Real Sociedad: el equipo de Alfonso XIII

Por rabona Historia Texto 9 abril, 2021

En 1910 y luego de haberse cambiado más de tres veces el nombre; aquel equipo de San Sebastián -el primero de la ciudad- logró que el rey lo condecorara con algo que su rival directo, el Athletic Club, tomaría como punto de partida para generar un odio atemporal en su derby: el título de la realeza. Después de eso, la Real Sociedad, junto con otros ocho equipos, formó parte de los pioneros que jugarían en la Primera División de futbol en España; 19 años después de su creación.

Sentimiento vasco

A 20 kilómetros de la frontera con Francia se ubica San Sebastián, ciudad española que lleva en su bandera el color azul por la cercanía que tiene con el mar, mismo que se extiende por toda su costa. Ahí; en ese pedazo de tierra española, está el hogar de la Real Sociedad: el Estadio Municipal de Anoeta.

Uno de los primeros clubes en debutar en la Liga Española y uno de los pocos que no son tan presumidos con la gran cantera que posee; pues en ella, se han formado figuras como Xabi Alonso y Antoine Griezmann. Discreto, pero no enorme, pues en algún momento este equipo perdió la categoría y disputó partidos de segunda, con todo y el apoyo de su hinchada.

Rivalidad

Desde que el rey Alfonso XIII le extendió la mano a este club, el Athletic sintió coraje y sus aficionados prometieron que harían pedazos a los Txuri-urdines en cada nuevo partido que jugasen. Cosa que hasta la fecha han cumplido, pues en estadísticas y títulos están muy por encima de ellos. No obstante, hace poco los de la Real dieron un golpe autoritario; al coronarse campeones de la Copa del Rey, derrotando ni más ni menos que a su acérrimo rival.

Arietes

A lo largo de los años de vida de este club, han militado nombres que si bien no entran en el XI histórico, sí presumen el haber sido figuras en su momento. Como Xabi Prieto, orgullosamente canterano y con sentimiento donostiarrista desde la cuna. Hombre que además, fungió como uno de los capitanes del equipo de sus amores durante varios años.

Pocos elementos mexicanos destacan en el viejo continente y -aunque jamás lo reconoció-, Carlos Vela es sin duda uno de los mejores para recordar. Carlitos llegó a Anoeta como un completo desconocido (con todo y que ya había pisado suelo inglés), sin embargo, supo adaptarse completamente al estilo de juego y formó parte del mítico equipo vasco que consiguió regresar a competencias europeas, además de vencer en casa al mejor Barcelona de la historia.

Pero si se habla de extranjeros, nunca hubo uno mejor que Darko Kovačević, jugador serbio, que cuenta con más partidos (256) y más goles (107) vistiendo la camiseta de rayas azules y blancas que cualquier otro extranjero. Todo un hito que se consolidó en nueve temporadas en total, pues jugó en dos periodos distintos con este club.

Liga de Campeones

Muchos recuerdan aquel equipo del 2013, que se metió a la casa del Lyon para ganar uno de los últimos boletos de la fase de grupos de la UEFA Champions League; pero pocos saben aquella historia de cuento de hadas: cuando un valiente equipo donostiarra se metió al campo del Hamburgo, en busca de su primera final de copa europea y estuvo a un gol de concretar la hazaña…

Era el 20 de abril de 1983 y la Juventus ya esperaba rival, luego de vencer al Widzew Łódź en la primera semifinal. Del otro lado, solo faltaban dos: el campeón de España y el campeón de Alemania. En el Volksparkstadion se disputó la vuelta de aquel juego de semis de la antigua Copa de Europa. Esa noche hubo un polémico gol en fuera de lugar, que los árbitros le concedieron al Hamburgo y, que a la postre, terminó por coronarse como campeón de Europa.

Quién sabe qué hubiera pasado si esa Real Sociedad sacaba el triunfo, pues igual que el Deportivo La Coruña del 2003 o el Málaga de Isco y compañía; estuvieron a unos minutos de seguir soñando con lo imposible.

Actualidad

San Sebastián hoy tiene algo que celebrar y es que tuvieron que pasar 34 largos años para que su equipo volviera a ser campeón de copa. Algo que, entendiendo cómo se mueve su torneo local, se festeja y grita como si de la Liga de Campeones se tratase.

Ese equipo de jóvenes que obtuvo la distinción real el siglo pasado; sigue compitiendo con los demás jerarcas de su país, por mantener la categoría y, sobre todo, por darle a sus hinchas otra canción que puedan corear desde la tribuna.