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Arthur-C-Clarke

La fama de Arthur Charles Clarke (1917 – 2008) es indudable. Es un símbolo cultural de Inglaterra que supo unir dos pasiones: las letras y la ciencia. En ambientes académicos logró cierta reputación. Estudió matemáticas y física en el King’s College de Londres, fue presidente de la Sociedad Interplanetaria Británica (BIS) e incluso publicó unas leyes de Clarke, donde reflexiona acerca de la divulgación científica, sus limitaciones y sus fuerzas.

Arthur C. Clarke, una imaginación sin fronteras

Sin embargo, su fama proviene sobre todo de su incursión en la literatura. Su obra de ciencia ficción se caracteriza por los rasgos distópicos, donde explora de manera crítica los distintos futuros de la tecnología y su relación con el ser humano. Es crucial decir que Arthur C. Clarke comenzó a escribir al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Sus textos están enmarcados bajo el contexto de la Guerra Fría y la lucha militar y espacial establecida entre Estados Unidos y la URSS.

Junto con Isaac Asimov, Clarke es uno de los precursores del ciberpunk, subgénero de la ciencia ficción que ahonda en las relaciones digitales entre inteligencias artificiales, corporaciones y nuevos paradigmas culturales (Matrix y Blade Runner son algunos ejemplos de cine norteamericano que exploraron esta tendencia).

Entre sus principales obras se encuentran 2001: Una odisea del espacio (él mismo fue coguionista de la película homóloga filmada por Stanley Kubrick y estrenada en 1968), El centinela, Cita con Rama o Las fuentes del paraíso.

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Arthur C. Clarke con Stanley Kubrick

The Stroke of the sun, la cancha como el terreno de lo impensado

En 1958, Arthur C. Clarke escribió un cuento sobre futbol titulado The stroke of the sun. En el breve ejercicio, el autor inglés explora el poder de las dictaduras latinoamericanas de la segunda mitad del siglo XX y su influencia en el juego. En pocas páginas, el inglés pinta el partido jugado por la «República de Perivia» frente a la vecina «República de Panagura».

Inicio del cuento publicado en Galaxy Magazine en septiembre de 1958

A través de la ficción, Arthur C. Clarke analiza, entre otros detalles, la propaganda política repartida en los encuentros de futbol; la corrupción de los árbitros; la violencia de los jugadores y espectadores, y la pasión colectiva representada en el grito anónimo de la afición.

El árbitro vendido porta un chaleco antibalas por cualquier cosa que pudiera ocurrirle. Ante decisiones arbitrarias y por un malicia del líder político, el juez es reducido a cenizas mediante un mecanismo que utiliza al sol y a los aficionados -que no eran conscientes de la atrocidad que llevaban a cabo- para quemar y destruir su cuerpo.

Everything was just as it had been before, except for one minor item. Where the referee had been standing, there was a small, smoldering heap, from which a thin column of smoke curled up into the still air. What in heaven’s name had happened?

Es cierto, Arthur C. Clarke pinta a Latinoamérica desde la típica mirada estereotipada de violencia y nula democracia, sin embargo, su cuento refleja que el futbol es una potencia literaria para pensar cualquier realidad. El cierre de The Stroke of the sun afirma que el deseo de venganza social y política puede satisfacerse mediante el deporte. ¿Realidad o ficción?

A continuación una traducción de un breve pasaje del cuento:

“Nunca supe, hasta entonces, cuánta energía hay en la luz solar: en cada metro cuadrado de superficie iluminada hay más de un caballo de fuerza. La mayor parte del calor que caía sobre un lado del gran estadio fue desviado hacia la pequeña superficie que ocupaba el difunto árbitro. Incluso si pensamos en todos los programas que no apuntaban correctamente, el árbitro debe haber interceptado un calor de por lo menos mil caballos de fuerza. No puede haber sentido mucho: fue como si lo hubieran tirado en un horno. Estoy seguro que nadie, excepto don Hernando, sabía lo que iba a suceder, a sus bien instruidos fanáticos se les había dicho que el referí solamente sería cegado y puesto fuera de acción por el resto del partido. Pero también estoy seguro que nadie tuvo remordimientos. En Perivia juegan al fútbol con pasión.”

¿Quieres escuchar el cuento completo? A continuación la narración en inglés. Si lo quieres leer, da clic aquí.

Por: Diego Andrade / @diego_a72

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