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Tribunas vacías

Era un partido más. O al menos eso se creía antes de lo sucedido.

A dos jornadas de culminar el torneo, ninguno de los dos equipos aspiraba a algo. Ambos se habían quedado lejos de los lugares para clasificar a liguilla y sus delanteras no figuraban en la disputa por el título de goleo. Simplemente debían cumplir con el trámite del calendario regular.

Tan minimizado fue aquel juego que se difundió poco en medios de comunicación y redes sociales. Ni siquiera despertó el interés de la afición local, que redujo de seis mil a 300 personas el aforo en las gradas.

“Ya será para la otra temporada, ahorita ya para qué, no se juegan nada”, escribió un seguidor del club en su cuenta oficial de Twitter.

Pero de las 300 personas que acudieron al estadio, 150 grabaron con su celular aquel acto inesperado e inédito en la historia del futbol femenil mexicano. Los videos se viralizaron rápido y merecieron la atención mundial.

Las cuentas de los equipos femeniles de Boca Juniors, River Plate y Racing se sumaron a la iniciativa de las jugadoras mexicanas con los hashtags #NiUnaMás, #NiUnaMenos y #NosFaltasTú, mientras que sus respectivas hinchadas comenzaron a tuitear los nombres de aquellas mujeres asesinadas y desaparecidas en Argentina en lo que iba del año.

En Europa, por ejemplo, las futbolistas del Olympique Lyon tuvieron un gesto conmovedor al tatuarse con henna los nombres pronunciados por las mexicanas en el partido que actualmente se conoce como “El grito de las tribunas vacías”. En sus brazos, las francesas rindieron un homenaje a las mujeres que no volvieron a casa o les arrebataron la vida. 

Aquel juego de la liga femenil en nuestro país, que era intrascendente antes del silbatazo inicial, se transformó en una novedosa protesta para exigir justicia y preservar en la memoria a aquellas mujeres víctimas de feminicidio y desaparición en México.

Una fotógrafa deportiva que cubrió el evento lo bautizó como El grito de las tribunas vacías a partir de una imagen que captó desde la zona alta del estadio: 22 futbolistas y cuatro árbitras en círculo ubicadas al centro de la cancha sin aficionados en las gradas; los 300 que asistieron no se visualizaban bien en esa imagen debido a la altura, parecían puntitos.  

Ese círculo a mitad del campo fue propuesto por la árbitraAspíllaga minutos antes del partido. Ella acudió a los vestuarios de ambos equipos para explicar su motivo. De manera unánime, cuerpos técnicos y futbolistas aceptaron ser parte de su idea. La razón era poderosa, muy poderosa para hacerlo. “…si ahora le pasó a mi familia, mañana puede ser a la suya. Es una pesadilla tener que ir a identificar el cadáver y verlo irreconocible…”, les contó acerca del proceso de dolor que enfrentó tras haber reportado desaparecida a su prima, quien era como su hermana, y enterarse que había sido asesinada a manos de su pareja, un tipo que se deshizo del cuerpo arrojándolo en una barranca.

Inspirada en el final de la película El juicio de los 7 de Chicago, comprensiva de que esa forma de protesta iba a implicar una sanción por parte de la Federación, pero convencida de que era una opción pacífica que involucraba al futbol como una vitrina con resonancia social, la árbitra repartió hojas a cada una de las jugadoras, integrantes de los cuerpos técnicos y cuarteta arbitral con los nombres de las mujeres asesinadas y desaparecidas en lo que iba del año en que aconteció aquel partido, 2021.

Las suplentes, entrenadoras, auxiliares, preparadoras físicas, doctoras y utileras lo hicieron desde la bancas, de pie. En la cancha, las titulares y el cuerpo arbitral encabezado por Aspíllaga comenzaron a pronunciar en voz alta 250 nombres de forma corrida. Desde el primero hasta el último, no se detuvieron un segundo. Rotas, con lágrimas en sus rostros, al final emitieron un estrujante grito coral: “¡Nos queremos vivas!”.

Como era de esperarse, la Federación castigó a todas las involucradas con multas económicas y suspensiones provisionales, principalmente a Aspíllaga por incitar a lo que los federativos calificaron de “una acción política que contrapone los valores deportivos estipulados en el reglamento”.

La acción empleada por los dirigentes del futbol femenil mexicano propició que estrellas deportivas de talla internacional defendieran la protesta, por lo que exigieron retirar las sanciones impuestas. Más por el ego herido de saberse exhibido alrededor del mundo que por la presión de atletas de élite, el presidente de la Federación declinó a los castigos. Meses posteriores dimitió a su cargo y su sucesor validó la protesta como un ejercicio que podía desarrollarse una vez cada semestre. 

Desde entonces, El grito de las tribunas vacías se instituyó como una conmemoración especial en torneos femeniles. Se repite temporada tras temporada en partidos de penúltimas jornadas donde los equipos no se jueguen nada en apariencia, esto con el propósito de llenar el estadio y nombrar entre miles de gargantas a las mujeres asesinadas y desaparecidas del año en turno.

Para este efecto, marcas deportivas y patrocinadores acordaron con los clubes no usar sus logos para no comprometer acuerdos comerciales; los patrocinios condicionan evitar el nexo del futbol con un asunto de interés general ajeno a la salud, el consumo o la tecnología.  

Los aficionados que no pueden acudir a las gradas, lo hacen tal como lo hicieron hinchas de Boca Juniors, River Plate y Racing, es decir, manifestándose en redes sociales con los hashtags #NiUnaMás, #NiUnaMenos y #NosFaltasTú, junto a una bella postal dedicada a las víctimas. 

¿Qué pensará en estos instantes el seguidor que escribió “ahorita ya para qué” en la cuenta oficial de su equipo?

*Ficción que se acerca a la realidad.

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Por: Elías Leonardo / @jeryfletcher

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