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Iberdrola

El futbol femenil de España es el único de Europa, entre las principales ligas, que no tiene definido su inicio de temporada. Desde la cancelación de la pasada -a inicios de mayo-, tanto clubes como jugadoras solo han esperado que la Real Federación Española de Fútbol otorgue una fecha exacta para comenzar el torneo 2020/2021 de la Liga Ibredrola. Pero esto sigue solo con plazos tentativos. 

La falta de un protocolo sanitario y laboral, ambos como resultado de la contingencia por el coronavirus, realizado por el Consejo Superior de Deportes y diferentes federaciones, y que debe ser ratificado por el Ministerio de Sanidad es lo que impedía su reanudación. No obstante, pese a que ya existe uno, falta la autorización de dicho departamento gubernamental que daría luz verde a la inauguración del certamen.

Si terminar la competición anterior fue mal vista por no consultar siquiera un posible retorno, y que, a su vez, se diera por finalizada, ahora el asunto pinta peor al no marcar un día exacto de arranque. La semana pasada la RFEF comunicó que la Liga Iberdrola podría iniciar el 18 de octubre pero, en caso de que todos los conjuntos llegaran a un acuerdo, podría adelantarse al 11 o 4 del mismo mes. Lo que significa que, por lo tanto, hay tres fechas posibles de comienzo pero ninguna oficial. 

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A diferencia de la categoría varonil, quienes no solo terminaron el torneo anterior con los lineamientos seguros para ello, sino que también iniciarán su nueva campaña este viernes, las atletas de la Primera División de España entrenan aún con la incertidumbre de saber cuándo volverán. Esto también se debe a la dependencia que organiza cada certamen. Mientras que al máximo circuito español lo maneja la Liga de Fútbol Profesional, a la Iberdrola es la RFEF

Este organismo además de regir a la Primera y Segunda División Femenil, también lo hace con la Segunda B y futbol sala. Estas categorías, pese a ser la fuente de ingreso de 6,000 personas, 800 entre ambas ligas femeniles, son catalogadas como competiciones no profesionales. Es decir, que aun sin gozar de ese título, es tal la cantidad de actores que dependen de los ingresos de dichas ligas, por lo que el que los torneos estén detenidos termina por afectar directamente. 

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La primera fecha en la que se estipuló el regreso de todas ellas fue el 5 de septiembre pero no ocurrió. Las condiciones no eran seguras y en clubes como el Atlético de Madrid femenil hubo contagios de Covid-19, por lo que era impensable retornar a las actividades. No fue hasta el 10 de agosto cuando la RFEF canceló la apertura de las nuevas temporadas. Después de ello surgieron las propuestas de arrancar hasta octubre.

A pesar de que la mayoría de las escuadras de la Iberdrola iniciaron su preparación desde a mediados de julio, sin tener siquiera un calendario, el Rayo Vallecano fue el único que, hasta ahora, no ha vuelto a entrenar. Su presidente, Raúl Martín Presa, se ha negado a exponer a su plantel al no existir un protocolo en rigor que garantice su seguridad. Es por ello que, de acuerdo a la unanimidad que debe haber para retomar el torneo antes del 18 del siguiente mes, podría no suceder debido a la posición del cuadro madrileño. 

El inicio aún no es claro pero el final sí. La campaña femenil debe de finalizar el 30 de junio del próximo año. Es por ello que, de iniciar el tercer domingo de octubre, comprometería a la liga a tener más partidos por semana. Pues no solo es esa contienda, sino que tienen otras que disputar: la Copa de la Reina, de la temporada que se suspendió y la del siguiente año, la Supercopa de España, partidos de la selección y la UEFA Women’s Champions League

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Por su parte, como si no fuera demasiado de la RFEF, planteó un cambio de formato para arreglar la cuestión de los tiempos; en éste serían dos grupos sin juegos de vuelta, calificarían ocho para disputar el campeonato, diez para no descender y bajarían cuatro a la Reto Iberdrola, la Segunda División. Sin embargo, la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino se ha negado a la propuesta.

Los protocolos exigen, entre otras cosas, que se apliquen PCR 72 horas antes de cada competencia. No obstante, los clubes demandan que la Federación sea la encargada de costear los pagos que se necesiten. Al ser ésta la que regula y organiza su liga, y los equipos al ser parte del futbol no profesional, dejan entrever que, en todo caso, ella sería la responsable de provisionar dichos montos. 

Las pruebas solo son una parte de los requerimientos.

Invertir en seguridad sanitaria tiene más costes. En los desplazamientos cada deportista debe alojarse en habitación individual y los equipos deberán reservar comedores estancos para ellos. Tendrán que identificar a un delegado que haga cumplir el protocolo y a un responsable de higiene que revise las instalaciones cuando jueguen como locales. En la cancha, se abre la posibilidad incluso a que deportistas o árbitros puedan llevar mascarilla durante entrenamientos y partidos” comenta El País.

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Las irregularidades por las que ha atravesado el balompié español ha sido superado, rotundamente, por la pandemia. Pese a ser el femenino un ejemplo para otras ligas al contar con un sueldo donde el mínimo sea de 16,000 euros, con un protocolo en caso de embarazo o uno en contra del acoso sexual, la organización deja mucho por desear. Aunque han sido pasos importantes hacia adelante, cuestiones como por la que hoy se vive, dejan visualizar el poco interés y lo mucho que falta por trabajar y mejorar en el futbol femenil.

 

Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez

 

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