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Rayo Vallecano Femenino

Las jugadoras del Rayo Vallecano Femenino de la Liga Iberdrola detuvieron sus entrenamientos la semana pasada como protesta antes de iniciar su pretemporada, pues no había un contrato que las relacionara legalmente con el club ni estar dadas de alta en la Seguridad Social ni percibir un sueldo. Ante la suspensión de actividades de sus jugadoras, el apoyo de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la presión mediática, el club firmó sus documentos el viernes 20 de agosto.

Sus prácticas iniciaron el segundo día de este mes, a semanas de que arranque la temporada 2021-22 de la Primera División Española, pero las futbolistas no contaban con un escrito que formalizara su estadía en el equipo madrileño, ni un apoyo económico y bajo la incertidumbre de que en caso de lesión, la institución no las había registrado aún en el seguro social como parte de los derechos que poseen como trabajadoras.

Es por ello que las jugadoras decidieron expresar su inconformidad por esta situación que el equipo varonil no atravesó previo al inicio de LaLiga, alegando a un trato diferente que a sus similares de la Primera División. A través de la AFE se pronunciaron al respecto, señalando que llevaban dos semanas sin contrato, tanto las futbolistas como el cuerpo técnico y que los nuevos refuerzos tampoco habían sido anunciado pese a iniciar sus entrenamientos.

No es la primera muestra de discriminación

Sin embargo, no es una cuestión aislada del conjunto, recordando que el año pasado las futbolistas difundieron en redes que tampoco mantenían una dieta correspondiente a su actividad de alto rendimiento al comer una torta de jamón rumbo a su partido contra el Levante. Esto pese a que el Rayo Vallecano había hecho hincapié en su preocupación por su plantilla y por eso iniciaron la campaña 2020-21 dos semanas después, porque no había un protocolo de COVID-19 en la liga que procurara su integridad.

Las deportistas publicaron un comunicado con el que se apegaron a la asociación de futbolistas para apelar a sus derechos como trabajadoras, en donde puntualizaron los acuerdos a los que llegaron con esta. En estos destacan que interpusieron una denuncia en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) por no estar dadas de alta en la Seguridad Social.

En esta denuncia agregaron el acto discriminatorio que sufrieron como equipo femenino con respecto a sus similares varones, “en relación a sus condiciones laborales en aplicación de la legislación vigente, apelando al Real Decreto 901/2020”, sobre la igualdad de condiciones de trabajo.

El apoyo de la Asociación de Futbolistas Españoles

El jueves 19 de agosto se convocó una conferencia de prensa donde asistieron militantes del Rayo Vallecano Femenino, David Aganzo, presidente de la AFE, María José López, directora de la asesoría jurídica y otros personajes. En el evento el titular de la asociación fue tajante al señalar:

“Son profesionales, se dedican plenamente al futbol y son trabajadoras. No podemos entender la gestión del Rayo, la situación es insostenible y viene de años atrás”.

Asimismo, reiteró su apoyo como sindicato a favor de sus derechos como trabajadoras y comentó que el club no se había puesto en contacto con ellos hasta ese entonces. Por su parte, Pilar García, capitana del cuadro vallecano, declaró su impresión sobre el conflicto:

“Hemos entrenado sin contrato laboral y queremos como cualquier trabajador tener ese contrato. […] Pensamos que este año sería distinto y que tendríamos las condiciones laborales y nuestra alta en la seguridad social y no ha sido así. Pedimos las mismas al igual que el resto de jugadoras de Primera División”, expresó la futbolista.

Al mismo tiempo, García destacó la opinión de sus demás compañeras con el trato de la directiva de Madrid: «Nos sentimos maltratadas al no tener las mismas condiciones que el equipo masculino. Queremos unos derechos y condiciones mínimas para poder realizar el mismo trabajo». 

Las peñas de animación de clubes femeniles como “Rayistas por Catalunya”“Pioneras blancas” del Real Madrid, “Totes unides fem força” del Barcelona, entre otras, también desplegaron un comunicado:

“En este camino al futbol profesional nos encontramos todavía ante estas situaciones […] Las jugadoras y cuerpo técnico del Rayo Vallecano lleva sufriendo esta situación durante muchas temporadas, por eso todos, todas y todes las personas que amamos el futbol femenil queremos apoyar y alzar la voz por ellas”.

¿Qué respondió el club?

Después de que las jugadoras de la plantilla se negaran a regresar a actividades hasta que se firmaran los nuevos contratos, según fuentes del club comunicaron a Marca que en primera instancia estaban tranquilos a pesar del problema. Además enfatizaron que las futbolistas habían iniciado la pretemporada voluntariamente puesto que nadie las obligó y que la firma de los papeles serían según su margen presupuestal debido a que la Liga Iberdrola aún no es profesional.

El sábado 21 publicaron un escrito en el que constaban que los contratos ya los habían firmado después de las negociaciones y que habían sido dadas de alta en la Seguridad Social, resaltando que nunca han practicado un trato discriminatorio en contra de sus jugadoras. 

Además señalizaron puntos como que la “indeseable polémica”, surgió un nuevo tema: que no habían querido ceder a “ningún tipo de presión para celebrar unos contratos que les querían imponer sin negociación”, “los cuales suponían unos incrementos en la media de retribuciones por encima del 35%”, con respecto a la temporada pasada.

“Mientras todos los ingresos”, continuaron, “tanto de televisión, como de espónsores, como de aportaciones de los distintos organismos se han visto drásticamente reducidos para esta temporada que va a comenzar debido a la aún no profesionalización de la Liga Femenina”, justificaron. “Todo ello pese al anuncio del pasado 25 de marzo, hecho por la anterior presidenta del CSD, de que para esta temporada la Primera División Femenina sería profesional”, declararon en el texto.

Señalizaron que los contratos se dispusieron de sus propios fondos como club, esto para “no mermar las expectativas generadas en varias jugadoras por la drástica falta de ingresos generada ante la incomprensible situación de que todavía no esté aprobada la liga profesional”.

“El RVM quiere manifestar, ante las distintas insinuaciones que ha habido, que su voluntad ha sido intentar ajustar el presupuesto de ingresos y gastos de la división de fútbol femenino para que esta sea sostenible y no sostenida. Esta posición no es fruto de un capricho sino un ejercicio de responsabilidad”, sentenciaron en su comunicado.

La “resolución” del caso

Al final la institución firmó los contratos que establecen que las futbolistas son trabajadoras del club Rayo Vallecano Femenino. Pocos días después se publicaron en sus cuentas oficiales los fichajes de la futbolista Yohana Gómez, ex del Real Madrid, María Bores, ex del Sevilla, Laia Ballesté, del Logroño, Carla Bautista y María Ángeles Carrión ‘Leles’ del Valencia, y Paula Sancho, del Albacete. 

A pesar de que no hubo un anuncio de su salida, la jugadora argentina y dos veces mundialista con su selección, Ruth Bravo, llegó a las Tuzas del Pachuca de la Liga MX después de militar en la institución española. Mientras que la temporada 2021-2022 de la Liga Iberdrola iniciará el próximo 4 de septiembre y 5 para el conjunto de Vallecas, donde visitarán al Atlético de Madrid en la primera jornada.

 

Escuchar: El futbol femenino llegó para quedarse, con Inés Sánchez – Historias del Llano

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Por: Samantha González Silva / @ssmanthaglez

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