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Roberto Mancini

«Fue una de las razones por las que la Lazio ganó seis o siete trofeos en tres años. Siempre fue como un entrenador cuando era un jugador. Era un entrenador, era un hombre de equipo, era el conductor de autobús, era todo. En la Sampdoria comprobó que todo estaba en su lugar antes de entrenar. A veces le decía, ‘Mancio, tienes un partido que jugar el domingo. Te vas a agotar si tienes que controlarlo todo. Pero él era así”. Sven-Göran Eriksson en 2011 para el diario The Guardian.

De la iglesia a las canchas

El 27 de noviembre de 1964 la provincia de Ancona, región de Maracas en Italia, vio nacer a Roberto Mancini; quien creció en una familia creyente y practicante del catolicismo, por este motivo sus primeros años en la escuela los cursó en el Oratorio San Sebastian di Jesi, mismo en el que inició a practicar futbol desde los 6 años. Fue en el equipo del colegio en donde vivió una anécdota que enlaza su manera de vivir en aquella lejana infancia.

 “Para el día de mi primera comunión, el párroco movió la hora del partido del que era mi equipo en ese momento. Al final no lo logramos, pero convencimos a nuestro sacerdote de retrasar un poco el inicio de la ceremonia. ¡También marqué dos goles en ese partido antes de la comunión!”.

Desde pequeño Mancini supo que quería dedicarse al futbol. Su padre, Aldo, fue el primero en darse cuenta que el balón estaba en el futuro de su hijo, pues fue él quien le transmitió el amor por este deporte, pero su madre Marianna no siempre quiso que su hijo se dedicara a ello, pues no quería que se apartara de ellos. Aunque aquella idea comenzó a cambiar cuando el pequeño Roberto, de tan solo 14 años de edad, fue fichado por el Bologna.

“Mi objetivo era jugar al futbol y me asombré cuando me di cuenta de que Bolonia me reembolsaría los gastos (¡90.000 liras al mes!): ¡Me quedé perplejo porque me pagaban por jugar al futbol y divertirme!”.

En la mediapunta de Bologna encontró un lugar en el que se sentía como en casa, su primera impresión al llegar al club rossoblu fue que tenía que esforzarse, trabajar duro y cuidarse de las lesiones, debido a que en su estancia en las inferiores vio cómo muchos jugadores muy talentosos no lograban trascender por alguna de estas causas. 

Le debo mi primer banco de la Serie A al azar. El entrenador buscaba un reemplazo para un jugador lesionado del primer equipo y no encontró a Marco Macina, por lo que terminó llamándome. Recuerdo la sensación de estar en el mismo entorno que los grandes campeones. ¡Uno de esos jugadores que había visto en el estadio cuando papá me llevó a ver partidos o en televisión!». 

Su participación como rossoblu en el primer equipo no tardó en llegar, debutó en la Serie A en la temporada 1981-82, el  13 de septiembre de 1981, cuando el cuadro boloñés recibió la visita del Caligari; rápidamente se hizo de un lugar constante en el cuadro presentado por el técnico Tarciso Burnich. Aquella primera campaña participó en 30 encuentros, y marcó 9 goles, sin embargo el Bologna solo consiguió 23 puntos, quedando así en penúltimo lugar de la tabla general, lo que le llevó a desecnder a la Serie B.

De pequeño a gigante

Gracias a sus actuaciones, al finalizar aquella campaña fue contactado por la Sampdoria, equipo que desembolsó la cantidad de dos mil millones de liras, una cifra que se consideraba descabellada para fichar a un joven de 16 años. De esta forma y, sin saberlo aun, comenzaría la etapa más brillante en su carrera como futbolista.

Para ese entonces, la Sampdoria de ascender a la Serie A, por ello Mancini sabía que esta era una oportunidad de oro para lograr consagrarse, cosa que en poco tiempo logró hacer. Su primer título llegó en la temporada 1984-85, cuando conquistó la Copa de Italia, en esa misma temporada nació una de las duplas que hicieron temblar tierras itálicas, pues junto con su compañero Gianluca Vialli formó un ataque tan temido que fueron llamados “los gemelos del gol”. En ese mismo año fue convocado para representar a la Selección Italiana, solo tenía 19 años; el estratega que lo llamó fue Enzo Bearzot, en un partido contra Canadá, realizado en Toronto.

En la Sampdoria encuentro un ambiente intenso con mis compañeros de reparto, Luca Vialli, éramos diferentes pero muy unidos, como dos polos que se atraen, juntos nos convertimos en los Gemelos del gol. Una asistencia para un compañero era como un gol mío. Conocí a Luca porque ambos compartimos tiempo en la Selección Nacional sub-21 y le había pedido muchas veces venir a la Sampdoria. Después de él, poco a poco comenzaron a llegar grandes TALENTOS y el equipo comenzó a crecer. Fue un momento mágico, un grupo de amigos que se convierten en campeones.”

Es así como este equipo fue acostumbrándose a ser protagonista y a ganar títulos. En la temporada 1987-88 y 1988-89. La Samp conquistó el bicampeonato de la Copa italiana, poco después, en la campaña 1990-91, logró hacerse con el primer y, hasta el momento, único Scudetto de la institución.

En la campaña 1991/92 la Doria llegó a la final de la Copa de Europa, encuentro en el que se midieron ante el Barcelona en el mágico estadio de Wembley. La Sampdoria resistió hasta el tiempo añadido, pero desafortunadamente para el cuadro italiano toda esperanza fue cortada al minuto 112, cuando Ronald Koeman metió el gol del título.

El último título que Roberto Mancini alzó con el cuadro blucerchiati, fue en la temporada 1993-94, cuando se hizo de su cuarta Copa italianaTras 15 años defendiendo la camiseta de la Doria, Mancini culminó su etapa en 1997 con un total de 566 participaciones y 173 goles.

Un futbolista que también es DT

Su próximo destino fue en la ciudad de Roma, el equipo de la Lazio. Durante aquella primera campaña con le Aquile, Mancini se encontró con una vieja cara conocida, el técnico sueco Sven-Göran Eriksson, con quien había coincidido en su anterior equipo. 

Es aquí donde se reinventó como jugador, pues se adaptó a las necesidades del equipo y fungió como un líder. De esta manera de está manera logró añadir más títulos a su colección: una nueva Copa italiana en su primera temporada 1997-98, la segunda fue una Supercopa italiana en 1998, pero la más importante fue en la temporada 1999-00, cuando la Lazio se hizo del segundo Scudetto de su historia, pero fue aún más relevante aquel año para Mancini, ya que, a parte de ser jugador, se convirtió en el segundo al mando del equipo y apoyo más allá de su versión como futbolista.

Sven:«Tuvimos problemas con los mediocampistas centrales en la Lazio. Un día vino a mi oficina y me dijo: ‘Déjame jugar en el mediocampo’. Le dije: ‘Mancio, tienes que defender un poco si haces eso’. «Puedo hacer eso», dijo. Así que cuando tuve un jugador más lesionado, dije: «Está bien, lo intentamos». Jugamos 17 partidos con él en el centro del campo y nunca perdimos uno. Ganó más balones que todos los demás. Y ganamos la liga «.

De esta manera es como culminó otra etapa exitosa como futbolista, pues para enero de 2001 decidió finalizar su etapa en el Calcio y tomar un nuevo rumbo, ahora en la Premier League.

La última y nos vamos

El Leicester City es quién se hizo de sus servicios, la peculiaridad de este suceso es que firmó contrato por un mes de prueba, sin embargo poco duró la aventura, porque al poco tiempo el jugador de 36 años de edad, tomó una nueva ruta tal y como lo mencionó el diario El País: 

“A la primera sirena italiana que le cantó la ilusión de un banquillo, Mancini pidió permiso para ausentarse por unos días y, sin siquiera preguntar cuánto le pagarían, se mostró dispuesto a tomar en sus manos el hierro caliente que es hoy la Fiorentina”.

Con ADN ganador sin importar el puesto

Su incorporación a la Fiorentina fue cuando ya había iniciado la campaña entre 2001 y 2002, solamente estuvo 10 meses a cargo del equipo, a pesar de ello logró hacerse con su primer trofeo al ganar la Copa de Italia.

Para la temporada siguiente, en verano de 2002, regresó a la Lazio, pero en esta ocasión para guiar desde el banquillo. En su campaña de debut logró el cuarto lugar de la Serie A, alcanzando de esta manera la clasificación a la Champions League.

Para el torneo 2003-2004 consiguió hacerse con una nueva Copa de Italia, y en la Champions sus dirigidos tuvieron un buen papel: llegaron a semifinales, pero fueron eliminados por Oporto. Al finalizar aquel período terminó la relación con las Águilas y Mancini tomó otro rumbo.

Las siguientes siete temporadas estuvo vinculado al Inter de Milán, donde fue recibido con los brazos abiertos, consagrándose con un equipo que causó furor en la Serie A  y de quien Mancini mencionó: «Soy orgulloso de haber cambiado la historia del Inter». 

Esas palabras son respaldadas por un total de siete trofeos, de entre los que destaca la Supercopa italiana obtenida en dos ocasiones, la primera en 2005, cuando rompió la sequía de 15 años sin esta presea y la segunda al año siguiente, 2006. Además de tres ligas, de entre las que hay un bicampeonato 2006-2007, 2007-2008, siendo este último año cuando se despidió del equipo italiano.

En diciembre de 2009 decidió partir a Inglaterra, está ocasión lo esperaba el Manchester City. El conjunto Citizen un año antes, 2008, había cambiado de dueños, y se propuso dejar la media tabla para convertirse en un equipo protagonista y ganador.

Este fue el escenario con el que llegó su nuevo club, uno muy complicado, pero del cual no decepcionó en su estadía de cuatro temporadas, ya que, en 2011 se hizo con la FA Cup, en la temporada 2011-2012 rompió con 44 años sin ser campeones de la Premier League y por último, en 2012, conquistó la Community Shield, pero después de unas diferencias tanto con algunos jugadores del plantel como con los dirigentes dejó el club.

 “Me fascinaba mucho la idea de poder hacer una experiencia del todo diferente a los que he hecho hasta hoy, en un país diverso. Son experiencias que enriquecen mucho, no solo desde el punto de vista profesional sino también  personal». (Roberto Mancini)

Con estas palabras Mancini le hizo frente a su nuevo destino, el Galatasaray de Turquía para la temporada 2013-2014. Sin embargo, poco le duró el gusto, pues al finalizar la campaña llegó a un acuerdo para rescindir el contrato, no sin antes haber añadido la Copa de Turquía a su palmarés.

Nuevamente el Inter de Milán fue el equipo al cual se dirigió, esta vez fue solamente por dos periodos, el primero de ellos inició en 2014-2015, en esta campaña su equipo no anduvo bien, finalizó el torneo en octavo lugar y para la siguiente ,en la 2015-2016, obtuvo mejores resultados, a pesar de eso, nuevamente se fue con saldo blanco en cuanto a títulos y con esto, una vez más se despidió de il Biscione.

Su última incursión en un club, hasta el momento, fue en un nuevo equipo exÓtico, el Zenit de San Petersburgo. En su llegada en 2017 el equipo ruso y el técnico italiano llegaron a un acuerdo para estar vinculados por tres años, a pesar de ello, en mayo de 2018 el acuerdo fue finalizado.

Selección Italiana

A pesar de que a lo largo de su etapa como jugador Mancini participó en 36 ocasiones y metió 4 goles, sin embargo no logró destacar ni hacerse de un lugar importante para la Azzurra, caso contrario de lo que está siendo como seleccionador.

Al momento de llegar como timonel en 2018, la Selección Italiana pasaba por un momento muy complicado, debido a que no clasificaron para el Mundial de Rusia 2018 y se encontraba en pleno cambio generacional. A finales de ese mismo año su amigo Gianluca Vialli dio a conocer que fue diagnosticado con cáncer, debido a ello Mancini, en un gesto de solidaridad y gran amistad, pidió su contratación para ser parte del cuerpo técnico una vez que se recuperara.

Gracias a su roce internacional con distintos tipos de futbol, Roberto se fue haciendo con distintos panoramas, por eso su estilo de juego ha ido evolucionando, con ello logró diferenciarse del estilo que normalmente tienen los técnicos italianos. Respecto a esto, el seleccionado italiano Daniel Bielsa comentó

«Actualmente, también juegan con tres muchachos de calidad en el mediocampo. Anteriormente, había dos para anotar y correr y solo uno para lanzar. Los extremos eran muchachos fuertes en el pasado, mientras que hoy son atletas más rápidos y más técnicos, teniendo a tipos como Del Piero y Totti, la defensa era el punto fuerte de Italia. Hoy es un equipo que juega mejor que sus rivales y gana con imposición».

Con la Selección Azzurra consiguió su primer campeonato internacional al conquistar la Euro 2020, disputada en el año 2021 y espera clasificar al Mundial de Catar 2022.

Llegado a este punto la pregunta es: ¿Podrá ser Mancini quien regrese a Italia a lo más alto del mundo?. Ha logrado grandes hazañas, ha dirigido grandes equipos y desde su época como futbolista tiene un romance con los trofeos, así que hay argumentos para creer que Roberto puede contar una nueva historia de éxito.

 

Leer más: Euro 1968: Italia y la suerte de campeón

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Por: Fernando Ayala

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