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Antonio Valencia

En el 2001 el Manchester United selló una temporada mediocre; finalizó en tercer lugar la Premier League y fue eliminado por el Bayer Leverkusen en la semifinales de la Champions. En consecuencia, Alex Ferguson, quien llegó al banquillo Devil en 1986, anunció su retiro. Decisión que tiempo después echó para atrás. A la par, un joven ecuatoriano de Vereda Tropical, se escapó de su casa para migrar a Quito y destinar su vida al futbol: Antonio Valencia.

El destino siempre termina por ser muy caprichoso y, por improbable que parezca, ambas historias se entrelazan. Qué mejor lugar para representar una historia de épica que en el Teatro de los Sueños, la casa del Manchester United. Te contamos sobre “el Tren Amazónico».

Sacrificio y futbol 

Nació el 4 de agosto de 1985 en Ecuador. Toda su infancia la vivió en Vereda Tropical, un popular barrio de Guayaquil y uno de los lugares más peligrosos de Sudamérica. Pese al peligro constante que conlleva una infancia en medio de violencia, Antonio recuerda sus primeros años de vida como maravillosos.

Mi infancia fue muy feliz. Mi papá trabajaba, pero todos buscábamos los medios para que hubiera comida en la casa”.

Su padre, Luis Antonio, tenía un depósito de botellas de vidrio, y sus tres hijos le apoyaban para recorrer la ciudad en busca de basura para venderla. Por su parte, Doña Teresa, vendía botanas y agua bien fría afuera del estadio Carlos Vernaza; templo de tierra, pero semillero de talentos. Mientras que “Toñito” no estaba recogiendo vidrio por la ciudad o vendiendo agua; jugaba futbol con niños mayores que él y de inmediato su talento fue reconocido. 

“Siempre fue pegado a mi mami y le ayudaba a trabajar desde pequeño. Pero cuando podía se escapaba a jugar, y siempre le gustaba jugar con niños y jóvenes mucho mayores a él, Teníamos miedo de que lo estropearan”, narró Jazmina, hermana del exfutbolista del United. 

Primeros pasos 

Con apenas 11 años de edad, Valencia ya brillaba en la cancha amazónica del Caribe Júnior, no le importaba el barro, el calor, la tierra que se levantaba tras cada pisada, lo único importante era divertirse y hacer lo que más le gusta. En 1999 un cazatalentos apodado «el Papi”, lo llevó a jugar con la Federación, el césped del estadio estaba lleno de maleza y cada que llovía las cachas se inundaban. 

Fue ciertamente complicado despegar todo su talento, cuando las condiciones nunca eran las mejores. Sin embargo, aquella cancha inundada le ayudó para mejorar su remate con ambas piernas y defender mejor la pelota. 

Por el sueño

En 2001, El Nacional comenzó a priorizar su proyecto de fuerzas inferiores con José Villafuerte a la cabeza del proyecto. Entonces, el joven volante, presionó a su papá para viajar a Quito y probar suerte. 

Ante las constantes negaciones de don Antonio para llevar a su hijo a jugar al Nacional, Toño no dudó en escapar de su casa para ir a probarse en Quito. Quizás no fue una decisión madura y correcta, pero la pasión no conoce límites y el balón pudo más que él. 

Como era de esperarse, Valencia no encontró problemas para brillar y demostrar su talento, y terminó por quedarse en la categoría sub-16, en la que recibía 50 dólares mensuales de salario y vivió en una pensión criolla. 

De promesas a realidad

Fernando Baldeón, ídolo y en esos tiempos entrenador del Nacional, soñaba con conformar un equipo sub-20 de élite sin importar la edad de sus futbolistas. Por consecuencia, Antonio Valencia, junto con David Quiroz, Christian Benítez y Pedro Quiñónez se convirtieron en las grandes promesas del futbol del Ecuador. 

«Buscábamos a los mejores jugadores por categorías sin importar la edad. Por ello subimos a Valencia a nuestra categoría”, dice la ‘Fiera’, excoordinador de las divisiones formativas del club.

Tras una buena primera temporada en la sub-20, donde marcó 17 goles; el técnico Dragan Miranovic, vio jugar a Valencia y sin dudarlo pidió su ficha para llevarlo a competir en la Primera División. 

“Olvídate de este jugador. Se viene a trabajar conmigo a la Primera”.

Arribo de ensueño

Para 2005, Toñito se logró consolidar en primera y sostuvo la dicha de jugar al lado de Édison Méndez, su gran ídolo de la infancia. Consiguió levantar el torneo de clausura, el cual le valió para tener su primera convocatoria con la absoluta Tricolor en un juego frente a Paraguay. Aquella tarde firmó un debut soñado, haciendo un par de los cinco goles que hizo su equipo. 

Firmó varias apariciones importantes con la selección que le valieron su convocatoria al Mundial de Alemania 2006. Durante el certamen, su equipo logró clasificar a octavos de final, fue un resultado histórico. Gracias a su gran participación, llamó la atención como uno de los mejores juveniles en Alemania, junto con Lío Messi y Lukas Podolski. Rápidamente fue contactado por varios clubes europeos y el Villarreal de España lo firmó. 

Irrupción europea 

Al no encontrar muchas oportunidades en el Submarino Amarillo, salió cedido a la Segunda División con el Recreativo de Huelva, donde logró explotar todo su talento. Gracias a su gran capacidad física, velocidad, aceleración y técnica, se convirtió en un futbolista hecho para la Premier League. 

Wigan, fue el conjunto que se arriesgó y lo llevó a Inglaterra. Valencia selló tres años fantásticos de 2006 a 2009. Posteriormente, llegó el gigante. En busca de un nuevo dueño de su carril derecho, la leyenda viva Sir Alex Ferguson, se fijó en Valencia. 

Firma por el gigante 

En las oficinas del Manchester United, el escoces no sabe dónde se ubica Vereda Tropical, ni el estadio Carlos Vernaza. Probablemente ni le importa. Lo único importante es que vio en el ecuatoriano un nuevo futbolista digno de hacer soñar al Teatro de los sueños. Los Red Devils cerraron su incorporación en 26 millones de euros. 

Recién llegó y en 2010 ayudó a su equipo para levantar la Carling Cup y Community Shield. Lamentablemente en septiembre del mismo año, sufrió una lesión en el pie izquierdo que lo alejó de los terrenos de juego durante seis meses. Pese a la lesión, fue incluido en el cuadro ideal de la Premier aquella temporada; aportó 7 goles a su equipo, cinco en liga y dos en la Copa de Europa. 

Dejó a Ecuador en lo alto

A su regreso, a final de temporada; marcó historia al convertirse en el primer jugador del Ecuador en ganar la Liga Inglesa y por si fuera poco, participar 90 minutos en la final de la Champions League, su misión: marcar a un tal Lionel Messi. Aquel día los de Ferguson fueron derrotados por el Barcelona (3-1), con una sorprendente exhibición del mejor futbol nunca antes visto por parte de los de Guardiola. 

Al final del encuentro, Alex Ferguson se refirió a su rival  «Es el mejor equipo que he conocido». Lo acepto. Creo que no es fácil, pero nadie nos ha dado una paliza así. Se lo merecen porque ha jugado de una forma brillante. Disfruten de su fútbol».

El mejor Red devil

La temporada 2011/2012, fue de grandes glorias para Antonio Valencia, pues fue galardonado con el premio “Jugador del año Sir Matt Busby”, el cual es votado por los mismos futbolistas del plantel. El reconocimiento lo han levantado figuras de la talla de Eric Cantona, David Beckhan, Wayne Rooney y Cristiano Ronaldo. 

Arma secreta del United

Su carrera fue opacada por sus constantes lesiones, pero en cuanto a su calidad respecta, se caracterizó por ser totalmente un tren de la banda derecha, aportando defensiva y ofensivamente. Una gran potencia física y precisión en los centros, lo empezaron a enmarcar como leyenda del club. Jugó como lateral, carrilero, volante y extremo. 

En abril de 2012, llegó a los 100 partidos vistiendo la del gigante inglés. Veinte días después levantó, una vez más, la Premier League. Aquella temporada, usó el legendario número 7 del Manchester United, que ha portado Cantona, George Best, CR7 y Beckham, entre los más destacables. Sin embargo, ante su bajón de nivel, el año siguiente regresó a su patentado dorsal 25. 

Old Trafford dejó de soñar 

Tras la salida de Ferguson en 2013, la llegada de Louis Van Gaal al banquillo Red, significó un bache complicado en la carrera del sudamericano, pues el estratega holandés lo hizo salir del banquillo varias veces, y una lesión de gravedad mermó su juego. Además la relación con Van Gaal era complicada, pues le exigió a Valencia aprender a hablar inglés. 

Leyenda y líder 

Su primer título europeo llegó hasta la 2017-2018. El Manchester United levantó la Europa League tras vencer al Ajax 2-0 en la final. Valencia fue titular, emblema y capitán. En la final le cedió el gafete a Rooney para los minutos finales. Un año después y con la salida del 10, José Mourinho, reafirmó a Toñito como primer capitán del equipo. 

En 2019, el capitán entró de revulsivo en la última fecha liguera frente al Cardiff City al minuto 73 en reemplazo de Diogo Dalot, para de esta forma despedirse de Old Trafford y de su gente, tras una década de excelente servicio. 

El freno del tren

Después de abandonar el combinado Europeo, regresó a Ecuador para jugar en la Liga de Quito con la Liga Deportiva Universitaria, donde tuvo un paso sin pena ni gloria. Con la absoluta ecuatoriana, participó en dos Copas del Mundo (Alemania 2006 y Brasil 2014) y cuatro Copas América (2007, 2011, 2016 y Brasil 2019). 

En julio de 2020 se quedó sin equipo, para finalmente recalar en el Querétaro de México y dar fin a su muy exitosa carrera en mayo de 2021. 

“No pensé que iba a dejar el futbol, tuve el apoyo de mi familia, estoy muy agradecido por todo. Si fallé a alguien en el camino pido disculpas, a mi país nunca lo defraudé, siempre quise dar lo mejor y me voy apenado, pero con la conciencia limpia de haberlo dejado todo en cada partido y entrenamiento”, dijo Valencia en su despedida. 

Gracias a ese muchacho que recogía vidrios y vendía agua, y que muy joven escapó de su casa para ir a jugarse su destino al Nacional. Y que, gracias a su talento, esfuerzo, ambición y constancia, puso a su país en lo más alto tras brillar en la élite del futbol mundial con el Manchester United. La leyenda viva, “el Tren Amazónico”, Antonio Valencia.

 

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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08

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