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Euro 1996

“El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11, y siempre gana Alemania”, comentó Gary Lineker en 1990, quien por obra del destino predijo lo sucedido seis años después. Te contamos cómo Alemania levantó su tercera Euro en tierras británicas. 

Panorama internacional 

El año 96 empezó con una noticia tan bizarra como innovadora, en la ciudad de Edimburgo, nació la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta. En verano se hizo oficial el divorcio de el Príncipe Charles de Inglaterra y la princesa Diana, quien disfrutó solo un año de soltería, pues falleció trece meses después.  

A la par que Bill Clinton se preparaba para su segundo periodo presidencial, inauguró los Juegos Olímpicos de Atlanta, donde los locales arrasaron en el medallero, dejando por detrás a Rusia y Alemania. 

En cuanto a la pelota, aquel año, la Juventus de Alessandro Del Piero, Didier Deschamps y Antonio Conte, levantó la Orejona. River Plate hizo lo propio ganando la segunda Libertadores de su historia. Por si fuera poco, un partido entre el San Jose Earthquakes y el D.C United, marcó el inicio de la MLS.  

Mientras tanto, el 8 de junio de 1996, se dio inicio a la primera Eurocopa jugada en tierras inglesas. 

Nuevo sistema 

A diferencia de ediciones pasadas, los participantes se ampliaron de 8 a 16 selecciones, las cuales se dividieron en cuatro grupos donde salieron 8 clasificados a los cuartos de final. Por otro lado, la victoria pasó de valer de dos unidades a tres, y se instauró la regla del gol de oro en la prórroga, la cual daba la victoria al primer equipo en marcar. 

Kluivert para la historia 

El partido inaugural enfrentó a Inglaterra contra Suiza, los locales comenzaron ganando con gol de Shearer, pero un inesperado penalti en la recta final, permitió a los helvéticos igualar el juego. En el mismo grupo, Escocia empató a ceros con Holanda, para después caer frente a Inglaterra. 

La última jornada del grupo A, fue cardiaca para la orange, pues venían de derrotar 2-0 a Suiza; pero el posterior triunfo de Escocia frente a Suiza, y el apabullante 4-0 que Alemania les estaba propinando, dejaba fuera de la Euro a Holanda. Sin embargo, a doce minutos del final apareció Kluivert para anotar y clasificar a Países Bajos a cuartos gracias a la diferencia de goles con Escocia, selección que, junto a Suiza, hizo sus maletas de vuelta a casa. 

Las sorpresas a casa 

El grupo B, fue catalogado como el “grupo de la muerte”, pues emparejó a Francia, España y a las dos grandes sorpresas del Mundial de USA 1994: Bulgaria y Rumanía. Pese a las las expectativas, los galos no encontraron problemas en ganar el grupo. Rumania cayó frente a Francia por la mínima con gol de Dugarry, mientras que los búlgaros dejaron escapar los tres puntos tras un decisivo gol de Alfonso para España. 

En la siguiente jornada un solitario gol de Stoichkov, dejó sin opciones de clasificar a Rumania. En un partido de países vecinos, Francia se adelantó con gol de Djorkaeff, pero de nuevo en el ocaso del encuentro apareció Caminero para cerrar el empate y darle opciones a la roja de clasificar. 

Para la última jornada los dirigidos por Clemente, estaban obligados a ganarle a Rumanía que ya estaba eliminada, y confiar que Francia y Bulgaria no apelaran al empate que clasificaba a ambos. 

Los galos fueron deportivos y vencieron tres goles a uno a Bulgaria. España hizo lo propio con Rumania en un espectacular cierre del grupo. Manjarín puso por delante a los ibéricos, pero Raducioiu empató el juego. España se fue con todo al ataque pero no estuvo fino de cara al gol y desaprovechó muchas oportunidades. No fue hasta cinco minutos para el final que apareció Amor, para darle el boleto de cuartos a los españoles. 

El fracaso italiano

Alemania e Italia partieron como las grandes favoritas en el grupo C, la mannschaft venció en el primer partido a República Checa. Un día antes de su segundo enfrentamiento un atentado terrorista en la ciudad de Manchester dejó a 212 heridos, pese a lo acontecido el juego se llevó a cabo y los germanos vencieron tres por cero a Rusia. 

La azzurra no tuvo problemas en vencer a Rusia dos a uno, pero en la segunda jornada se toparon con una República Checa inspirada que con goles de Nedvěd y Radec Bejbli, dejaron la clasificación italiana en el aire. Los de Arrigo Sacchi se jugaron todo en el último encuentro, donde un empate a ceros con Alemania, y el 3-3 entre rusos y checos, los dejaron fuera del certamen. Sin lugar a duda Italia fue la gran decepción del torneo.

Lusos y croatas 

En el último grupo, los portugueses mostraron un gran papel y no tuvieron problemas para clasificarse, empataron a ceros con Dinamarca, le ganaron por la mínima a Turquía y golearon a Croacia 3-0. Por su parte, los croatas quienes vivían su primera participación en la Euro, vencieron a los turcos 1-0, y le clavaron 3 al campeón defensor. 

Desde los once pasos 

Los cuartos de final empezaron con un juego muy igualado entre los locales y España. Los ingleses salieron con el fervor de sus hinchas y desde el comienzo practicaron un futbol ofensivo, pero la Roja retomó el control del juego y Salinas abrió el marcador, pero no sirvió de mucho, pues el gol fue mal anulado por fuera de juego. La eliminatoria se llevó hasta los penales, donde los fallos de Hierro y Nadal sentenciaron las aspiraciones españolas y le dieron el pase a the lions

En otra llave bastante atractiva, Francia y Holanda se vieron las caras. Los galos aportaron por un sistema bastante defensivo, intentado repeler los ataques de Países Bajos. El partido acabó sin goles en la prórroga y de nueva cuenta, todo se definió desde los once pasos. La Naranja Mecánica falló un disparo y los lanzamientos franceses fueron perfectos. Francia pasó a semifinales. 

Alemanes y cenicienta 

Alemania cumplió con los pronósticos y eliminó a Croacia; Klinsmann adelantó a los teutones de penal, pero Davor Šuker puso el del empate en la segunda mitad. Stimac fue expulsado y la mannschaft supo aprovechar, y con gol de Sammer sellar su participación entre los cuatro mejores.  

En el duelo que definiría a la cenicienta del torneo. Portugal vio lastimados sus ataques por un portero: Kouba inspirado, y por muy cruel que parezca el que juega mejor no siempre gana. Los lusos sufrieron esta cruel regla no escrita de la pelota y pese a ser superiores, un momento de inspiración Checa culminó en el 53´ con una espectacular vaselina de Poborsky, que le dio el pase a República Checa. 

La gran cita

En Wembley, Inglaterra y Alemania se disputaron un boleto a la gran final. El partido empezó muy movidito con un gol de los locales al minuto tres. Poco después apareció Kunz para poner el empate, después de una gran jugada colectiva de los germanos, el gol fue anotado en posición adelantada, pero aún así subió al marcador. 

Ambos combinados tuvieron oportunidades para adelantarse, pero el juego se fue a la prórroga, ¡Y qué pedazo de alargue nos regalaron!, pese a no tener goles, Anderton imprimió un potente disparo, pero el grito de gol británico se vio silenciado por el poste. Por otro lado, Alemania puso el 2-1 gracias a las botas de Kunz, pero el gol fue anulado, tras una polémica falta. 

El partido se fue a los penales en un Wembley apoyando con todo a los suyos. Ambos equipos anotaron sus primeros cinco disparos, pero en la muerte súbita Southgate erró para los ingleses. Möller no se puso nervioso y anotó el penal que le dio a Alemania la oportunidad de levantar su tercera Euro

Toda la emoción se quedó en Wembley, porque la segunda semifinal que enfrentó a la sorpresa República Checa y Francia, fue francamente aburrida. El juego se definió desde los once pasos, donde Kouba se puso la héroe y le detuvo el penal a Pedros. Kadlec hizo lo propio y confirmó a República Checa en la gran final del certamen. 

Como si la historia se repitiera 

El 30 de junio de 1996, Wembley recibió la final de la Eurocopa, Alemania partía como la gran favorita, ante una sorpresiva República Checa que quería repetir la hazaña de Yugoslavia 1976, donde le arrebataron el título a los alemanes en la tanda de penales. 

Impulsados por el “espíritu Panenka” que les dio la gloria 20 años antes, los checos se adelantaron en la segunda mitad con un penal inexistente sobre Poborsky. Aquel gol despertó el nerviosismo, ambición y carácter ganador de la mannschaft. Al minuto 68, Oliver Bierhoff entró al campo. Cambio bastante acertado de Berti Vogts, pues el mismo revulsivo fue quien puso el empate. 

El partido se fue al alargue, y todo indicaba que, otra vez, como el la final de Yugoslavia, el partido se llevaría a los penales. Pero a cinco minutos para el final, Alemania estrenó la regla del “gol de oro” y Bierhoff marcó el 2-1 que coronó a Alemania con su tercer título de Europa en su historia. 

 Leer más: Euro 1990: el milagro danés

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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08

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