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Para muchos la vida de los futbolistas parece estar resuelta en el momento que saltan a una cancha profesional, pero esa idea es errónea, pues llegar a un equipo profesional y debutar no asegura el futuro de quienes se dedican a ese hermoso deporte llamado futbol.

El profesionalismo en el futbol es tan solo una etapa que se esfuma con el pasar de los años, por esa razón una de las mejores decisiones que pueden tomar los futbolistas es convertirse en empresarios, mientras que algunos desgraciadamente no piensan en una vida después de la cancha.

¿Pero qué negocios tienen los futbolistas? Muchos de ellos se dedican a diversificar sus inversiones, por ejemplo, utilizan su renombre para aliarse con marcas comerciales de tenis. Podemos destacar los casos de Messi, Cristiano Ronaldo y Ronaldinho, quienes a través de sus tenis crearon marcas comerciales lo suficientemente grandes.

Otro giro al que los futbolistas acuden constantemente es el de la comida, casos como el del Jorge Campos con sus franquicias de comida rápida en México, o en el plano internacional, tenemos ejemplos como el de Dani Alves con su restaurante en Barcelona o Pupi Zanetti y “El Gaucho”, un espacio altamente futbolero en Milán.

Por otro lado, están quienes recurren a diversos giros empresariales, como balnearios —en el caso de Buffon—, empresas de videojuegos como la que encabeza Gerard Piqué, e incluso en plataformas digitales, por ejemplo Mikz, en la que Zlatan Ibrahimovic es inversor, y por último los viñedos de Iniesta o de Pirlo.

Ahora bien, en toda esta larga lista podemos señalar que los futbolistas han pensado en una vida después del futbol, sin embargo, parecen decisiones más personales que funcionales. ¿Acaso está es la única fórmula? Mathieu Flamini podría responder que no, pues sorprendentemente el francés cuenta con una empresa de mayor trascendencia tanto económica como tecnológica.

GFBiochemichals es el nombre de la empresa que el futbolista y Pasquale Granata fundaron, la cual se ha posicionado como una de las más importantes en el terreno del desarrollo de nuevos combustibles. Flamini cuenta que la idea de invertir en este campo surgió de la preocupación por el cambio climático, lo que lo llevo a invertir en el trabajo que realizaban ingenieros en Italia.

El ácido levulínico es el producto en el cual Flamini ha puesto su interés, este químico puede ser una de las opciones del futuro en el terreno de los combustibles o de la elaboración de productos de uso doméstico. De acuerdo con la investigación de GFBiochemichals, el ácido levulínico puede sustituir el uso del petróleo en la elaboración de elementos del día a día, incluyendo su uso como combustible.

El futbolista mantuvo en secreto su giro comercial durante mucho tiempo, sin embargo, ahora su empresa es una de las más reconocidas en el sector. El trabajo de los ingenieros y la inversión de Mathieu Flamini sin duda podrá dejarles ganancias elevadas, al mismo tiempo que ayudaría a subsanar la dependencia de un combustible que ha generado guerras y que algún día se agotará. El caso del futbolista galo nos demuestra que la utilidad de una empresa no es solamente personal, sino que puede ayudar a la sociedad.

Por José Macuil García.

 

 

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