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Nacional de Montevideo

El Nacional de Montevideo no solo representa a un club de futbol, pues desde su nacimiento en 1899, ha jugado un papel fundamental de identidad colectiva con la sociedad uruguaya. El equipo más grande, más popular y más ganador de Uruguay está de fiesta, el día de hoy celebra su 122 aniversario. 

Corría el año 1811. En la Quinta de la Paraguaya se reunieron los orientales para planear el futuro de la revolución. En el acto, José Gervasio Artigas fue nombrado jefe de los orientales, un momento trascendental en la historia de Uruguay. Casi cien años después sobre esa misma tierra, nació el gran Parque Central, hogar de pasiones, hazañas y glorias, pero sobre todo casa del Nacional de Montevideo. 

Una fusión nacionalista 

A finales del siglo XIX, el futbol empezó a practicarse en gran medida en tierras charrúas, se convirtió en una actividad totalmente cotidiana y necesaria. El problema es que como en casi toda América, el futbol era dominado por los europeos, en Uruguay los dueños del balón eran ingleses. En este contexto, dos grupos de estudiantes criollos, decidieron crear el Montevideo Football Club y el Uruguay Athletic Club

El 14 de mayo de 1899, en el hogar de Ernesto Caprario, jugadores y directivos de ambos clubes, decidieron fusionarse para crear el Club Nacional de Montevideo. De esta manera, le dieron vida a un club totalmente nacional. Incluso los colores de la institución: blanco, azul y rojo, fueron inspirados en los tonos de la bandera de Artigas

Potencial y temor

Fue para el 25 de junio del mismo año, cuando el Nacional debutó derrotando al Uruguay Athletic 2 por 0. Para 1900, llegaron al equipo el Club de los Céspedes, tres hermanos: Amílcar, Bolívar y Carlos Céspedes, quienes dejaron huella en el conjunto.

Por si fuera poco, el club recibió las instalaciones del Parque Central a las afueras de Montevideo. Para 1901 se unieron a The Uruguay Association Football League pese al rechazo de los clubes extranjeros, pues conocían el potencial del Nacional y tenían temor de perder su dominio deportivo. 

A decir verdad, los primeros años del Club fueron bastante fructíferos. En su torneo de debut, salieron subcampeones con una marca de cinco juegos ganados, dos empatados y uno perdido. En 1902, se hicieron con el título tras vencer en la final al CURCC (Central Uruguay Railway Cricket Club) y para el siguiente año repitieron la hazaña, de nueva cuenta derrotaron al CURCC en el partido por la gloria. 

Uruguay tricolor 

Una vez al año se jugaba un encuentro entre Argentina y Uruguay, la asociación charrúa llamó a jugadores del equipo tricolor que venían de ser campeones invictos. Ante esta situación, el CURCC se molestó y decidió no prestar jugadores a la selección, así que el Nacional se vistió de azul para representar a su país.  El partido culminó 3:2 a favor del equipo uruguayo, marcando así la primera victoria internacional de la selección, un acontecimiento que quedó en los libros de historia del futbol en Uruguay.  

Era el año de 1905, cuando el equipo conquistó su primer título internacional: la Copa Honor Rioplatense, en la final vencieron al Alumni Athletic Club de Argentina. Después de tantas luces, la sombra llegó y lamentablemente, Bolívar y Carlos Céspedes fallecieron a causa de viruela

Clásico uruguayo 

Ya que mencionamos al CURCC, que posteriormente se convertiría en el Peñarol; hay que hablar del clásico uruguayo: Nacional contra Peñarol. Hay varias hipótesis sobre el surgimiento de esta rivalidad, la más común es atribuida a fines sociales ,ya que el CURCC era un equipo de ingleses, y el Peñarol un conjunto de criollos. 

Los constantes enfrentamientos entre ambos clubes significaban no solo una victoria en el campo, si no, una victoria de identidad y cultura para algún sector. Posteriormente, se fue olvidando la cuestión cultural, y la rivalidad, al día de hoy es meramente futbolística. En vista de que ambos son los equipos más ganadores del país, era inevitable que un clásico bastante pasional se fuera generando. 

“Que un hincha de Peñarol se enamore de una chica de Nacional, o viceversa, puede originar resentimientos familiares de la envergadura, que los conviertan en los Montescos y Capuletos del subdesarrollo”, Mario Benedetti. 

De obreros a futbolistas

La muerte de los hermanos Céspedes fue un  golpe fue durísimo en el club, tanto que cayeron en un bache deportivo e institucional que se vio agravado en 1910 por la entrada al equipo de una horda de jugadores obreros, situación que generó debate entre los socios, y varios abandonaron el club para marcharse al Bristol FC. 

A nivel local, mantuvieron una sequía de 9 años, hasta que en 1912 lograron reconquistar el título nacional, a partir de ahí siguieron ganando campeonatos, dejando un palmarés en la era amateur, admirable: a nivel local, conquistaron once campeonatos uruguayos, y ocho copas, presumen un tricampeonato copero de 1915 a 1917

En el panorama internacional, levantaron tres veces la Copa de Honor Cusenier (1915, 1916 y 1917), y dos trofeos de la Copa Competencia Chevallier Boutell (1913 y 1915), en dicho certamen se mantuvo la constante de vencer a potencias argentinas como Boca, River, Independiente, San Lorenzo, entre otros. 

Gira del 25

Como ya era de costumbre el equipo tricolor siguió vistiendo la indumentaria de la selección, incluso levantó el oro olímpico en París 1924. Para el recuerdo queda la gira que hizo el club en Europa la cual duró 190 días. Visitaron 9 países y 23 ciudades. Enfrentaron a los grandes equipos del viejo continente y consiguieron un saldo de 26 juegos ganados, 7 empates y 5 derrotas. 

Inicio del profesionalismo 

En 1932, el futbol uruguayo se tornó profesional, y en 1933 el Nacional formó un equipo que marcó época, conocido como “la Máquina Blanca”, el cual, será recordado por ser un combinado ofensivo y espectacular. El mencionado torneo se lo llevó el Nacional después de derrotar al Peñarol en la final. En 1940, llegó al equipo el argentino Atilio García, quién se convirtió en ídolo y máximo romperedes del club. Los éxitos no pararon de llegar, y de la mano de Héctor Castro, el Nacional logró su primer Quinquenio de Oro por consagrarse pentacampeón de Uruguay.  

Frustrante internacionalización 

Como todo equipo con éxito nacional, los de Montevideo comenzaron a buscar un renombre internacional. Su primera participación en Libertadores fue en el año del 62, donde cayeron ante Peñarol en las semifinales. Tras aquella dolorosa derrota, Zezé Moreira firmó como entrenador y de inmediato cambió la identidad de juego a una mucho más brasileña con el famoso esquema táctico 4-2-4

En esa ocasión lograron llegar a la final de América, pero fueron vencidos por el Independiente de Avellaneda. En 1966, volvieron a quedar a tan solo un partido de la gloria, esta vez fueron superados por el Racing de Avellaneda en Lima. 

Para 1969, Miguel Restuccia asumió la presidencia del club y se enfocó en armar un plantel que no tardó en traer glorias, con futbolistas como: Luis Ubiña, Martín Mujica, Julio Montero, Víctor Espárrago y Julio César Morales. Sin embargo, por caprichos del destino, volvieron a perder la final de Libertadores, por tercera vez en siete oportunidades, en esta ocasión el verdugo fue Estudiantes de la Plata

Las tres conquistas de América 

Al hablar del Nacional, es necesario mencionar a Washington Etchamendi, que en su papel de técnico marcó una época dorada en el club. Los éxitos internacionales comenzaron en 1971 donde al igual que el año anterior la Libertadores emparejó en la final a Estudiantes de la Plata y al Nacional de Montevideo, pero esta vez la historia fue distinta, porque los uruguayos alcanzaron su primer título de América en su historia. 

Esa misma temporada consiguieron la Copa Intercontinental venciendo al Panathinaikos, subcampeón europeo, y la Copa Interamericana derrotando al Cruz Azul de México. Por si fuera poco, nunca aflojaron en el torneo nacional, y consiguieron la liga de 1969 hasta 1972. 

Posteriormente, llegaron tiempos de sequía. En respuesta se abrió una nueva era con la elección de Dante Loco como presidente, quien trajo consigo a Juan Manuel Mugica como técnico, el estratega uruguayo implementó un modelo de marcación hombre a hombre en toda la cancha. 

Aquella apuesta de Mugica le valió el campeonato de la Libertadores por segunda vez tras vencer al Inter de Porto Alegre en la final de 1980. Ese mismo año, se volvieron a consagrar campeones del mundo en Japón tras imponerse al Nottingham Forest de Inglaterra por la mínima. 

A finales de la década de los ochenta, el futbol uruguayo se encontraba en una crisis económica, de la cual, no se veía salida. El Nacional formó un equipo bastante humilde que trajo consigo muchas satisfacciones. Después de ganar la Copa América de 1988, con la selección charrúa, Roberto Fleitas hizo sus maletas para aterrizar en Montevideo y dirigir al Rey de Copas. Ese mismo año, la institución cerró su tripleta de Libertadores y campeonatos del mundo tras vencer a Newell ́s Old Boys y al PSV Eindhoven, respectivamente. 

Centenario del Nacional 

El 14 de mayo de 1999, Nacional festejó su centenario bajo el lema “100 Años de Verdad”, el cual apeló a la identidad hincha-club, pues la década de los noventa fue muy irregular para el equipo, solo levantaron el título nacional en 1992 y 1998. 

El nuevo milenio empezó con el pie derecho, pues los de Montevideo, dirigidos por Daniel Carreño, volvieron a conquistar la liga tres veces de manera consecutiva (2000, 2001 y 2002). 

Para 2005, Martín Lastre llegó a la institución y como parte de este nuevo proyecto, se decidió remodelar el Parque Central, con el fin de regresar al lugar donde nació todo, en vista de que jugaron 75 años en el Estadio Centenario.

Con La Quinta de la Paraguaya remodelada, Nacional dio dos vueltas olímpicas de manera consecutiva tras salir bicampeón en 2005 y 2006. Este último trofeo será recordado porque el tricolor salió campeón y Peñarol acabó en último lugar de la clasificación

Pasaron tres años de sequía, hasta que llegó Gerardo Pelusso al club y llevó al equipo a levantar el campeonato uruguayo en 2009, año en el que también volvieron a jugar la Libertadores, pero fueron eliminados prematuramente. Poco queda por agregar, desde aquel entonces, han vuelto a consagrarse campeones de Uruguay seis veces más, en 2011, 2012, 2015, 2016, 2019 y 2020.  

¿Qué significa ser hincha del Nacional?

En el futbol sudamericano se acostumbra a nombrar las posiciones dentro del campo con números. El 4 en la zaga, el 6 y 8 en medio campo, el 10 entre líneas y el 9 de romperedes. Pero el hincha de Nacional, juega de 12, ama a su camiseta en las buenas, en las malas y en la peores, él nunca abandona, ni deja de creer, simplemente se dedica a hacer valer su función: la del doce.

“Bien sabe este jugador número doce que es él quien sopla los vientos de fervor que empujan la pelota cuando ella se duerme, como bien saben los otros once jugadores que jugar sin hinchada es como bailar sin música”. (Eduardo Galeano).

Tanto es el amor del hincha del Nacional a los colores, que en 2013, le enseñaron al mundo “la bandera más grande del mundo”, una pancarta de treinta mil metros cuadrados, que en los partidos adorna la grada del Parque Central, bajo el lema “Padre y decano del fútbol uruguayo”. Esta iniciativa fue fomentada en 2010 por los propios aficionados, quienes hicieron una recaudación de 55 mil dólares para la creación del telón. 

El Nacional de Montevideo presume de ser uno de los equipos más tradicionales y grandes en la historia del futbol, además, cuenta con una longevidad impresionante, no queda más que desear feliz aniversario al decano del futbol uruguayo. 

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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08

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