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Dida

Nélson de Jesús e Silva, mejor conocido como Dida nació un 7 de octubre del 73 en Bahía, al noreste de Brasil. El portero aún sigue con los guantes puestos, no como futbolista en activo pero sí como entrenador de arqueros en el AC Milan. Sigue fijo bajo los tres palos y defiende a muerte la valla del cuadro rossoneri, como en aquella década entre los 2000 y 2010, cuando levantó dos Orejonas con el conjunto italiano.

El arco como destino

Dida es oriundo de Bahía y creció con la ilusión de ser un día como sus ídolos Cláudio Taffarel y el soviético Rinat Dassaev. Siempre quiso conservar el balón y sus dotes y altura lo llevaron hasta el Esporte Clube Vitória, equipo de su región y donde hasta ganó un campeonato. Su talento, un año después, fue precursor de que fichara por el Cruzeiro, en él debutó como profesional y empezó a tener una era de ensueño.

Era 1993 y Dida había pasado a un conjunto en donde conquistó no solo la Copa de Brasil contra el Gremio con un marcador de 2-1, donde pasó a la historia pues el Cruzeiro nunca había ganado esta contienda. Permaneció en el cuadro de Belo Horizonte por cinco años y en 1997, alzó la Copa Libertadores al derrotar al Sporting Cristal de Perú con un gol en la vuelta. 

El joven de 23 años alcanzó un título que muchos otros futbolistas ya hubieran querido conseguir con su agilidad y claro, con los guantes. Atajaba penales, volaba por los balones, tenía buenos reflejos y su altura de 1,95 siempre lo ayudó. Tenía una capacidad de reacción impresionante, ni los balones más escurridizos, por abajo y a la esquina lo dejaban mal parado, fue así que su destreza lo llevó hasta el Corinthians, donde ganó el Mundial de Clubes en el 2000.

Labrar el camino

Muchos jugadores sueñan con arribar a otros puntos del planeta gracias a su habilidad, con Dida fue así. Él no solo mostraba su capacidad a nivel de clubes, sino también con la camiseta verdeamarela, aquella que representó desde los 90 y con la que ganó la Copa Confederaciones en 1997, así como la Copa América de Paraguay en 1999, además de que fue dos veces subcampeón, una en la Confederaciones del 99 y otra en el Mundial de Francia un año antes, aunque en ese momento fue el suplente de Taffarel, a quien admiró de chico.

Fue parte del plantel que conquistó la Copa del Mundo de Corea-Japón en 2002 contra Alemania, pues aunque no jugó la final como titular ni tuvo minutos en el partido más importante de la primera década del siglo para la verdeamarela, Dida estuvo en el banquillo y vio a su compatriota y compañero Ronaldo marcar un doblete, aquel que le dio la victoria a su nación, haciendo feliz a los más de 178 millones de brasileños que existían en ese año.

Después de todo esto voló a Italia y en un principio su traspaso se complicó por una ‘movida’ que intentaron hacer los del AC Milan. Dida sería fichado con un pasaporte de nacionalidad portuguesa falso, esto para facilitar su llegada al club rossoneri y estancia en Europa, no obstante investigaron el caso y sentenciaron al arquero por ocho meses de prisión condicional. Así que multaron al club por mil millones de libras de ese entonces y el brasileño no pudo jugar por un año con el club, por lo que terminó regresando al Corinthians.

Consolidación en Europa

Permaneció en el club paulista hasta después de que terminara su sanción. Viajó a Italia y a la par de que se instauró como el portero titular de su selección. Con el AC Milan pasó sus momento más grandes como arquero, pues en el 2003 fue un año memorable para el de Bahía a sus 30 años de edad. En la temporada 2002-03, alzó su primera Champions League como titular, vencieron en penales a la Juventus el 28 de mayo en Old Trafford, el Teatro de los Sueños.

Aquella noche de miércoles quedó en la mente de los aficionados rossoneri, pues Dida fue héroe y figura. Durante el tiempo regular atajó un tiro a gol de Alessandro del Piero y luego contó con la suerte del travesaño en una jugada. En los penales, fue el protagonista. Atajó tres en la contienda; David Trezeguet, Marcelo Zalayeta y Paolo Montero fueron los que ahogaron su gol tras una actuación impecable del de Bahía. Con ese partido, alzó su primera Orejona mientras Carlo Ancelotti era su entrenador.

Guantes históricos

Conquistar la Champions no fue un mérito que reafirmaba su buen momento, sino que también lo colocó en la pequeña y envidiable lista de diez futbolistas que han podido ganar las dos copas continentales más importantes del mundo: la Libertadores y la Liga de Campeones. Solo personalidades como Cafú con el Sao Paulo y el Milan, Carlos Tévez con el Boca Juniors y el Manchester United, Roque Junior con el Palmeiras en el 99 y compañero de Dida en aquella edición del 2003, eran de los pocos que lo habían logrado.

Las temporadas 2002-03 y 2003-04 fueron un gran momento para el conjunto italiano, pues además de la Champions ganaron la Serie A, la Copa y Supercopa de Italia, y la Supercopa de Europa tras vencer 1-0 al Porto de José Mourinho. El brasileño pasó sus días de gloria con Ancelotti, quien también los dirigió a su segunda Liga de Campeones en la edición 2006-07, la supercopa (2007) y el Mundial de Clubes contra Boca, en Japón, logrando la mayoría de los títulos por lo que jugó.

Perteneció al Milan hasta el 2010 luego de años con grandes condecoraciones. Después de finalizar su contrato con éste, retornó a Brasil y los siguientes dos años de su carrera formó parte del Cruzeiro, Portuguesa, Gremio e Internacional, finalmente se retiró en 2016 con este último e inició su preparación como entrenador de porteros. Volvió a Italia y se centró en las básicas de los rossoneri, el año pasado se dio el anuncio de que Dida, después de dos Champions, sería el técnico de los arqueros del primer equipo, como Gianluigi Donnarumma.

 

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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez

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