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Berenice Muñoz

En la mañana del viernes 28 de julio de 2017 daba inicio en el Estadio Hidalgo el Torneo de Apertura de la Liga MX Femenil, donde poco más de 3 mil personas asistieron al recinto. Dicho encuentro se disputó entre los equipos de Pachuca y Pumas, siendo este un suceso que marcaría un antes y después en la historia del futbol mexicano.

Por un lado, las locales dirigidas por Eva Espejo plantearon un juego tirado al ataque pero las del conjunto universitario de la mano de su directora técnica, Ileana Dávila lograron mantener los primeros 45 minutos de juego igualados a cero.

Aún sin haber un claro equipo favorito se generaban expectativas positivas pues era la primera jornada oficial que se realizaba en este formato tan esperado por las deportistas y la afición en general.

Mónica Ocampo. Liga MX Femenil



La parte complementaria del encuentro traería consigo un emocionante desenlace, las tuzas buscarían ir por más. Siendo el minuto 51’ el parteaguas del encuentro.

La jugada histórica

El equipo de las pachuqueñas salió jugando en corto desde la portería, amagando y abriendo espacios de manera sencilla y atrevida, proponiendo a su gusto la transición del equipo que parecía estar perfectamente sincronizado. El esférico fue de derecha a izquierda con solo un toque y con otro más terminó en medio del campo ante una nula presión por parte de las universitarias.

Daba la sensación de que el tiempo se detenía mientras que Mónica Ocampo pedía la pelota, ubicada a casi tres cuartos de cancha justo en línea con las defensoras, un solo trazo largo y cargado sobre la banda derecha sorprendía a la escuadra universitaria siendo superadas por la espalda.

Ve aquí la entrevista a Eva Espejo | Perfiles raboneros

En cuanto el balón perdió bote y entró al área chica el tiempo que se había ralentizado corrió aún más rápido, en un abrir y cerrar de ojos, Ocampo, con toda su experiencia e inteligencia ya había encontrado en paralelo a su compañera Berenice Muñoz quien entraba justa entre la presión de las zagueras. 

¡Un penal en movimiento! Poco más que un penal quizá, un gol anecdótico a final de cuentas. La lectura de juego y entendimiento que tuvo el equipo para contraatacar con tan pocos toques fue una exquisitez. Muñoz, con el dorsal número 15 hacía historia, con 17 años acababa de marcar el primer gol en la Liga MX Femenil. Una liga recién formalizada con todo y algunas inconsistencias, donde la igualdad aún es una utopía.

Futbol como revolución

Que ese balón acariciara la red no solamente significó una ventaja en el marcador, no solo fue celebrado por la afición del Pachuca. Ese gol lo disfrutó toda aquella persona con ganas de ver progresar al país, a las mujeres, al deporte y claro, al futbol.

Años de incontables esfuerzos y sacrificios desahogados en un grito de gol que pide equidad de género y oportunidades; un festejo y un abrazo como protesta y clara llamada de atención sobre lo que debería de ser el deporte en la actualidad.

Generaciones de jóvenes que persiguen un sueño con forma redonda en busca de mejores oportunidades, tomando el futbol y el deporte como revolución.

Por André Gutiérrez / @andre_malezG

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