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Edinson Cavani

Edinson Cavani es la víctima más reciente del maniqueísmo de la Football Association. Marcó un doblete (uno de ellos, el gol del gane a solamente dos minutos del silbatazo final) para darle una victoria sobre la hora en el St. Mary’s ante el Southampton el 29 de noviembre. Un amigo lo felicitó por privado en su Instagram y su respuesta fue “Gracias, negrito”. La FA decidió castigarlo porque consideró que el comentario del delantero fue “insultante, abusivo, inapropiado y le daba mala reputación al juego”, con una referencia explícita a su tonalidad de piel.

¿La decisión?

Cavani recibió una suspensión de tres juegos más una multa de £100.000; también deberá seguir un curso presencial contra el racismo. Esta decisión desencadenó una defensa recalcitrante entre los hablantes de español y una rabia nacional en su país natal, Uruguay; además, trajo a la luz el debate eterno de la validez de la corrección política en la sociedad. En mi opinión, estoy totalmente en desacuerdo con esta sanción porque no solamente no arregla el problema, sino que también repite la ignorancia y los prejuicios de la intelligentsia británica que fue nefasta para otras culturas en el siglo XIX.

Colonialismo de lo correcto

Los movimientos para acabar con el racismo y la discriminación por supuesto son elogiados y bienvenidos; de acuerdo con el musicólogo mexicano Irving Gatell, son formas en las cuales, la lucidez intelectual propia de la cultura de Europa muestra un remordimiento de conciencia por el oscuro pasado de abuso colonia por parte de potencias imperialistas, donde el Imperio Británico era el líder indiscutible (hablo del siglo XIX y principios del siglo XX). Una de esas tantas prácticas colonialistas era aniquilar cualquier cultura que fuera considerada bárbara y silvestre, ya sea por las armas o por la mente. El objetivo era traerles religión, civilización y cultura. Esta actitud procedía de la ignorancia y la incomprensión; los dioses de los vencidos son los demonios de los conquistadores, por ejemplo.

La cosa cambió con la gente que nació a partir de los años 60. Esta generación estaba fuertemente influenciada por la izquierda americana que tenía raíces en el Libro Rojo de Mao Zedong. El contexto en aquel entonces era una lucha intensa para erradicar injusticias hacia las minorías: mujeres, homosexuales, negros. Antonio Gramsci sostenía en su tesis que “el poder en la sociedad reside en la cultura hegemónica, que es aquella que controla el sistema educativo, los medios de comunicación y las instituciones religiosas”.

Diez años después, la nueva izquierda americana conoció El orden del discurso de Foucault, y ahora las clases oprimidas eran las minorías. Así surgió el poscolonialismo. De pronto, la Europa blanca y colonialista era el chico malo. A partir de ahí surgió el concepto de lo políticamente correcto, extendiéndose primero a lo largo y ancho del mundo de habla inglesa y luego entró a otras culturas. Hubo un mayor cuidado para no ofender a otras razas o a otras expresiones sexuales; hubo un castigo más fuerte para combatir el acoso y la discriminación sexual, se impuso un número determinado de lugares laborales para contratar a gente no favorecida. Ahora se habla de discriminación positiva que está disfrazada de “buenas intenciones”.

Lo políticamente correcto crecía y crecía, y algunos lobbies aún guardaban resentimiento de esos tiempos duros, entonces vieron esta oportunidad para ser la voz cantante. Se sintieron empoderados para imponer su realidad como la realidad por default para toda la sociedad y ahora se sienten los poseedores de la verdad absoluta para derrotar la injusticia. Para vivir en este mundo utópico, el enemigo debe ser destruido cueste lo que cueste y como sea. ¿Qué pasa si no estás de acuerdo, aunque sea un poco? Te jodes y te llaman “racista”, “fascista”, “reaccionario”, “conservador”, “clasista”… las etiquetas son infinitas.

¿Hacia qué camino ir?

Recordemos este proverbio: “De buenas intenciones está lleno el camino al infierno”. En su ensayo magistral Lo políticamente correcto o el acoso a la libertad, el filósofo español Manuel Ballester compara lo políticamente correcto con el canto de las sirenas: puede desconectar a los ingenuos de la realidad para defender un buen ideal; sin embargo, detrás de este telón lindo, hay un fascismo.

De acuerdo con la definición de un régimen totalitario de Hannah Arendt, lo políticamente correcto cuenta con las cinco características: totalitarismo de un pensamiento único, maniqueísmo, resentimiento, nivelación y victimismo vengativo. Y con los regímenes totalitarios viene un terrorismo intelectual. La inteligencia es cuestionar todo, incluidos los modales más edulcorados. En este caso, acabas censurándote para no alterar el statu quo. Esa es la agenda progre. Aquí yace el peligro verdadero: si la realidad no encaja con la tesis, cambiemos la realidad para que esté de acuerdo con la tesis. Los sentimientos importan más que la razón.

El contexto

Ahora estamos listos para ver el meollo del asunto: la palabra “negrito”. Edinson Cavani nació en Uruguay, donde el idioma oficial es el español; en este idioma, “negrito” es el diminutivo de “negro”. Una adaptación de negro llegó al inglés norteamericano por ahí de los siglos XVII-XVIII como “nigger” para referirse las personas de tez negra. Su connotación peyorativa no llegó ahí, sino que se adoptó a mediados del siglo XX. El movimiento por los derechos civiles para acabar con la discriminación y la segregación racial hacia los afroamericanos también tuvo en la mira a esta palabra. Usarla ahora es un tabú, corres el riesgo de ser tachado de racista. Pero no hay que olvidar que negro viene del latín “niger”, que evolucionó hacia las lenguas romances: “nero” en italiano, “negre” en catalán, “negro” en portugués, “noir” en francés y “negru” en rumano. De ahí la razón del conflicto racista en el partido de Champions League entre el PSG y el İstanbul Başakşehir: el cuarto oficial, Sebastian Coltescu, era rumano. Esto no se limita solamente a las lenguas romances. Un pobre profesor de la Universidad de Berkeley fue suspendido. ¿Cuál fue su pecado? Estaba explicando algunas palabras de relleno en otros idiomas, incluyendo en chino 那个 “neige”.

Además, la Academia Nacional de Letras de Uruguay, también defendió a muerte a Edinson Cavani. En su Diccionario del Español del Uruguay, “negro” viene definido como un término de cariño a los seres queridos, como familia, amigos y pareja. Un insulto es un insulto si y solo si viene con un tono de hostilidad y agresión, que estaban ausentes en el agradecimiento de Cavani hacia su fan de Instagram. En cambio, este fue el componente detrás de la actitud de Luis Suárez contra Patrice Evra, por ello recibió una condena ejemplar.

La comunidad negra es un componente sustancial de la sociedad de Uruguay; de acuerdo con el último censo (2011), más de 250.000 uruguayos pertenecen a esta etnicidad (8,1% de la población total). Gracias a los afrouruguayos, Uruguay puede gozar del candombé, la milonga y también del tango. 28 años antes de que la selección inglesa aceptara a su primer jugador negro, Uruguay ganó su segundo Mundial liderado por Obdulio Jacinto “el Negro” Varela. Su país hermano, Argentina, tiene una joya en las artes… la cantante Mercedes Sosa. Ella le pedía a sus fans y a sus seres queridos que le dijeran “la Negra”. Su canción de cuna más famosa es “Duerme, negrito”. Puedo mencionar más ejemplos, pero me saldría totalmente del tema de este ensayo.

¿Intolerancia?

Para defender esta discriminación positiva (la sanción a Cavani), mucha gente cita la Paradoja de tolerancia del filósofo alemán Karl Popper de su libro La sociedad abierta y sus enemigos: “para mantener una sociedad tolerante, la sociedad debe ser intolerante con el intolerante”. Sin embargo, está incompleta y esas personas se olvidan del resto: “Esto no quiere decir que siempre debamos impedir la expresión de concepciones filosóficas intolerantes; mientras podamos contrarrestarlas mediante argumentos racionales […], su prohibición sería, por cierto, poco prudente”. Popper, de hecho, sostenía que las instituciones debían regular esta intolerancia.

En este caso, la FA ya había fallado en regular intolerancia hace dos años cuando no logró probar que fue inapropiado el saludo nazi del portero del Crystal Palace, Wayne Hennessey, poque “no conocía la connotación racista y solamente estaba tratando de llamar la atención del mesero”. Ahora, la FA sigue fallando en regular la intolerancia, porque mostró un pobre conocimiento de las connotaciones lingüsticas y culturales de la sociedad uruguaya. Se repite la historia: una potencia futbolística está aniquilando la cultura de Uruguay por “racista”, lo cual a su vez es racismo cultural. Ahora Cavani debe recibir la cultura, la civilización y la religión en forma de un curso y una multa cuantiosa; el dios del Río de la Plata es el diablo de una Asociación de Futbol con sede en St. George’s Park, Burton Upon Trent.

Como conclusión, si bien se necesita cualquier forma de lucha contra discriminación para construir una mejor sociedad, la FA termina escogiendo a un lobo con piel de oveja, la sanción a Cavani, por violar las reglas E3.1 y E3.2. La razón subyacente es un poco entendimiento de una cultura diferente (idioma y sociedad) y esto es un fracaso más de los excesos de lo políticamente correcto. Los uruguayos y argentinos tienen razón en demandar una revisión de la sanción, porque perciben la doble moral y están muy preocupados de que su cultura está siendo ignorada por la nueva intolerancia progre de una cultura extranjera. Recordemos la cita de Evelyn Beatrice Hall (erróneamente atribuida a Voltaire): «Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». La diversidad es la base del suceso de la Premier League, en especial en estos tiempos tras el Brexit; que un pensamiento único temporal no acabe con ella.

 

Por: Sebastián Alarcón / @AlarSebas

Bibliografía

@IrvingGatell (Gatell, Irving). 1. A) Si mañana pierde Trump, la extrema derecha no está derrotada. B) Los atentados en Francia y el atentado en Viena…. Hilo de Twitter, 3 de novimebre de 2020, https://twitter.com/IrvingGatell/status/1323506528989532161
Uribe, Diana. Historia de Japón – Cap. 07 Como Japon se abre al Occidente. Cultopedia. 7 de octubre de 2012. https://www.youtube.com/watch?v=BVFAIYYcid0
Ballester, Manuel. Lo políticamente correcto o el acoso a la libertad. Cuadernos de Pensamiento Político, Fundación para el Análisis y los Estudios Superiores. Abril-junio 2012. pp. 171-201
Foucault, Michel. El orden del discurso. Tusquets, Buenos Aires. 2005
Arendt, Hannah. Los orígenes del totalitarismo. Taurus, Madrid. 1995
De Chile. Diccionario Etimológico Castellano en Línea. Actualización constante
Academia Nacional de Lengua. Diccionario del español del Uruguay. Ediciones de la Banda Oriental. Octubre de 2011.
Instituto Nacional de Estadística. Censo del Uruguay 2011
Popper, Karl. La sociedad abierta y sus enemigos. Paidós, Barcelona. 2015
Swan, Teal. “Political Correctness”. YouTube. 21 de noviembre de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=TfmijdPgyaI
Peterson, Jordan. Political Correctness and Postmodernism. Ideacity. YouTube. 12 de septiembre de 2017. https://www.youtube.com/watch?v=f5rUPatnXSE

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