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Didier Drogba

Ya pronto estaremos contigo, querido Tito, pues tu padre y yo hemos perdido el empleo en el banco y la situación aquí está muy difícil”. Esas fueron las palabras que le dijo su madre a Didier Drogba por teléfono, luego de que el pequeño pasara más de dos años sin sus progenitores. 

Lo único que lo mantenía vivo era el futbol, en donde sus compañeros de clase lo excluían con el pretexto de ser el único africano entre todos. Pero Drogba lo sabía bien: ellos le tenían miedo al verlo anotar más de dos goles cada que jugaban en el patio del colegio. 

Infancia

Didier tuvo que tomar un vuelo a Francia para dejar su natal Abiyán, ciudad al sur de Costa de Marfil. Con su tío Michel podía tener una mejor oportunidad de estudiar y jugar futbol en pequeños clubes, los cuales el hermano de su madre ya había buscado para que dejaran al chico probarse.

Sin embargo, la tristeza por dejar a sus padres en medio de la tensión política de su país, lo hacía tener insomnio por las noches y desconcentración por las mañanas. A la par de ello, los niños de su clase tomaban sus brazos para escribir en ellos y cuestionarle una y una vez el por qué era de color negro. Esta situación le molestaba bastante a ‘Tito’. 

La oportunidad 

A escasos kilómetros de la universidad se encontraba el campo de entrenamiento del Le Mans, equipo de Segunda División, escuadra que le dio su primera chance de ser profesional con tan solo 18 años. El chico se notaba libre; con todo y que lo ponían de lateral, por la timidez de decirle al coach que él jugaba de delantero.

De a poco fue tomando protagonismo por su velocidad y gran físico con el que desplazaba a sus rivales. Así, fue como un día llegó al Guingamp, en donde su fogueo se concretó. Como ciudadano marfileño pensó con su corazón y decidió defender los colores de su bandera en el ámbito futbolístico pero, sobre todo, en el plano social.

Marsella 

Uno de los clubes más grandes de Francia no podía quedarse con las ganas de un verdadero killer del área y, para 2003, lo fichó por tan solo 3.3 millones de euros, inversión que le dio al tercer mejor goleador de la Ligue One y al futbolista que devolvió al Olympique a una final europea, misma que desafortunadamente perdió ante el Valencia en Gotemburgo.

Chelsea 

Román Abramóvich compró al Chelsea en 2003 y, al buscar un nuevo punta nominal, no dudó en voltear a las mejores ligas del mundo para saber quién podría ser. El ruso puso 24 millones de euros en la mesa por ‘Didi’, convirtiéndolo en el marfileño más caro en la historia de la Premier League. El resto, es historia…

Cuatro ligas inglesas, tres FA Cup, dos Community Shield, dos copas de la liga, máximo goleador extranjero del Chelsea con 164 goles y el trofeo más importante en la historia del club londinense: la Champions League en donde se proclamó como el héroe de Múnich al convertir el único tanto del equipo azul en los 90 minutos y al haber anotado el penal que soñaron los hinchas blues toda su vida. 

Pacifista 

Con Costa de Marfil tenía una cuenta pendiente: clasificar a un Mundial. Y en 2005 lo consiguió, justamente el mejor momento futbolístico de Drogba. Por primera vez su país estaría en el evento más grande que puede ofrecer el futbol y, tras escuchar el silbatazo final del árbitro en el partido clasificatorio, Didier pidió un micrófono y se arrodilló.

Los marfileños llevaban más de tres años en guerra tras un intento de golpe de estado en 2001, y Didier sabía que era momento de la unificación plena. Ante todo el estadio lleno y con los ojos de su país viéndolo a través de la televisión local; pidió que se acabara de una vez por todas el conflicto.

«Ciudadanos de Costa de Marfil, del norte, sur, este y oeste, os pedimos de rodillas que os perdonéis los unos a los otros. Un gran país como el nuestro no puede rendirse al caos. Dejad vuestras armas y organizad unas elecciones libres». Didier Drogba.

El mensaje, en un momento de tanta euforia, llegó a los corazones de toda la nación. Pero no terminó ahí. La ciudad de Bouaké había sido tomada por los rebeldes y, por ende, era de los lugares más peligrosos del país. Esto no fue impedimento para él, pues decidió organizar un partido amistoso en ese sitio. Era una locura, los dirigentes lo sabían y se mostraron renuentes a la idea. Pero con la fe firme de unidad, la iniciativa se llevó a cabo. 

El 3 de junio del 2007 comenzó el encuentro y todos, políticos, rebeldes, familias, hombres, mujeres y niños cantaron al unísono el himno nacional. Costa de Marfil era una sola; un solo corazón peleando ante Madagascar. 90 minutos bastaron para que la guerra no tuviera más sentido.

Trotamundos 

Drogba jugó otros dos mundiales (2010 y 2014) con su selección y, además, su ciclo en el Chelsea se cerró por un instante, pues fue elemento del Shanghái Shenhua en China y del Galatasaray en Turquía, donde salió campeón. Regresó al club que le abrió las puertas en Inglaterra, pero esta vez con el dorsal ‘15’ en su espalda, como cuando fue presentado por primera vez.

Viajó hasta los Estados Unidos para tomar una aventura en la MLS con el Impact de Montreal y se estrenó como el mejor delantero de todos; con un hat-trick perfecto en su primer cotejo. Algo que ningún futbolista había hecho en la corta historia del balompié estadounidense. 

Actualidad 

Hoy Didier Drogba espera la resolución de su postulación como candidato a la presidencia de la federación de futbol de su nación. En primera instancia fue rechazado debido a no tener los requisitos necesarios, pero en poco tiempo contó con el respaldo de clubes de la Ligue 1 y la Ligue 2 de Costa del Marfil. Las votaciones se han retrasado 18 meses, y ahora están pospuestas indefinidamente.

Y mientras eso sucede en Costa de Marfil, Drogba fue nombrado como embajador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la clara misión de seguir ayudando, seguir apoyando, en fin, ser la figura que lleva la paz con un balón de futbol.

«Con mi nuevo papel como embajador, estoy decidido a trabajar con la OMS, la FIFA, la sociedad civil, la juventud y el sector privado para llegar al mayor número de aficionados al fútbol posible, usando el deporte como una poderosa herramienta que transmita mensajes sobre el beneficio de la actividad física», Didier Drogba.

Luego de tres Mundiales, una copa de Europa y de muchos títulos más; este futbolista no puede pasar desapercibido cuando se menciona a Costa de Marfil. Porque si de elefantes africanos hablamos: él es el rey de todos. El único hombre que con el balón en sus pies y plegarias en la mente; pudo detener una guerra y devolverle la paz a su país.

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Por: Bryan Trujillo / @BryanKameron

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