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Abédi Pelé

Cuando escucho una narración de las calles de Ghana sobre la década de 1960, lo primero que me llega a la mente son aquellos relatos extraordinarios de Ryszard Kapuscinski en su aventura por el continente negro… pero esta historia se trata de Abédi Pelé. Un genio del mediocampo que iluminó Accra con su extraordinario talento y pronto tuvo que emigrar a suelo europeo donde la etiqueta de estrella le fue otorgada gracias a sus apariciones magistrales.

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Abédi

El año de 1964 significaba época de elecciones en la Costa de Oro británica y al mismo tiempo el nacimiento de uno de los jugadores más virtuosos de Ghana y del orbe: Abédi Ayew. Fue tan impresionante su desempeño en el campo que pronto se ganó el mote de el Pelé africano. Cuando Kwame Nkrumah lideraba a su nación rumbo a la independencia, Abédi daba sus primeros destellos de crack. Primero ganó la Copa Africana de Naciones en 1982 a los 17 años, y después -a la misma edad- partió rumbo a Catar donde se coronó campeón de Copa con el Al Sadd.

Cuando cumplió 22 años emigró a la liga francesa donde brilló con el Olympique de Marsella. La cúspide de su futbol le permitió conquistar la Champions League en la temporada de 1993 -el primer campeonato europeo del club-, derrotando a un poderoso Milán. El único gol del partido lo marcó el ghanés que desde 1991 hasta esa fecha, había sido galardonado con la presea de mejor jugador del continente africano.

Su paso por el futbol europeo incluyó la liga en Suiza, Italia, Alemania y su retiro en Los Emiratos Árabes Unidos con el Al Ain. Previo a la llegada de Asamoah Gyan, Ayew ostentaba el récord goleador de su selección, con 33 dianas. Superó a la leyenda camerunés Roger Milla con más apariciones en finales de la Copa Africana de Naciones, a pesar de que colgó los botines a los 35 años.

Actualmente Abédi dirige a un club de divisiones inferiores, el Nania F.C. y fue acusado en un escándalo de sobornos, pero permanece como embajador de la FIFA. Inició ayudando a su madre vendiendo carbón y es famoso ahora por ser un filántropo en la tierra que le vio nacer.

Padre orgulloso de tres chicos, ha tenido la oportunidad de verlos debutar con el Olympique de Marsella y cumplir una cuenta pendiente que él no alcanzó: Ibrahim y André jugaron el Mundial de Sudáfrica 2010, mientras que Jordan compartió vestidor con André en Brasil 2014. Aunque en ocasiones parece trillada la frase, podemos comprobar que…

De una u otra manera, el futbol siempre da revanchas.

 

Por: Redacción

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