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Mauro Gerk

En el principio, el hombre, tal vez un niño que soñó con jugar al futbol más allá de las calles del viejo barrio en la República Argentina, cuna de grandes exponentes, de leyendas que van del potrero al campo y del campo a las estrellas, a veces con algunas escalas. 

“Su atención por favor, el Aeropuerto de Ezeiza anuncia la salida de su vuelo número 1977 con destino a la Ciudad de México por la puerta número 14, favor de pasar a sala de abordaje”.

Al escuchar esto, un joven Mauro Gerk se despidió de su familia, tomó su equipaje de mano, su jersey de Racing y se lanzó a una aventura por el futbol mexicano que duraría varios años. Celaya, Tijuana, Querétaro, Dorados y Cruz Azul Hidalgo serían testigos de la pólvora del argentino y su romance con el gol y la extinta “Primera A”.

Tal vez desde su asiento en la fila 9A pudo mirar por la ventana y suspirar, ver el suelo argentino cada vez más y más lejos mientras el avión ganaba altura. Pero Mauro no era ningún improvisado, ya antes había vestido el jersey de la Selección Argentina en el sudamericano de 1997 en tierras chilenas, ya sabía lo que era portar una de las camisetas más pesadas a nivel mundial, ser dirigido por José Pekerman, todo esto en categorías menores, pero siempre con honor y respeto, ya sabía lo que era militar en Newell’s, estar lejos de casa. 

Una tarde en Querétaro

La tarde se dejaba caer aquel sábado, el aire era fresco, el sol se ocultaba por el filo oriente de la línea de córner, sobre el césped se disputaban los primeros 3 puntos de la jornada 1 del Apertura 2007 de la Primera A, entre los Gallos de Querétaro y Dorados de Sinaloa. Fue en ese momento que la flamante contratación de los de Culiacán, el argentino Mauro Gerk tomó el balón en el área y anotó de forma contundente en contra de los emplumados. El Estadio Corregidora aplaudió aquella anotación en contra de los locales, mientras el ex gallo se llevaba las manos al pecho en señal de súplica mientras pedía perdón a la barra local por el gol encajado.  

Lo ocurrido aquella tarde fue un curioso suceso, un ex jugador anotando en contra de su equipo y pidiendo perdón, pero a la vez una afición que festejó ese gol como suyo, sin dejar de señalar el profesionalismo del jugador. Hubo una excelente entrada aquella tarde en el Estadio Corregidora, sin tener en cuenta que fue el primer juego de Gallos luego de su descenso ante Atlas. Lo que menos importó ese día fue el resultado, que terminó 2-2 entre sinaloenses y queretanos. 

Es que hablar de Mauro Gerk en Querétaro es hablar de un verdadero ídolo que fue forjado al rigor de las divisiones, entre ascensos, descensos y desapariciones de franquicias, al más puro estilo del futbol queretano. Un jugador diferente, de gran corpulencia y poder físico para retener el balón y quedar de frente al marco, aunque es cierto que en algunos momentos de su estancia con Gallos podía verse a Gerk algo subido de peso, ese factor que no fue impedimento para ganarse a la afición. 

Mauro es el ídolo contemporáneo del club, más allá de la leyenda de Ronaldinho y su número 49 o de Silvano Téllez y Marco Jiménez, también llamados leyendas emplumadas. Es común ver por la ciudad camisetas en azul y negro con la palabra GERK en letras blancas. 

Luz y sombra

Artífice del ascenso queretano del 2006 ante el Puebla de César Luis Menotti y del de 2009 ante Mérida, Mauro siempre ha sido el preferido de la afición por muchas razones, más allá del penal fallado ante Irapuato en la final de Liga del 2008 -en el Estadio Sergio León Chávez- o de la poca garra mostrada en la última jornada del Torneo Clausura 2007, cuando Gallos solo necesitaba derrotar al Atlas para salvar la categoría. Aquel 29 de abril en la jornada 17 del clausura 2007, se vio un éxodo queretano de más de 20,000 aficionados en el Estadio Jalisco, el triunfo y la salvación se veían a sólo 3 puntos de distancia. 

Fue un torneo donde los emplumados habían disputado cada balón a muerte, teniendo a Gerk como ariete y la luz del equipo de Chava Reyes en los momentos de oscuridad. Aquel día, “el Tanque” y los Gallos salieron con la pólvora mojada, habían dejado de ser gallos de pelea, se murieron de nada y todo acabó con el descenso emplumado y la salvación de Santos Laguna, la comarca estaba de fiesta. 

La afición queretana sin duda, esperó más de su héroe en esa justa deportiva, tal vez algún desmarque en un tiro de esquina, quizás una descolgada o un puntual cabezazo que mantuviera encendida la llama de la salvación. El 2-0 a favor de los Zorros ya estaba escrito, era lapidario, Querétaro lo lloró, Mauro lo sufrió. 

El paso por Sinaloa

Después de los Gallos Blancos, Mauro se marchó a Dorados junto a Margarito González, otro emblema de Querétaro, donde hubo buenas actuaciones pero no pudieron conseguir el ascenso. Tras una serie de idas y vueltas y de hacer goles en la división de plata el destino le tenía guardado volver a tierras queretanas. 

Después se consiguió otro ascenso con Gallos, primero derrotando en la final a Irapuato, junto a Valtencir Gómez da Silva, de la mano de Héctor Medrano, comandante de aquel conjunto emplumado. El capítulo por la final de ascenso fue ante los Venados de Mérida en el Carlos Iturralde de la “ciudad blanca”, juego ganado por los queretanos en la tanda de penales. Gerk y los Gallos estaban de vuelta en la Primera División

Aquellos Gallos festejaron junto a Gerk en el centro del campo, Jonathan Tridente, Pablo Giménez, Isaac Romo, entre otros levantaban el trofeo, mientras un callado José Luis “Parejita” López se quedaba al margen de la gloria de la Primera Nacional con los Venados.  

Aquellos años fueron complicados, como equipo de recién ascenso se pagó un derecho de piso muy costoso. La jornada 1 del Apertura 2009 arrancó con empate 1-1 entre Puebla y Gallos, Mauro se hizo presente en el marcador queretano a la par que Jared Borgetti lo hizo por los poblanos del “Chelís” 

La frontera

El destino y los hombres de pantalón largo decidieron que Mauro ya no entraría en planes emplumados y le dieron las gracias nuevamente. El destino estaba en la frontera norte, en la perrera más grande de México, junto a una jauría orgullosa, que buscaba un lugar en la historia del futbol nacional. Así, el destino y el dios del futbol le enviaban un telegrama al oriundo de Coronel Dorrego en Argentina, el mensaje decía; “Welcome To Tijuana”. Al más puro estilo de Manu Chao, pero más tranquilo.  

Mauro Gerk se ganó un lugar en la afición fronteriza, desde las playas de Tijuana, pasando por Lomas Taurinas, Avenida Revolución y lugares un poco más lejanos como Tecate, Rosarito o Mexicali, donde la influencia del futbol de los perros es poderosa. 

Hijo de Querétaro

En 2012 Mauro volvió a Querétaro, esta vez como parte de los Xolos. La afición lo esperó y se le realizó un mural en su honor. El hotel de concentración de los fronterizos estuvo plagado de aficionados queretanos que buscaban el autógrafo o la foto de su jugador favorito. 

A Mauro se le quiere y él lo sabe. Él también quiere a la ciudad y en 2014 se le realizó un homenaje en el Auditorio Arteaga de la capital queretana, entrega de un reconocimiento y mini partido de futbol sobre la duela de los Libertadores de Querétaro, equipo de basquetbol. Los 5,000 lugares de aquel recinto se vieron copados en su totalidad por aficionados y admiradores de Gerk. 

Hoy en día, Mauro es entrenador –hasta hace unas semanas fue director técnico de las reservas en Racing. Se le vio hace unos años preparándose en Europa, tomando diplomados, cursos, tal vez en la banca junto a Diego Cocca, tomando apuntes, o en las inferiores de su amado Racing en Argentina, dirigiendo una práctica en la categoría sub-15. El futbol al igual que la vida suele ser azaroso y el destino es celoso de a dónde puede rodar el balón. 

“Esta gente es tuya, porque así te lo ganaste, con tu entrega, tus goles y tu amor por la playera en azul y negro, esta gente no te olvida y te dará la bienvenida una y otra vez a esta tu casa, desde algún lugar de la cabecera norte se seguirá escuchando tu nombre, seguiremos recordándote”.

Leer más: Gallos Blancos UAQ y el ascenso que nunca llegó

Por: Carlos Silva / @SAGA0003

 

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