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Brian Fernández

Si hay algo que nos ha enseñado el futbol es que el primer tiempo es el verdadero complemento, es la parte que adereza al segundo tiempo. Aunque en orden temporal aparece primero, ocupa un segundo sitio en prioridad narrativa. El desenlace resignifica los noventa minutos previos. ¿Cuántas veces la pelota no desemboca en las redes cuando el segundero ya amenazaba con dar el pitazo final? Sólo se puede ser categórico cuando el encuentro ha concluido, antes no. La segunda mitad es la definitiva. Eso lo sabe bien Brian Fernández.

Los inicios de Brian Fernández

Debutó en el Defensa y Justicia, de Argentina, donde tuvo un paso discreto durante su primera temporada. Para su segundo torneo consiguió mejores números, logrando hacer once goles durante el torneo. Uno de ellos fue responsable de que su club ascendiera a la primera división. Su primera anotación en el máximo circuito la hizo frente al Racing, club que terminó llevárselo.

Ya instalado en La Academia, desplegó buenas actuaciones, resaltando en la Copa Libertadores 2015, donde consiguió hacer tres anotaciones. Su debut en la Copa Argentina no sería menos brillante, con un doblete. Sin embargo, el éxito vino acompañado del consumo de sustancias ilegales: dio positivo a dos controles antidopaje. Rastros de coca lo alejarían de las canchas hasta principios del 2017.

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Es curioso que precisamente este desliz en su carrera -que pagó tan caro- fuera el primer paso de su vínculo con México. Su hermano había jugado un par de años en los Xolos de Tijuana, pero quien terminó por llevarlo a este estado fue su representante, Christian Bragarnik, quien tiene vínculos con el mismo cuadro.

Su rehabilitación fue una experiencia dura, según él mismo cuenta. Pasó más de medio año recluido, combatiendo su adicción. Si no poder salir y solamente tener derecho a una llamada al mes ya hacía de su estancia un proceso complicado, el hecho de que el lugar tuviera principalmente a estadounidenses, terminó por volver aquellos días todo un calvario: no podía comunicarse con ellos por un asunto del idioma.

La cuesta arriba

El ascenso del infierno no fue sencillo, pero logró limpiarse. Sólo le quedaba la ansiedad de volver a las canchas, de tener una revancha contra la pelota. Regresó al mismo Racing, tras casi año y medio de pausa, pero no logró hacerse de un sitio en la escuadra que entonces dirigía Diego Cocca. Fue cedido al Sarmiento de Junín, donde tuvo un mejor rendimiento, pero a pesar de esto no logró evitar que la escuadra verde terminara por descender.

Luego de terminar el período de cesión, regresó a Racing, que terminó por dejarlo ir al FC Metz, donde volvió a tocar fondo. Lo que pareció comenzar a convertirse en un carrera a la baja se reconfiguró con su llegada a la Unión La Calera, donde se convirtió inmediatamente en el referente del club, reencontrándose con el gol. Es precisamente esta buena racha la que terminó por traerlo de vuelta a México, el país en el que terminó por resucitar por segunda ocasión, pero ahora en términos deportivos.

Arribó a nuestro país, al Necaxa en junio del 2018 y tuvo unos números bastante discretos, ya que durante sus primeros quince encuentros, solamente logró encajar cuatro tantos. Pero la paciencia de los hidrorayos y la insistencia de Fernández para atacar la portería terminaron por darle frutos. Para este 2019 se convirtió en un referente absoluto no solamente de su equipo. La Liga MX lo ha visto convertirse en uno de los goleadores más letales del Clausura 2019. Cerró el Clausura 2019 con doce goles y dos asistencias. 

La recaída

Su estancia en México fue breve, debido a que su buen nivel no fue ignorado por otras ligas. Muy pronto los medios deportivos de nuestro país anunciaron que sus días en la Liga Mx estaban contados. Los Portland Timbers de la MLS lo ficharon al quedar encantados con el desempeño del argentino.

En la MLS tuvo un desempeño positivo que no hizo sino augurar un gran futuro. Pero los problemas del pasado retornaron y fue ingresado a una clínica de rehabilitación, de la que terminó por salir, generando que su contrato con los Portland Timbers llegaralal su fin. Sin embargo, ya remontó el embarcado una vez, lo que significa que puede volver a hacerlo. El último minuto también tiene sesenta segundos.

Por: Alberto Roman /@AlbertoRomanGar

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