edad y viendo su impresionante efectividad con las redes, podría ser el delantero estrella de cualquier otro grande. Es impresionante, y para ser el mejor del mundo hay que hacer cosas que impresionen. Además, si no quiere cambiar de escudo, puede ser el mejor de Europa, igual a lo hecho por Robert Lewandowski hace unos días con su premio de la UEFA.

“No es como los otros jóvenes noruegos, tiene una mentalidad única, muy por el estilo de la inglesa” – Ole Gunnar Solskjær

Ya en el caso de Ansu Fati es algo más sorprendente. Apenas con 17 años, procedente del país africano Guinea-Bissau y estando en un equipo que  en el último tiempo le dio poco espacio a los juveniles, ha sido el gran surgimiento del fútbol español, incluso consolidándose como titular del FC Barcelona y siendo llamado a la selección española. Sin superar los 16 años anotó gol con el primer equipo, por allá en agosto de 2019 ante Valencia, y hoy es la perla de la corona en Cataluña. 

Más introvertido que su pareja de baile, con un pasado más difícil y tal vez en un entorno más complejo, Fati ha logrado con 17 años ser considerado el jugador del futuro. No es poco su cláusula de 400 millones de euros en su primer contrato como profesional, ni tampoco sus 35 partidos y 11 goles en la élite. Comenzó pisando firme, tal como se hace en la tarima; jugador más joven de la historia en marcar gol con Barcelona y España, 24 partidos en su primera temporada, compañero ideal de Lionel Messi para la temporada donde los jóvenes toman el poder gracias a Ronald Koeman.  

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Ha tenido más prensa e impacto que Haaland. Juega en un equipo de mayores pergaminos, al lado del argentino que ha hecho cosas imposibles de superar, con una edad atípica para un jugón y ha revivido la historia que ocurrió al principio de siglo con su tutor de coreografía; Ronaldinho se apadrinó de Lionel, y hoy Lionel se apadrina de Ansu. Su llegada a España, procedente de uno de los países más pobres de África también es un dato para envalentonar su mérito. 

“El niño venía sin nada, no tenía ni botas. Jugaba con pelotas de trapo en Guinea”, comentó alguna vez José Luis Pérez, director del club Peloteros, donde Fati abrió su camino en el futbol. 

Un punto a favor de Ansu Fati es que desde su llegada a Barcelona ha sido el nene consentido. Con apenas ocho años lo descubrieron en la localidad de Herrera, cerca de Sevilla, ganándole la puja a Real Madrid. Siendo joven, con poca popularidad que lo respalde y con una timidez facial que deja ver su cara de niño, el equipo barcelonista le ha dado el afecto necesario, a tal punto de darle un lugar, en vez de cederlo y dejarlo ir por otros rumbos. Probablemente, cuando Messi se vaya, sea él quien tome la batuta; su precio de salida hace que sea utópico su firma por otro conjunto, factor que le da vía para ser un histórico del fútbol español. 

Cuando coincidan como únicos

En la actualidad, por más que sean grandes talentos por explotar y su juventud atraiga todos los focos, Fati y Haaland siguen siendo promesas. Y las promesas, como todos saben, se pueden cumplir o no. Sin embargo, diría yo que la posibilidad de fracaso estaría entre un 2% como máximo, con dos individuos que siendo adolescentes ya van subiendo al punto más alto del fútbol europeo. Creo también que el momento en que los dos saltarán como los dos mejores del mundo será en 2023, justo después del Mundial de Qatar 2022. Para esa temporada, Cristiano Ronaldo ya tendrá 38 y Lionel Messi 36, edad en la que es imposible ser los primeros del listado. La pregunta es si hoy lo siguen siendo. 

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La historia podría ser parecida. Una competencia directa por el trono y los metales preciosos. Una carrera por saber quién vende y moviliza más dinero, además que quién es el de mejores cualidades, sabiendo las diferencias de juego. No veo factible la salida de Ansu Fati del FC Barcelona, pero sí veo posible la llegada de Erling Haaland a Real Madrid, con un club Merengue que gusta de hacerse con los mejores, incluso con la cercanía de Jorge Mendes, representante del noruego. 

Por un lado, viviremos la generación de Erling Haaland, autor de goles en cantidad industrial, esos que ganan títulos y firman goleadas. Por el otro, el mágico, driblador y dueño de la pelota, Ansu Fati, con nombre africano y corazón español. A propósito, será la ocasión en que dos países debuten en tener al mejor del mundo; ni España, ni tampoco Noruega han tenido al número uno del escalafón. Andrés Iniesta podría estar por ahí, pero se topó con un argentino de 1,69. 

 

Por: Samuel Vásquez Rivas / @svasquezrivas95

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