Como bien sabemos la zona de Concacaf y su certamen continental, siempre ha sido dominado por México y Estados Unidos. Cada dos años se disputa la Copa de Oro, torneo que empareja a selecciones de Norte América, Centroamérica y el Caribe. El cambiado Azteca es reconocido como “el Gigante de la Concacaf” gracias a su hegemonía en este torneo a lo largo de los años, pues puede presumir de haber levantado el trofeo continental en 11 ocasiones. Por su parte los Estados Unidos, suman un total de 6 títulos de Copa Oro.
Pocos campeones
Ahora, ante la clara hegemonía mexicana y estadounidense, son contados los equipos que han logrado levantar el título. Guatemala, Haití y Honduras han salido campeones en una ocasión, los tres países lo hicieron antes del formato Copa Oro que se instauró en 1991.
De igual forma, Costa Rica ha dominado la zona en tres ocasiones, cuando el torneo se llamaba Campeonato de Naciones de la Concacaf. Con dos coronas se encuentra Canadá, el primero en 1985 y el más relevante en el 2000, título conseguido gracias a la ayuda de una moneda. Acompáñame a repasar la historia, de cuando la selección de la Hoja de Maple se consagró campeona del continente, en gran medida gracias a un volado. Uno de los episodios más extraños en la historia del futbol.
Mientras la humanidad le daba la bienvenida al nuevo milenio, el futbol no podía parar y Estados Unidos fue elegida la sede para llevar a cabo la Copa Oro de aquel año. El certamen se disputó del 12 al 27 de febrero con 12 participantes divididos en cuatro grupos. Colombia y Perú fueron los invitados de Conmebol y Corea del Sur, como el invitado asiático. Los dos mejores de cada sector avanzaron a los cuartos de final.
Empates y una moneda
Canadá fue emparejada en el grupo D con Costa Rica y Corea del Sur. Bien se sabía que los norteamericanos contaban con una generación dorada con nombres como Craig Forrest, Richard Hastings y Carlo Corazzin; y pese a los nombres, se presentó un suceso bastante peculiar, pues todos los partidos de aquel grupo fueron empatados.
Costa Rica firmó el liderato de grupo gracias a la diferencia de goles, pero Canadá y Corea del Sur estaban empatadas literalmente en todo. En busca de una resolución, la Concacaf determinó lanzar un volado para definir al segundo ganador del grupo.
¿Cara o cruz?
En una imagen que quedará para la posteridad. Cara daba el pase a los coreanos, mientras que el sello clasificaba a los canadienses. La suerte le sonrió al país que destaca por su invierno y su amor por el hockey. Quizás a partir de ese punto, los que en aquel entonces eran dirigidos por Holger Osieck tomaron impulso, y se inspiraron porque el los cuartos de final se medirían ante la gran potencia: México.
El mata gigantes
Si bien la Selección Azteca no contaba con sus grandes futbolistas, sí figuraba gente como Óscar “Conejo” Pérez, Rafa Márquez, Gerardo Torrado y Luis “Matador” Hernández. Pocos eran los que le daban la oportunidad a los canadienses. El partido fue dominado en gran medida por el “tricolor”, pero en los minutos finales Canadá se repuso de un 1-0 en contra para mandar el encuentro al alargue.
Ya en los tiempos extras se jugó el famoso “Gol de Oro” y Richard Hastings fue el encargado de sorprender con un gol y eliminar al gigante de la Concacaf. Para sorpresa de todos, Canadá estaba en las semifinales.
En el partido por un boleto para la final, el combinado de la Hoja de Maple se midió ante Trinidad y Tobago, el juego fue muy cerrado con claro dominio de los del Caribe. Sin embargo los canadienses se supieron reponer y tras un penal atajado, sellaron su pase a la disputa por el título por la mínima.
Una cita con la historia
En el Memorial Coliseum de Los Ángeles, en un día bastante lluvioso de febrero, la selección sorpresa Canadá se midió ante Colombia por el título de la Copa Oro. Apenas comenzado el encuentro cuando Martin Nash avisó con un remate que fue tapado por el arquero colombiano Diego Gómez. Parecía que se iban a ir al descanso sin hacerse daño, pero en un tiro de esquina apareció Jason deVoz, para adelantar a los norteamericanos.
Para el segundo tiempo, en lugar de aguantar el resultado y apostar por un futbol defensivo ante la mínima ventaja. El conjunto canadiense salió a buscar el segundo gol y mantener las aspiraciones sudamericanas. Decisión que rindió frutos, pues Goméz cometió un penal que Carlo Corazzin no desaprovechó y puso a los suyos 2 por 0 arriba. Aquel gol le valió la bota de oro con cuatro dianas.
Pese a la ventaja, Colombia quería rescatar el empate así que no dudó en lucir todo su arsenal ofensivo. Con 10 minutos por jugar se le concedió un penal a Colombia, pero Craig Forrest volvió a atajar como lo hizo un partido antes frente a Trinidad y Tobago. Ese le valió al portero canadiense para llevarse el premio al mejor guardameta del torneo y el MVP.
A partir de ese punto, Canadá cerró filas y guardó el resultado, para de esta forma consagrarse con su primer y único título del formato Copa Oro hasta la fecha. El campeonato fue recibido de forma tímida en Canadá, sin ceremonias, ni desfiles para los futbolistas. El futbol no está ni de cerca en ser el más popular en el país del hockey, pero poco a poco el balón va tomando su lugar en busca de ganarse el amor de los ciudadanos.
Solo queda preguntarnos qué hubiera pasado si la moneda daba un giro más y clasificaba a Corea del Sur.
El combinado rojo, se encuentra expectante por el inicio de la edición 2021 de la Copa Oro. Jonh Herdman, seleccionador canadiense sabe del talento joven con el que cuenta y buscará vencer a Estados Unidos, Martinica y Haití, en el grupo B, en busca de hacer un buen papel, como el hecho más de dos décadas atrás.
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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08