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Barcelona

Hace un año, el Futbol Club Barcelona se vio imposibilitado de renovar el contrato de su máximo referente –Lionel Messi– debido a problemas económicos. Por consecuencia, los culés se vieron en la necesidad de despedirse de su leyenda. El club ha gastado cerca de 150 millones de euros en tres futbolistas: Raphinha, Robert Lewandowski y Jules Koundé. ¿Cómo es posible que hace un año el club estaba en “bancarrota” y hoy es el gran protagonista del mercado? 

Sin embargo, a pesar de la millonaria inversión que realizó el Barcelona, hoy son segundos de LaLiga de España y están fuera de los octavos de final de la Champions League. Por lo que por segunda ocasión consecutiva, se quedaron en la fase de grupos como la anterior temporada.

Amargos momentos para el Barça

No es ningún secreto que la gestión y planificación financiera de la administración de Josep María Bartomeu (expresidente del Barcelona) fue desastrosa. Se caracterizó por hacer inversiones muy caras y de poco rendimiento. Debido a esto, la actual administración encabezada por Joan Laporta (actual presidente del equipo) heredó en 2021 un deuda de 1,300 millones de euros, además de una masa salarial muy alta, la cual les impedía inscribir nuevos jugadores, como fue el caso Messi. 

El pasado 5 de agosto de 2021, el club anunció vía redes sociales que no renovaría a Messi pero, si en teoría el Barcelona tenía dinero para costear el muy bajo contrato que se le ofreció al 10, ¿por qué no lo hizo? El tope salarial no lo permitía. Este concepto se refiere a una estrategia por parte de la Liga Española para evitar la competencia desleal y la quiebra financiera de los equipos.

En palabras del director deportivo de la Liga, Javiér Gómez: “El sistema de control de la Liga sirve, por un lado, para ayudar a que los clubes no incurran en pérdidas y, si lo hacen, para reequilibrarse lo más rápido posible”.

Un barco hundido 

El tope salarial se calcula restando los ingresos con los gastos de la institución. Según el reporte económico del club en la temporada 2020-2021, los ingresos del club disminuyeron un 50 % en relación a la temporada anterior, en gran parte gracias a la pandemia, y cerró el año con 97 millones de euros de pérdidas.

Según el artículo 100 de la normatividad de La Liga, en caso de exceder el tope salarial, los equipos solo podrán gastar un 25% de sus ingresos en la planificación de la próxima temporada. Por esa razón, para poder inscribir a Messi, Laporta debía liberar 200 mde en gastos, misión que no pudo concretar.

Tras la salida del astro argentino, el Barcelona comenzó una reestructuración deportiva y administrativa. La primera misión del nuevo presidente fue salvar la economía del club para posteriormente –y por consecuencia– crear una plantilla verdaderamente competitiva. 

Un salvavidas con ritmo 

La primera gran misión fue buscar a un nuevo patrocinador principal tras el vencimiento de contrato con Rakuten, la empresa de compras en línea más grande de Japón que estuvo en la camiseta blaugrana desde la temporada 2018-19 hasta la 21-22.

Tras meses de especulación, los de Cataluña terminaron por cerraron un contrato con la marca sueca de música por streaming Spotify, a cambio de 280 millones de euros, más 70 en variables.

 

La siguiente misión en el plan Laporta fue comenzar a negociar nuevos contratos con los futbolistas de la plantilla, con el fin de disminuir el tope salarial y vender o ceder otros más. Entre los jugadores que disminuyeron sus suelos un 70% están: Gerard Piqué, Sergio Busquets, Jordi Alba y Sergi Roberto. 

Corrigiendo viejos errores 

Por otro lado, las cesiones de Philippe Coutinho (al Aston Villa), Miralem Pjanic (al Besiktas) y Antoine Griezmann (al Atlético de Madrid) –quienes percibían los sueldos más altos del equipo–, aliviaron al mismo. Además, disminuyeron radicalmente el tope salarial para poder así inscribir nuevos fichajes. 

El Barcelona poco a poco se empezaba a recuperar económicamente, sin embargo, deportivamente el club no levantó. En el primer tercio de la campaña pasada tomaron la decisión de destituir a Ronald Koeman como director técnico para traer a Xavi Hernández, quien le imprimió al equipo una idea clara de juego.

Sin embargo, los resultados no han sido los mejores, aunque se debe decir, de pronto hubo destellos de buen futbol, como la goleada cuatro por cero al Real Madrid en la capital española, pero que de poco sirvió tras perder la liga.

Soluciones rápidas y efectivas 

Una institución que está acostumbrada año con año a pelear por todos los títulos no se puede permitir seguir acumulando malos tiempos. La recuperación económica pareciera un plan, al menos, a mediano plazo, pero en el proceso el equipo tiene que fichar nuevos futbolistas para ganar títulos. El problema es, hace unas temporadas y como se detalló anteriormente en el texto, no había mucho dinero para hacer grandes contrataciones. Laporta comprendió que si el equipo va bien en el campo irá bien en los números, y viceversa. 

Al terminar la pasada temporada –que fue más de colores grises que de claros–, la presidencia del equipo echó a andar el plan maestro, una serie de movimientos económicos que permitirían al Barcelona volver a apuntarse como gran protagonista del mercado. Sin embargo, son estrategias más que arriesgadas; hablemos de las famosas palancas. 

Las dos apuestas de Joan Laporta

Básicamente una palanca económica consiste en vender ingresos futuros para sanear la economía y reforzar al plantel.

«Lo que hace el Barcelona es vender parte de la herencia que ha ido acumulando con el paso de los años, refinanciar deuda y renunciar a ingresos en 25 años para tapar el agujero ahora y tener cash«. Explicó Iván Cabeza (profesor de economía deportiva en la universidad de Barcelona) para El Debate.

Sabemos que desde hace ya mucho tiempo los equipos de futbol dejaron de ser instituciones deportivas para convertirse en grandes empresas que por varios sectores generan millones de dólares. A grandes rasgos, los clubes no solo reciben dinero de la venta de entradas, también de patrocinios, derechos de imágen y mercancías.

En Barcelona ha activado dos palancas hasta el momento: la primera fue vender el 10% de los derechos televisivos del equipo a Sixth Street, una empresa norteamericana. Semanas después dejaron ir otro 15% a la misma empresa por un acuerdo a 25 años y 330 millones de euros. 

En resumen, la empresa Sixth Street compró el 25% de las ganancias de los derechos televisivos del Barcelona por los próximos 25 años, a cambio de abonar en este momento 330 mde, con los cuales el club ha podido fichar. 

Estrategias arriesgadas

Por otro lado, y si el club no logra completar algunas ventas de futbolistas como Samuel Umtiti, Frenkie de Jong y Memphis Depay; será activada la tercera palanca para así poder extender el tope salarial. 

Esta tercera opción solo se activará en caso de ser estrictamente necesaria, pues contempla vender parte de BLM (Barcelona Licensing & Merchandising), sociedad encargada de la comercialización de productos de la marca.  

En caso de que el equipo no sepa invertir asertivamente el dinero de las palancas y estas inversiones no se traduzcan en éxitos deportivos, recordemos que el Barcelona no percibirá un cuarto de la producción de los derechos televisivos por los próximos 25 años, lo cual se puede traducir en problemas económicos a largo plazo.

Por: Diego Albarrán

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