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matias vuoso

La carrera de Matías Vuoso no es precisamente la del éxito encumbrado o las grandes hazañas épicas que quedan enmarcadas para siempre. Su desempeño dentro del campo más bien fue una montaña rusa: picos elevados en los que deslumbró a todos, y períodos grises en las que las cosas no se dieron.

Los orígenes de Matías Vuoso

El argentino nació en Mar de Plata, Buenos Aires, un 3 de noviembre de 1981. Según él mismo cuenta, la pasión por el futbol llegó de la mano de su tío. El pequeño Matías era muy apegado a su madre y el hermano de ésta. En un intento por hacer que el niño lograse un poco de independencia, lo llevó a jugar pelota a un club que se encontraba a unas cuantas cuadras de su casa.

Desde entonces, el pequeño no podría separarse del balón y aunque en su infancia era hincha de Boca, desde muy joven pasó a ser parte de Independiente, donde fue formado. Su debut en la primera división argentina se daría con este club durante la temporada 2000-2001.

Fue parte de un equipo en el que compartió vestidor con nombres de la talla de Gabriel Milito, Diego Forlán o Esteban Cambiasso. Sus buenas actuaciones pronto llamaron la atención de varios equipos, pero fue finalmente el Manchester City fue quien se hizo de sus servicios.

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Aunque de inicio parecía el comienzo de una gran travesía por el futbol europeo, los resultados no fueron los esperados para Matías, que no llegaría a jugar un sólo partido con el club inglés. Ante las pocas perspectivas de juego, decidió que necesitaba buscar un nuevo club. Como él mismo ha llegado a reconocer en múltiples entrevistas, el retorno a Argentina le parecía un retroceso, por lo que decidió aceptar una oferta por parte del Club Santos Laguna en el 2003.

El período en Santos

Pronto se convirtió en uno de los hombres más eficientes de la liga mexicana, alzando el campeonato de goleo en los dos torneos del 2005. Además de esto fue parte del Santos que logró ir a la Copa Libertadores, consiguiendo llevar a River Plate hasta los penales, durante los octavos de final (Matías Vuoso anotaría un gol en aquel partido).

Gracias a su buenas actuaciones, el América buscó sus servicios, con la intención de que complementara a Salvador Cabañas en la delantera. Su arribo a Coapa se concretó en el Apertura 2006, sin embargo, nunca terminó por adaptarse y para el Torneo Clausura del siguiente año, retornó al club que lo encumbró en México.

Aunque en un inicio su llegada respondía a que Santos quería evitar el descenso, las cosas salieron mejor de lo esperado. Tras cinco derrotas y dos empates, los de Torreón lograron romper con la racha negativa e incluso terminaron por entrar a la liguilla, donde el Pachuca los dejó fuera gracias a que ocupaba una mejor posición en la tabla de clasificación.

La gloria tocada por Matías

En el Apertura 2007 una vez más logró entrar a la liguilla, sin embargo, en esta ocasión sería Pumas el encargado de frenar el sueño por el campeonato. Durante Clausura 2008 Santos y El Toro vivirían uno de sus mejores momentos. Lograron ingresar a la Liguilla como sublíderes de la tabla general, siendo Matías Vuoso el tercer mejor goleador del torneo, con 11 tantos de los 36 que sumó el club en la fase regular. Luego de superar a Necaxa y Monterrey, consiguieron llegar a la final, contra Cruz Azul, logrando salir campeones.

Durante los siguientes años seguiría siendo un indiscutible de Santos Laguna, que comenzó a ser una constante en las liguillas del futbol mexicano. En el Torneo Bicentenario los laguneros ingresaron en la quinta posición a la liguilla, dejando en cuartos a los Pumas. Para las semifinales se enfrentaron a Monarcas, llevándose uno de los marcadores más abultados que se hayan visto en esta instancia: una victoria con un 10-4.

Ya instalados en la final, Santos empató a dos en el estadio de Toluca, teniendo que definir todo en su casa. El partido transcurrió sin anotaciones y fue necesario definir todo en penales. El primer tiro corrió por cuenta de los diablos, siendo Sinha el elegido. Oswaldo lo detuvo. El tercer penal (cobrado por Mancilla) también fue atajado por el guardameta lagunero, mientras que por parte de Santos, hasta el momento todos habían anotado sus tantos. Sin embargo la tragedia estaba cosida en los botines el Toro. Cuando llegó su turno, falló el tiro y aunado a otros fallos de Santos, el título sería para los Diablos.

Como dato curioso, Matías Vuoso anotó el último gol del antiguo Estadio Corona, así como el primero del Nuevo Estadio Corona. Quizá una especie de metáfora de un cierre de ciclo no solamente de Santos sino también en la vida del futbolista argentino, que tras su salida de este club dejaría atrás sus mejores años.

El Toro más allá de Torreón

Aunque nacido en Argentina, el atacante se naturalizó mexicano, lo que le permitió ser llamado a la Selección nacional. Si bien su paso no fue nada excepcional, hay dos momentos que vale la pena recordar. El primero es el gol que le anotó a Canadá en el 2008, que le posibilitó a México pelear por un sitio en el mundial. Por el otro lado, la Copa América de 2015, en la que dio una destacada actuación, que podría condensarse en los dos goles que le anotó a Chile.

De aquí en adelante su carrera vendría abajo lentamente. Volvió a América donde no conseguiría brillar (aunque haría un mejor papel en esta ocasión). En mayo de 2012 llegó a Atlas, donde lograría alcanzar la final de Copa, que terminaría por perder frente a Monarcas una vez más en los penales (donde Federico Vilar pararía su tiro).

Este fue quizá el último equipo donde alcanzó instancias importantes. Su siguiente equipo fue  Cruz Azul, donde lo más destacado fue su enfrentamiento con Tomás Boy. Talleres de Córdoba, Correcaminos y el equipo Amateur Deportivo Aragón F. C. serían sus últimos clubes.

En enero de 2019 trascendió la noticia de que Matías Vuoso había sido galardonado como el empleado del mes por una pizzería ubicada en Torreón, donde ahora trabaja. Resaltaban cualidades como su puntualidad, esmero y dedicación, características que demostró durante muchos años en su relación con el balón. No cabe duda que es en Torreón donde El Toro encontró su lugar, ya que en su nuevo empleo también lo llaman “capitán”. ¿Así quiso acabar su carrera?

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Por: Alberto Roman / @AlbertoRomanGar

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