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Xolos de Tijuana

Su historia nació en domingo –como relata su página oficial-. Ya han pasado trece años desde que el equipo fronterizo vio el inicio de una historia que, a pesar de ser joven, ha cosechado importantes logros, pues consiguió rápidamente el ascenso al máximo circuito del futbol mexicano. Después, poco tardó para bordar su primera estrella.

Los Xolos de Tijuana se vieron obligados a pausar sus actividades debido a un fuerte brote de Covid-19, al dar positivo en 30 casos, donde 14 de los infectados son jugadores y los 16 restantes son parte del cuerpo técnico. Debido al contagio, el equipo tuvo que posponer tres juegos de la presente campaña. El primero de ellos contra Juárez. El segundo, defendiendo la perrera contra Pachuca y, el último, visitando Torreón, contra Santos. Así, se convirtieron en el equipo con mayor número de contagios dentro de la liga azteca. 

Xolos, en estos años, se convirtió en un equipo que se ha ido arraigando a una ciudad de más de 1,000 millones de habitantes. Cuando el Xolaje ascendió en 2011, únicamente tardaron un año para levantar su primer trofeo en la primera división; aquel título significó un logro importante para la ciudad de Tijuana, pues fue el primer campeonato para la ciudad en el balompié mexicano.

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A su vez, lograron participar en los torneos continentales más importantes a nivel de clubes: La Copa Libertadores y la CONCACAF Liga de Campeones. En ambos torneos, no tuvieron el éxito esperado, aunque casi logran una hazaña en la Libertadores para avanzar a semifinales.

La Jauría llegó para hacerle frente a los demás equipos del norte del país. Con grandes nombres -y otros no tanto, pero que rindieron extraordinariamente- el club fue tomando forma: Cirilo Saucedo, resguardando el arco; Pablo Aguilar, siendo una muralla defensiva y dándose a conocer en la Liga MX; Duvier Riascos y el Chango Moreno como los artilleros; Fernando Arce, Cristian Pellerano, Fidel Martínez, Joe Corona y Edgar Castillo complementaron la escuadra campeona. Todo ese gran equipo dirigido por Antonio el Turco Mohamed, ya con cuatro equipos respaldando su experiencia como entrenador.

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Los Xolos también han hecho un gran trabajo de escauteo en el balompié sudamericano. Dayro Moreno, Darío Benedetto, Guido Rodríguez y Avilés Hurtado, son algunos de los nombres -y de las mejores ventas– como producto de la detección de talento. También le han abierto la puerta a jugadores mexicanos que se han vuelto jugadores top en la Liga MX, como Henry Martin.

A lo largo de la década, de la mano de Grupo Caliente -propietario- y de Jorge Hank Inzunza -presidente-, los perros han generado y ganado identidad y respeto. Jugando como local, han hecho del Estadio Caliente una fortaleza temible, donde cuesta mucho trabajo sacar, por lo menos, un punto y donde han alargado grandes rachas sin perder.

Su identidad no solo se basa en sus resultados y en su estadio, sino también en la vestimenta en conjunto. Pocos clubes en el mundo tienen como lineamiento en su contrato el usar zapatillas de un solo color; Xolos compromete a sus jugadores a utilizar únicamente botines de color rojo, como color predominante.

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En el presente torneo, la escuadra vive un panorama sombrío. No han logrado sobresalir como lo hicieron en el Apertura 2016 y en el Clausura 2017, donde terminaron como líderes, esto aunado a los contagios. Pero, seguramente, pronto el equipo rojinegro volverá a relucir y a ser más que un equipo de media tabla, para bordar su segunda estrella: Xolos de Tijuana, el equipo de los botines rojos.

 

Por: Ángel Sánchez / @AngelSG_MX

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