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Buscar una explicación en lo sobrenatural es un recurso humano cuando las cosas no tienen sentido. La región geográfica definirá en parte el tipo de ayuda superior a la que uno quiera recurrir. En el caso de tierras tan llenas de idiosincrasia como lo son México y Brasil, el resultado puede ser poderoso. Tan poderoso, que la gente recurre a dichas interpretaciones para cualquier cosa, incluido el futbol. El deporte de las patadas está lleno de mitos y supersticiones para explicar sequía de títulos, lesiones o goles de último minuto. Una de aquellas maldiciones involucra a uno de los equipos cariocas más famosos, que por casi diez años fue incapaz de levantar un título gracias a un aficionado despechado y un sapo enterrado.

En 1937 el Vasco Da Gama era de los equipos más poderosos de Brasil. Jugó un partido contra un humilde club llamado Andaraí, al cual destrozó 12 goles a cero. Un aficionado del Andaraí, llamado Arubinha se coló al estadio del Vasco, testigo de la masacre, y enterró un sapo con la boca cosida diciendo ¡Que el Vasco no salga campeón en doce años! ¡Que no salga, si hay un Dios en los cielos!

A pesar de que el Vasco Da Gama se reforzaba con los mejores jugadores existentes y tenía cuadros de ensueño, el título no llegaba. Afición, jugadores y directivos estaban tan desesperados que, según Eduardo Galeano, convirtieron su campo en un páramo lunar, lleno de hoyos y de cráteres. Pero el sapo no aparecía. El último recurso: ir con Arubinha y rogarle que les diera la ubicación del sapo. Arubinha dijo que no había tal historia y que todo era un mito. Al año siguiente, 1945, el Vasco salió campeón nuevamente.

¿Será eso lo que le pasa al Cruz Azul? El Coloso de la Nochebuena, sede del equipo cementero y que muy pronto será demolido, no ha visto campeón a ninguno que lo use de local en 70 años, según a causa del espíritu de una anciana que hace varias décadas ronda el túnel que conecta el Estadio Azul con la Plaza México. También dicen que en el mismo espacio aparece un charro, pero nadie tiene evidencia al respecto. Aunado a este hecho, hay tantas otras leyendas de maldiciones que explican la situación actual del equipo. Desde las palabras de Palencia una vez conquistado el trofeo contra León, en el que decía que tenían otro colchón de 17 años para levantar un título -en referencia a que su último título antes de 1997 había sido 17 años antes-; hasta los fantasmas del panteón que se encuentran al lado de la Noria, el cuartel general del Cruz Azul.

A tal punto han llegado, que una bruja fue a la Noria a hacer una limpia. Según ella, después de levantar el campeonato de 1997 alguien lanzó una maldición sobre el equipo, la cual ha sido eliminada luego de hacer un ritual con cabezas de cerdo y res. ¿Pronto veremos al Cruz Azul campeón, o es que hay otras maldiciones de las que nadie sabe y que tendrá condenado al equipo a donde quiera que vaya? ¿O simplemente es que su maldición es creer que están malditos?

Por Bernardo OV

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