La relación entre el Atlético de Madrid y la Copa de Europa / Champions League siempre ha resultado infructuosa dado que los colchoneros son el equipo con más finales disputadas sin haber levantado alguna vez la “orejona”, con un total de tres finales perdidas; sin embargo, el inicio de su enemistad con la competición hizo que el Atlético de Madrid fuera el protagonista de un hito histórico en el futbol internacional de clubes.
En la temporada 1973/1974, el estadio de Heysel en Bruselas fue testigo de la derrota del Atlético de Madrid ante el Bayern Múnich en la única final de Copa de Europa que se ha decidido en un partido de desempate. Los bávaros anotaron el 1-1 en el minuto 120 del encuentro inicial y, dos días después, el Atlético cayó 4-0 en el desempate, por lo que el Bayern Múnich se coronó campeón de Europa por primera vez.
La consecución del título les dio acceso a los alemanes a la segunda edición de la Supercopa de Europa, que en aquel entonces se disputaba con el campeón de la Recopa, y también a la Copa Intercontinental, que lo enfrentaba con el ganador de la Copa Libertadores de América; no obstante, el Bayern tuvo que abandonar la disputa por ambos trofeos.
En el caso de la Intercontinental, al jugarse en verano la Copa del Mundo de 1974 en Alemania Federal, el calendario futbolístico retrasó el desenlace de la Libertadores hasta el 19 de octubre cuando se coronó Independiente de Avellaneda, equipo con el que el Bayern no logró un acuerdo para programar las finales de ida y vuelta, por ende, los alemanes cedieron su lugar al subcampeón de Europa, el Atlético de Madrid.
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En otras ediciones de la Intercontinental también se le otorgó el cupo al subcampeón europeo por la incompatibilidad de fechas, como al Panathinaikos en 1971 o a la Juventus el año anterior, ambos reemplazando al Ajax; pero el Atlético de Madrid ha sido el único en alzarse como monarca mundial sin ser campeón del Viejo Continente.
La edición de 1974 de la Copa Intercontinental se postergó hasta el 12 de marzo y el 10 de abril de 1975, mientras Independiente ya estaba defendiendo su título como campeón de América. Para la ida, el Atlético de Madrid aterrizó en Argentina con un nuevo y joven director técnico: Luis Aragonés, quien recién se había retirado en diciembre como jugador del Atlético y sustituyó en el banquillo a Juan Carlos Lorenzo, entrenador argentino con el que los colchoneros alcanzaron la final de la Copa de Europa; además, el conjunto español mantuvo casi la misma alineación titular con la que jugó dicha final e incorporó al delantero argentino Rubén Ayala, que no pudo jugarla al estar sancionado.
Por su parte, Independiente recibió a los colchoneros en el estadio La Doble Visera, hoy Libertadores de América, como tricampeón consecutivo de América y bicampeón de la Copa Interamericana, también de manera consecutiva; asimismo, el Rojo era último ganador de la Intercontinental tras vencer 1-0 a la Juventus en la edición pasada, por lo que buscaba revalidar el título.
Al término del partido de ida, el equipo de Avellaneda salió con una ventaja mínima tras un solitario gol de Agustín Balbuena al minuto 34, por lo que el Atlético de Madrid tenía que hacer pesar su localía en el estadio Vicente Calderón para lograr la remontada en la vuelta.
Momentos antes del partido en España, Adelardo Rodríguez, quien arrancaba como titular, recibió una placa conmemorativa por haber disputado 500 partidos oficiales con el club, lo que lo convertía en el futbolista que más veces había vestido la casaca del Atlético de Madrid, hasta antes de que Koke le arrebatara dicho título en 2022.
Ambos equipos saltaron al terreno de juego con cambios significativos para la vuelta. Por parte del Atlético, entró bajo palos José Pacheco Gómez en lugar de Miguel Reina, arquero titular en las otras dos finales, mientras que, por el lado de Independiente, el capitán Francisco Sá tampoco entró en la convocatoria y el gafete terminó portándolo Eduardo Commisso.
Al minuto 21 del encuentro, gracias a un centro de José Eulogio Gárate, Javier Irureta mandó el balón al fondo de la portería de Independiente con un cabezazo, lo cual adelantó al Atlético de Madrid en el marcador y empató la final en el global.
Al 86, con menos de cinco minutos por disputarse de la segunda parte, Ramón Heredia cobró una falta que, tras una serie de rebotes, el Ratón Ayala logró bajar el esférico con el pecho y perforó la portería de Independiente, lo que selló la remontada rojiblanca; Ayala, el gran ausente en la final ante el Bayern Múnich, se vistió de héroe en el Vicente Calderón.
Con esto, el Atlético de Madrid sumó a sus vitrinas su segundo título internacional tras la Recopa de Europa en 1962 y se convirtió en el segundo equipo español en alzar la Intercontinental después del Real Madrid; de igual forma, la consecución del título marcó el inicio de la exitosa carrera de Luis Aragonés como director técnico.
Además de los casos mencionados de Panathinaikos y Juventus, equipos como Borussia Mönchengladbach, Malmö y Milan intentaron replicar la hazaña del Atlético de Madrid, pero el único rey sin corona en el futbol internacional de clubes ha sido el equipo colchonero.
Texto por Santiago Sande / @SantiagoSande3