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Desarraigo

El irle a un equipo de futbol en muchas ocasiones es parte de una tradición familiar. Creces mirando esos partidos, identificándote con esos colores y esa ciudad, apasionándote por la historia y comprendiendo el significado de ese club. Sin embargo, el futbol mexicano es un mercantilismo de pasiones donde dueños y directivos siempre buscan ganar, sin importar que la afición pueda perder.

Los dueños del futbol no ven la esencia de un equipo para algo más que solo mercadotecnia y una oportunidad para aprovecharse de sentimentalismos que pueden producir dinero. El balón como impulso de negocios, negocios como impulso de cambio de sedes, y es que, aunque un equipo «conserve» el mismo nombre, deja de pertenecer a los aficionados, ya no existe más. El desarraigo como tradición.

Te contamos algunos casos en que equipos del futbol mexicano cambiaron de sede, o simplemente dejaron de existir para dar paso a una nueva «historia»:

Monarcas Morelia

Fue el 21 de noviembre de 1924 cuando por vez primera el futbol pisó fuerte en Morelia. Un club conocido como Oro hizo su aparición. Sería en 1999 cuando su nombre cambiaría al que conocemos hoy día: Monarcas Morelia.

A parir de una reestructuración, Monarcas Morelia se reinventó y comenzó a despuntar en el torneo nacional, tomando un protagonismo que años atrás hubiera resultado impensable. Materializaron esto con: 1 campeonato de la Primera División en el Invierno del 2000 y 1 Copa MX en el Apertura 2013.

Su futbol llenó de buen trato al balón, en el que el ataque incesante y desdobles vertiginosos se convirtieron en el sello que representó al equipo. La monarquía que conquistó el futbol.

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Tras 96 años de historia, su tradición sufrió un revés. Este 2 de junio 2020, se anunció de manera oficial que el equipo inició trámites para cambiar de sede a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa. ¿La idea? Grupo Salinas busca desarrollar un proyecto a largo plazo que vaya en armonía con el desarrollo de la nueva sede. Los dueños se olvidaron de los suyos.

https://twitter.com/FuerzaMonarca/status/1267863548455157764?s=20

Jaguares de Chiapas

El club chiapaneco no fue fundado hace tantos años como otros equipos, fue en el 2002 cuando se le conoció. Sin embargo, los jugadores que transitaron entre sus filas como: Salvador Cabañas; Lucio Filomeno; Oribe Peralta; Sebastiao Pereira y más reciente Jackson Martínez, sumado a un juego en que el ataque se tomó como filosofía natural, propiciaron que enfrentarse a este equipo y, sobre todo hacerlo en Tuxtla, fuera una épica.

Partidos de vértigo en el que no buscaban otro fin que ganar se convirtió en parte fundamental de la táctica de este equipo. Sería precisamente el torneo del Clausura 2004 donde lograron posicionarse y consolidarse como un equipo de cuidado, pues en dicho certamen consiguieron hilar 17 partidos sin derrota alguna. Sumando un total de 42 puntos de 57 posibles (12 victorias, 6 empates y una sola derrota).

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Su transitar en el baompié nacional se fue fortaleciendo e hicieron de su estadio, el Víctor Manuel Reyna, una sede de temer para aquellos que que les visitaban. Torneos llenos de constancia que, desafortunadamente, nunca pudieron consolidar con algún trofeo. Aunque la tradición futbolística fue una consecuencia positiva.

En 2013, el equipo fue vendido a Grupo Delfines y el dueño Amado Yáñez, anunció que el cuadro chiapaneco dejaría de existir y se trasladaría a Querétaro -institución que decsendió ese año-. En ese mismo año, en una junta de dueños, se declaró que tanto la franquicia del equipo San Luis como la de Reboceros de La Piedad -cuadro que ascendió en ese 2013-, comprarían «la identidad» de Jaguares, así que en cierta manera no desaparecerían.

Fue en la temporada 2017-18 cuando el equipo de jugaba en Chiapas no logró permanecer en el máximo circuito del balompié nacional. Terminó por descender.

 

Por Redacción

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