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David Beckham

No importa si ellos lo quieren, mi hijo va a jugar en el United”, esas fueron las palabras que le dijo David Edward Beckham a su esposa, luego de que un modesto equipo de la periferia londinense, llamado Leyton Orient, ofertara primero que cualquier otro por su pequeño David. Él no lo sabía, pero gracias a esa necedad de su padre: se convertiría en una de las máximas leyendas en la historia del futbol inglés.  

Comienzo

Al noreste de Londres se encuentra Leytonstone, un barrio con alta densidad suburbana y lugar en donde también nació David Robert Joseph Beckham un 2 de mayo de 1975. Como todo buen niño inglés, la devoción por el futbol se manifestó en él por influencia de su padre; un hombre que toda su vida había sido hincha del Manchester United. David, al escuchar el sueño frustrado de su progenitor, supo que su destino era hacerlo -y hacerse- feliz; por ello se propuso ser futbolista profesional. 

Beckham despuntó de entre el resto de sus compañeros en los clubes juveniles en que jugó, como en aquel equipo que tenía en Ridgeway Rovers, donde anotó 100 goles en sus primeras tres temporadas. Su impecable juego de asociación y la pulcritud que tenía para colocar el balón donde quisiera a tan corta edad, lo hicieron llamar la atención de sus primeros entrenadores. 

Formación

Como fanático de los Red Devils siempre persiguió la ilusión de un día poder vestir esa camiseta roja que usaba el mejor equipo de Manchester, aunque el club se encontraba en una de las peores rachas de su historia, ya que no había sido campeón de la Premier League desde 1967. Luchando por cumplir su meta, David participó en el concurso de habilidades futbolísticas que realizaba el mítico Bobby Charlton, uno de los mejores futbolistas que pudieron nacer en su país. 

El premio que se otorgaba, -además de jugar en el legendario Old Trafford– era formar parte de un mini entrenamiento de dos semanas en el campo de promesas de La Masía, lugar donde se encuentran las fuerzas básicas del Fútbol Club Barcelona. Beckham no solo ganó el torneo, sino que batió el récord de puntos y con ello consiguió viajar a 1490 kilómetros de casa, para aprovechar lo que tanto estaba esperando: su primera gran oportunidad

El Barcelona preguntó por el chico, sin embargo, él y su padre rechazaron una propuesta culé porque tenían claro que el Manchester United debía ser la primera opción. Pero incluso antes de que los directivos de los Diablos Rojos lo eligieran, dos clubes de la capital ya habían pedido informes sobre su contrato. Uno era el Tottenham Hotspur y el otro; un modesto Leyton Orient que nunca ha participado en la primera división del balompié inglés, pero que le ofrecía más de lo que cualquier otro equipo en ese momento.

Red Devil 

Su padre se aferró a la idea de no dejarlo ir hasta que el United lo fichara y fue entonces cuando David tuvo un breve paso por el Leytonstone FC, un conjunto amateur en donde los scouts del Manchester se hicieron presentes tras la orden de un desconocido Alex Ferguson; técnico que recién había llegado al banquillo del primer equipo. 

El mismo Sir Alex fue hasta el campo de las divisiones inferiores del club para hacer que Beckham, de tan solo 16 años de edad, firmara su primer contrato profesional. Así fue como se vistió de rojo, a la par, de haber cumplido su misión y el sueño de su padre. Él no lo sabía; pero iba a marcar una época imborrable en la historia del United, consiguiendo un enigmático triplete tras de 33 años en que su club no había salido campeón de absolutamente nada. 

Galáctico europeo 

Sus brillantes participaciones y grandes goles de tiro libre lo llevaron a jugar en el Real Madrid para el 2003. Junto con Casillas, Figo, Ronaldo, Zidane y Roberto Carlos, fue parte de una legendaria plantilla merengue que logró conquistar España. Después de ello emigró a los Estados Unidos para ser parte del Galaxy, en donde también fue ariete y estandarte. Un año después, en el 2008, volvió al continente europeo para vestirse de rossonero. Así pasó unos meses: yendo y viniendo en tres diferentes etapas con el equipo más importante de Los Ángeles y dos, con el de la capital de la moda en Italia.  

Para el 2012, firmó un contrato con el París Saint-Germain, club que comenzó con una nueva era en la primera división francesa y mismo con el que David le dijo adiós a las canchas por culpa del mejor futbolista de la época. “Cuando vi a Messi correr frente a mí y no pude alcanzarlo, ahí supe que debía retirarme”, esas fueron las palabras que dijo Beckham antes de colgar los botines profesionalmente. 

Todo ese pasado y su impecable trayectoria tuvieron una clave: no firmar con el Leyton; pues quizá vistiendo esos colores, habría sido un completo desconocido para nuestros ojos. Concretamente: nunca sabremos qué hubiese pasado.

Sir David

En la actualidad, además de los comerciales para marcas importantes y de ser un gran ícono inglés; Beckham es propietario del Inter de Miami, la nueva franquicia que adquirió el futbol estadounidense y de la cual se espera mucho por tener al frente del club al mejor futbolista inglés que pensaba con los pies.

David Beckham; el hombre de los tiros libres importantes, el que conquistó Europa con el Manchester United, aquel que fue parte de ‘los Galácticos’, el mismo que rechazó el FC Barcelona en su niñez y ese futbolista que pudo ser parte del Leyton Orient: hoy está cumpliendo 46 años de vida y el futbol mundial lo sigue festejando en grande.

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Por: Bryan Trujillo / @BryanKameron

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