Scroll Top
Ruso-Brailovsky-600x390

Antes los jugadores crecían, vivían y se retiraban con sus equipos. Ahora eso ha cambiado; se han convertido en mercenarios en busca de trofeos, dinero, fama o gloria. Por fortuna en las selecciones esto es imposible; haber nacido en un país te obliga a defender su camiseta para toda la vida… a menos que ocurran ciertas cosas. El caso controversial más reciente sobre un jugador defendiendo la playera de dos selecciones fue el de Diego Costa. El hispano- brasileño jugó dos partidos con la selección carioca ante Italia y Rusia, pero al ser partidos amistosos, no contaron para que se aplicaran los estatutos sobre la elegibilidad de los jugadores: Un jugador que posee doble nacionalidad podrá ejercer, solo una vez, el derecho a solicitar la habilitación para jugar partidos internacionales con otra asociación de la cual posea la nacionalidad.

El jugador que desee ejercer el derecho a cambiar de asociación deberá someter a la secretaría general de la FIFA una solicitud por escrito debidamente fundamentada. Por lo tanto La Comisión del Estatuto del Jugador tomará una decisión sobre esta solicitud. Se aplicará el Reglamento de Procedimiento de la Comisión del Estatuto del Jugador y de la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA. Una vez que se haya sometido la solicitud, el jugador no podrá jugar con ningún equipo representativo hasta que su solicitud haya sido tramitada.

Sin embargo, como todo en esta vida, ha habido más de una situación que escapa completamente de lo establecido por los reglamentos. Daniel El Ruso Brailovsky fue un jugador argentino, ampliamente conocido en México por su papel en la década de oro del América, los ochenta. Es de los muy poco jugadores que no jugaron con una, ni dos, sino con tres elecciones distintas. En su juventud, el Ruso vivió en Uruguay, donde jugó en fuerzas básicas del Peñarol y fue llamado a la selección sub 20 de Uruguay para el torneo Esperanzas de Toulon. Durante el torneo se estaba tramitando el papeleo para nacionalizar a Brailovsky, pero el proceso quedó en el olvido una vez concluido el torneo.

Esto le permitió jugar para su país natal, Argentina, donde estuvo a las órdenes de Menotti y al lado de Maradona y Kempes. Después del temblor del 85, el Ruso escapó con su familia a Israel, donde por tener la doble nacionalidad, fue llamado para jugar con su selección un partido amistoso, completando su tridente. Eran tiempos donde era mucho más fácil que pasaran este tipo de cosas. Por ejemplo Di Stéfano también jugó para Argentina, España y Colombia, Kubalá con Hungría, España y Checoslovaquia; pero hay otro caso todavía más extraño: Dejan Stankovic.

Él, al igual que los anteriormente mencionados, jugó para tres selecciones, pero él lo hizo en Mundiales. En Francia 98 defendió al equipo de Yugoslavia con el que llegó hasta octavos con Holanda. Yugoslavia desapareció en la guerra de los Balcanes, por lo que Dejan jugó para Serbia y Montenegro en el Mundial del 2006, donde quedó en último lugar de su grupo. Sin embargo, este país también se desintegró, dejándole a Stankovic la única opción de Serbia, donde sorpresivamente le ganaron a Alemania por un gol, aunque no fue suficiente para clasificar. Y todo eso legalmente. El futbol no sabe de fronteras, sin lugar a dudas, pero a veces exagera.

Por: Bernardo Otaola/ @bernaov

Entradas relacionadas