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Raheem Sterling

Desde una perspectiva general, en México contamos con el privilegio de vivir nuestra pasión por el futbol gracias a las relaciones diplomáticas con el Reino Unido. Esto trajo como consecuencia que a finales del siglo XIX se establecieran comunidades británicas en México, cuya práctica del balompié permeó de tal manera en nuestra cultura que hoy es inconcebible sin este hermoso deporte.

Este texto aparece en la revista El Buen Toque.

Viéndolo de manera más particular, el fenómeno migratorio hoy genera polémica en la prensa deportiva cuando algún jugador con doble nacionalidad se pone la camiseta de Chivas; no importa lo que diga la ley cuando atentan contra la identidad de la mexicanísima institución, o al menos eso nos quieren vender cuando la creatividad escasea entre el debilitado periodismo deportivo que, en buena medida, ha cedido ante la tentación de escandalizar sin argumentos para probar las mieles de la popularidad.

Dicha polémica desaparece cuando, por ejemplo, Isaac Brizuela se convierte en uno de los pilares de las exitosas Chivas de Matías Almeyda; regresa la cordura y ya no es relevante que “el Conejito” haya nacido en San José, California; o en la actualidad Santiago Ormeño, oriundo de la Ciudad de México pero que representa a Perú en la selección.

Sin embargo dicha cordura es momentánea, porque en su momento llegó la fiebre mediática para que Brizuela llegara a la selección mexicana. 

Raheem Sterling, el impacto de la migración

Así como en México, la migración ha tenido impacto en todo el mundo y la cuna del fútbol no se podía quedar atrás. La selección de Los Tres Leones, como bien dijo Gareth Southgate, representó a la Inglaterra moderna con un plantel joven, del cual casi la mitad tiene ascendencia caribeña o africana y, de estos, solo Raheem Sterling (Kingston, Jamaica) nació fuera de la isla.

Este talentoso extremo, ahora portador de la camiseta 10 de los ingleses, fue centro de la polémica en el futbol británico y no por indisciplina, consumo de sustancias prohibidas o alguna publicación imprudente en sus redes sociales; es más, ni siquiera es un tema reciente.

Era 8 de diciembre de 2018 cuando Manchester City, con Raheem Sterling en la cancha, visitó a Chelsea con la misión de mantenerse invictos y sumar puntos que los mantuvieran en la cima de la tabla con el sorprendente Liverpool de Jürgen Klopp. Los de Pep Guardiola se fueron de Stamford Bridge sin puntos y con dos goles en contra, pero analizar cómo ganó la partida táctica Maurizio Sarri pasó a segundo plano ante los insultos racistas que los aficionados le regalaron a Raheem Sterling aquel día que seguramente quedará grabado en el jugador inglés.

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Más allá de que coincidiera con su cumpleaños número 24. Solo un día después, el nacido en Jamaica aprovechó para exhibir en sus redes sociales la labor de la prensa deportiva para fomentar el racismo al publicar los diferentes enfoques que dio The Daily Mail a la misma acción de dos de sus jóvenes compañeros en el Manchester City. El citado medio tituló respecto a Phil Foden: “Joven estrella de Manchester City compra nueva casa de £2 millones para su mami”; en contraste, para Tosin Adarabioyo, el encabezado fue: “Joven futbolista de Manchester City, ganando £25,000 a la semana, despilfarra £2.25 millones en una mansión aunque nunca ha iniciado un partido de Premier League”. Cabe mencionar que Adarabioyo también compró la casa para su madre y que es de ascendencia nigeriana.

Sin duda Raheem Sterling entendió muy bien lo que empezó a sufrir Tosin, pues lo ha vivido en carne propia desde hace cuatro años, cuando pidió un aumento salarial, tras ganar el trofeo Golden Boy al mejor jugador joven en Europa, y el diario The Telegraph calificó de “codicioso” lo que a la mayoría le parecería lógico.

Basta darse un clavado en Google para tener claro que son muchas las notas tendenciosas con Raheem Sterling como protagonista, incluidas la de The Sun, que califica de “obsceno” comprar un lujoso lavabo a su madre y una más alarmante de, nuevamente, The Daily Mail por el tono amenazante previo a la Copa del Mundo que decía: “El único modo de escapar de la tormenta es inspirar a Inglaterra para la Copa del Mundo en Rusia”.

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Guardando las proporciones, suena muy similar a los mexico-americanos con Chivas, ¿cierto? Pareciera que la regla en el futbol es que el que se siente agraviado en sus creencias, eliminará la etiqueta de ofensor siempre y cuando reciba un beneficio deportivo de este. ¿Qué importa si como aficionado del Inter de Milán lanzo insultos racistas al senegalés Koulibaly para después alabar a Keita Beldé, también de Senegal, que hizo el gol con el que ganó mi equipo?

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En ese panorama de periodismo deportivo mutando a prensa rosa y una sociedad que se niega a evolucionar ante el fenómeno innegable y en constante crecimiento de la migración, es de aplaudir que Raheem Sterling dé un paso al frente para luchar contra esa inercia y que lo haga con el respaldo de Nike, que como con Kaepernick en el futbol americano, lanzó una campaña con Raheem y la frase: “Alzar la voz no hace más fácil tu vida. Pero lo fácil nunca cambió nada”. Esa misma frase que Sterling le hizo llegar a un niño, aficionado del Manchester City, víctima de abuso racial. Club, patrocinador y jugador vieron en el momento y lugar adecuado.

El caso de Sterling tiene alrededor de 3 años, pero compañeros de su propia selección, la misma que se medirá ante Francia en los octavos de final de Qatar 2022, también sufrieron de insultos racistas vistiendo la camiseta de Inglaterra. Rashford, Saka, Sancho fallaron sus penales para la final de la Euro 2020 y pareciera que en ese momento dejaron de ser tan ingleses como sus compañeros.

Se dice que en el futbol el primer paso para proyectar tu imagen pública es gestionarla correctamente para evolucionar hasta crear tu propia marca, cuidando desde el inicio ser socialmente responsable. Sin embargo, no hay nada escrito y nos podemos llevar gratas sorpresas como la que nos da Raheem Sterling al dejar de lado el ego de las fotografías en el día a día en su comunicación para asumirse como voz de causas sociales.

Ángel Palma

Por: Ángel Palma / @angelpalma1 

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