Dentro de la defensa existe una posición particularmente destacada: el líbero. El término lo acuñó el periodista italiano Gianni Brera en referencia al jugador que no tenía responsabilidad a la hora de marcar y que se sumaba libremente al ataque. El papel del líbero es muy evidente en formaciones de 5 o 3 defensores, donde se encuentra hasta el fondo acompañado por los otros dos centrales y los laterales.

Sin embargo, también aparece en formaciones de cuatro defensas cuando se escalonan, siendo el líbero el que está ligeramente más retrasado. Al no tener responsabilidades de marca, el líbero tiene la oportunidad de apreciar los movimientos en el campo, por lo que tiene la obligación de dar órdenes y organizar a sus compañeros.

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Siendo el último hombre, debe tener buena presencia física y velocidad para poder socorrer las situaciones que se escapen de los demás defensas. Además, al tener libertad, sus incursiones al ataque pueden ser mortíferas y necesarias para sumar hombres en el área contraria. Por esta razón, no solo tiene que ser buen defensor; debe tener buena técnica y habilidad a la hora de definir.

A pesar de que es muy asociado con el catenaccio italiano -de ahí surgió-, el mayor ejemplo de líbero es el Kaiser alemán, Franz Beckenbauer. Al estar libre, era el encargado de armar el ataque mediante los pases largos y anticipando a los delanteros rivales para robar el balón.

Su labor con el equipo teutón le aseguró grandes participaciones en el Mundial del 70 y el 74, donde los alemanes levantaron la Copa del Mundo. Era alto, elegante a la hora de jugar, con buena precisión, excelente visión de juego y gran juego aéreo. Era un planteamiento clásico en aquellos años -década del 70 y del 80- y casi todos los conjuntos europeos contaron con un líbero característico.

Ronald Koeman con la selección holandesa, Franco Baresi con los Azzurri, Fernando Hierro con España y Francia con Laurent Blanc. Rafael Márquez es un gran ejemplo de un líbero mexicano.  Tenía proyección hacia adelante y como defensa tenía extraordinario timing y posicionamiento. Además, era muy efectivo en el juego aéreo. Prueba de ello son los goles que anotó en cuatro mundiales diferentes.

Sin embargo, la evolución del futbol parece terminar con la figura del líbero. Usar un hombre en la defensa exclusivamente para dicha función y con ocasionales escapadas para el área contraria es un lujo, sin importar qué tan líderes puedan llegar a ser.

Por: Redacción