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Copa GNP

Este 3 de julio de 2020 será considerado como un día histórico: después de 110 días de ausencia, el balón volverá a rodar en México; será un momento trascendental para la historia del futbol nacional. Sabemos que en naciones como Bielorrusia o Nicaragua nunca detuvieron actividades, sin embargo, aquí no lo había hecho, pero este día vuelve el futbol a México; ya sea por curiosidad, por diversión o por urgencia, el futbol cumplirá su misión originaria: hacer menos pesada la vida cotidiana.

¿Y cómo vuelve? Con un torneo amistoso, la Copa GNP presentará a ocho equipos, mismo que estarán repartidos en dos grupos. En el A estarán América, Pumas, Cruz Azul y Toluca, quienes jugarán en el estadio Olímpico Universitario, mientras que Atlas, Chivas, Tigres y Mazatlán FC formarán el B, y se medirán en el estadio Akron.

El último partido de la liga mexicana se disputó el 15 de marzo entre el América y el Cruz Azul (0-1). Realmente nadie podía pronosticar a ciencia cierta lo que ocurriría después; llevamos más de tres meses de muertes, de enfermedad, de encierro, de incertidumbre, de frustración, de angustia, de enojo (querido lector/a, agregue aquí todas las emociones que ha experimentado durante la pandemia, todas y cada una son igualmente válidas), y no vemos para cuándo esto volverá a ser como antes.

Aceptémoslo: al menos por algunos años, nada volverá a ser igual, ni en la vida ni el futbol. Asistiremos como espectadores a una clase (¡también a través de la pantalla!) sobre comportamiento social; literalmente seremos testigos de cómo las prácticas colectivas se modificarán y a qué rarezas de la convivencia nos tendremos que acostumbrar. No habrá afición presencial en los estadios pues los encuentros se llevarán a cabo a puerta cerrada; previo a iniciar el encuentro, los futbolistas mantendrán distancia de metro y medio en el túnel y saltarán al campo de manera individual; veremos a los suplentes usar mascarillas y dejar un asiento entre ellos; no habrá saludos ni fotos ni festejos entre los jugadores…

Cuando caiga el primer gol entre el Tigres y Mazatlán saltarán las alarmas. ¿Seguirán los futbolistas el protocolo o están tan acostumbrados a los abrazos grupales que olvidarán las reglas? Cabrá la pregunta en todo espectador: ¿es eso realmente futbol? Quizá la respuesta más acertada -aunque no la más deseada- podría ser: es lo que hay. En pocas palabras, será el primer paso para normalizar lo que sabemos que debemos aceptar y llevamos meses negándolo. La “nueva normalidad” llegó para quedarse.

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El panorama no es sencillo y esta decisión no se tomó a la ligera. Hasta el 15 de mayo se confirman más de 10,8 millones de personas infectadas con el coronavirus en todo el mundo, y más de 522 mil defunciones. Solo en Alemania se han dado más de 47 mil casos confirmados con COVID19, y alrededor de 6 mil muertes.

Ante un declive de los casos, se declaró que el futbol puede entrar en los planes de relajación de las medidas de confinamiento, siempre y cuando, una vez por semana así como previo a cada encuentro, los jugadores se sometan a tests médicos para descartar su contagio. Mientras que en países como Francia, Bélgica u Holanda se decidió dar por terminadas las competiciones, la Bundesliga regresó con 9 fechas pendientes.

Sentimientos encontrados: ¿es responsable que el futbol vuelva?

Mientras escribo esto me debato entre dos ideas aparentemente antagónicas. Por un lado reconozco que urge volver; urge que se reanuden las cadenas de producción, urge que la economía se reactive al menos de forma paulatina. También urge que haya futbol y que los sábados por la mañana tengan algo de sentido. Es evidente que cualquier persona que disfrute medianamente del juego, que mañana se enfrenten equipos que en su vida había visto por televisión le traerá alegría y esperanza.

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Por otro lado, es imposible no ver la fragilidad de las supuestas medidas para evitar la propagación de la enfermedad. Dado el carácter exponencial del virus, las garantías para que los jugadores, prensa, equipos directivos y médicos, entre otros, se contagien, son realmente mínimas. ¿No aprendió nada la industria del futbol con la pandemia y vuelve a percibirse a sí misma como intocable?

Aceptemos que también es una cuestión de percepción general, casi inevitable: si Alemania considera prudente volver al futbol, es porque sabe lo que hace y porque tomó las medidas de precaución necesarias. Pregunto: En México se ha decidido reanudar el futbol acompañado, aparentemente, de todas las medidas suficientes para evitar contagio, pero ¿no hay un dejo de escepticismo casi natural en nosotros? Desde mi trinchera, la decisión parece precipitada; ojalá no salga el tiro por la culata, sin embargo, me encuentro en una paradoja: me será imposible no disfrutar -quizá como nunca en mi vida- el futbol mexicano.

 

Por: Redacción

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Comentarios (1)

no puedo más que pensar y seguir pensando si ¿Es correcto que el fútbol regresara? Correcto creo que sí, necesario,o dudo. ¿Las medidas de prevención están bien? Bueno… De qué sirve tanto distanciamiento social previo al juego, si al final el ⚽ es un deporte de contacto. ¿Me causa sentimientos encontrados? Puedo decirte que, me ha emocionado más el inicio de este torneo molero de pretemporada, que el regreso de la bundesliga o la premier ‍♂️ al fin y al cabo es mi liga, son los equipos que veía desde niño, con todo lo malo que puedas tener la Liga MX, bienvenida sea de regreso.

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