Sesenta y tantos años sin título, 67. Desde 50-51. Si lo falla seguiría eso, si lo mete, el Atlas sigue buscando la corona. Seis segundos después de que el perro Bermudez nos los advirtiera, el Jerry Estrada falló el penal. La sequía de títulos de la escuadra rojinegra sigue como en aquel 1999. Sin embargo, los tapatíos nunca han vuelto a ver tan de cerca la gloria como en esa ocasión. Esta jornada trece del Apertura 2018 enfrenta en el Jalisco a Veracruz y Atlas, dos equipos que actualmente militan en primera división y que llevan un largo tiempo sin poder repetir como campeones de liga de nuestro país.
Para muchos es conocido que el principal grupo de animación de los zorros, la Barra 51, lleva ese nombre precisamente como recordatorio del último año en que fueron campeones. Por su parte, fue solo un año atrás en 1950 que Veracruz ganó su más reciente título de liga. A lo largo del tiempo, ambos equipos han visto cómo el sueño de volver a levantar el trofeo de campeón empieza a juguetear con ser real, pero todo ha quedado en eso, en algo que no llega a ser.
Cómo olvidar el verano de 1999, en que el Atlas dirigido por La Volpe culminó la fase regular del torneo en la segunda posición con una cosecha de 34 puntos, solo superados por los 39 del Toluca, escuadra a la que se encontraría en la final.
Luego de 90 minutos de ida en el estadio Jalisco en los que Carlos María Morales sorprendió a los locales con gol tempranero al minuto dos; Cardozo celebró el segundo dando interminables vueltas al banderín de tiro de esquina; Edgar Andrade devolvió la esperanza al Atlas con un gol que nunca tocó la red; María Morales de media vuelta puso el tercero; Andrade encaró a Alfaro, tocó para Osorno, quien devolvió la pared, Andrade entró al área y de primera pasó a Castillo que también de primera definió, La Volpe aplaudió y repetía golazo una y otra vez con notable sencillez; finalmente un joven promesa de apellido Márquez se levantó y sentenció el agitado, emocionante, trepidante y explosive tres a tres.
Para la vuelta, la historia fue igual. Aficionados con manos sudadas y uñas mordidas, narradores que se quedaban sin aire, comentaristas que no habían terminado de hablar de un gol cuando ya estaba cayendo el del otro equipo, y un resultado final global de cinco a cinco, entregándonos 180 minutos de la que tal vez sea la mejor final en la historia de los torneos cortos. Para los penales, ya nos lo contó el perro y no hay más que decir.
Por su parte el tiburón no ha vuelto a jugar una final, de hecho su campeonato al igual que el de Atlas se dio cuando aún no se jugaban liguillas. En los noventa, el equipo jarocho alcanzó una semifinal, pero fue en en 2003 y 2004 que la fe se convirtió en expectativa.
Es probable que no haya perdurado en la memoria de todos los aficionados al futbol, como lo fue la final de Atlas, pero es seguro que los jarochos tampoco olvidan al Bofo Bautista.
En la ida de las semifinales del clausura 2003, el tiburón sacó una ventaja de uno por cero. Para la vuelta, Bautista igualó el global con un derechazo que reventó la red. Minutos más tarde el matador Hernández también metió un potente derechazo, pero ese no reventó más que al travesaño.
A pesar de los intentos de Veracruz por conseguir el gol que les diera el pase, de nueva cuenta el Bofo mandó el balón hasta el fondo de la portería, dejando a los escualos a la orilla, donde también se quedarían poco más de un año después en que terminaron la fase regular como líderes del torneo y que fueron eliminados por los Pumas de Hugo Sánchez, que semanas después conseguirían el bicampeonato. Los dos viejos sin corona saltan a la cancha, con décadas de ilusiones, nostalgia y sueños.
Por: Omar Sánchez