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Salvador Carmona

Corría el año de 2005, el Cruz Azul en busca de reforzar su plantel abrió la cartera, y a pedido expreso de Rubén Omar Romano, firmaron a Salvador Carmona, proveniente del Guadalajara. En Chava encontraron al mejor lateral mexicano del momento, dueño de la pradera derecha de la selección comandada por Ricardo La Volpe. Lo que no sabía Carmona y la Máquina fue que aquella firma sería el fin de su carrera. 

El nacimiento de un choricero 

Desde muy chico, Salvador Carmona inició su proceso de fuerzas básicas con el Toluca, equipo que en la temporada 1994-1995 lo hizo debutar. Con el tiempo se convirtió en ídolo de los Choriceros, como ese gran lateral con proyección ofensiva, velocidad e impecable marcaje del rival. Tal fue el caso que se convirtió en pieza fundamental para llevar los tres títulos de liga a finales de los noventas (Verano 1998, 1999 y 2000) al Nemesio Diez

Como toda historia de amor, la de Toluca y Chava llegó a su fin en 2000 cuando el lateral mexicano fue transferido al Atlante, donde no pudo mantener el mismo nivel que tenía con los Diablos, por esta razón regresó a casa en 2000 para ganar otra Liga. 

El Rebaño Sagrado se interesó en sus servicios y lo adquirió en 2004 a cambio de 2.5 millones de dólares. Sin embargo, no mostró el nivel que se esperaba de él y apenas un año después salió rumbo a Cruz Azul

Esperanza Celeste 

Llegó a la Noria como un fichaje bomba en busca de romper la sequía de Cruz Azul, la cual para ese entonces tenía una longevidad de casi una década. Chava despertó las esperanzas celestes. Era un lateral totalmente consagrado en el balompié azteca: dos veces mundialista (1998 y 2002), sumó cuatro participaciones en Copa Confederaciones (1997-2005, y en la de 1999, fue fundamental para coronarse en casa), tres en Copa América (1997-2004) y tres veces campeón de la Copa Oro. 

Con Cruz Azul hizo un primer Clausura 2005 bastante bueno, donde jugó 18 partidos y la Máquina apuntaba bien para el siguiente torneo, pero antes, en el verano la selección nacional comandada por Ricardo Antonio La Volpe tenía que viajar a Alemania para jugar la Copa Confederaciones, misma a la que Carmona fue convocado. 

El día que cambió todo 

El primer juego de el Tricolor fue frente a Japón, con un gol de Sinha y otro más de Francisco Fonseca, México derrotó a los asiáticos. La segunda jornada se encargó de emparejarnos con Brasil. La Selección Azteca consiguió la victoria por la mínima con un gol de Jared Borgetti al minuto sesenta. 

Todo era alegría dentro del combinado nacional, pues se había derrotado a Brasil con un futbol bastante vistoso y de gran funcionamiento colectivo. La idea La Volpe ya se hacía presente en la manera y en él cómo jugaba México; algo pocas veces visto en el combinado. 

A las pocas horas el fervor de la victoria se dio una noticia: Salvador Carmona y Aarón Galindo fueron separados del plantel y obligados a regresar a México. Los medios de comunicación no tardaron en generar hipótesis, ¿indisciplinas?, ¿fiestas?; pero la realidad era mucho más dura que la ficción.

Una sanción para la historia 

Días después se dio a conocer la supuesta verdad. Ambos jugadores estaban bajo la influencia de sustancias prohibidas, en este caso consumieron norandrosterona: un esteroide androgénico que favorece la síntesis de proteína y desarrollo muscular. En los deportistas esta sustancia incrementa la fuerza, la velocidad y la agresividad. Y claramente está prohibida por la FIFA. Ambos futbolistas perdieron toda posibilidad de asistir a Alemania 2006. 

«También hay una detección muy específica con una de las técnicas más exactas que es la espectrometría de masas, que detecta la huella que deja esa sustancia cuando se elimina», expone Cecilia Rodríguez, directora del Laboratorio Central Antidopaje, del Centro Superior de Deportes (CSD)

Debido a lo anterior, Salvador Carmona fue suspendido un año de cualquier actividad FIFA. Por si fuera poco, a la mitad de la sanción y para ser más específicos el 31 de enero de 2006, se le realizó otra prueba en función de comprobar que el futbolista no haya vuelto a ingerir la sustancia prohibida, y el resultado fue decepcionante: la prueba arrojó positivo a estanozolol

Falsas esperanzas 

Ante aquella discordia, el futbolista decidió apelar ante el TAS (Tribunal Arbitral del Deporte). Pese a esto, aún logró jugar dos torneos después de la sanción con el Cruz Azul. Corría el Clausura 2007, la Máquina logró instalarse en semifinales ante el Pachuca, al tiempo en que el TAS daba a conocer la sanción: suspensión de por vida

La mañana antes del juego, el club presentó un amparo judicial que tramitó la directiva ante las leyes mexicanas, y aún conociendo la situación del lateral celeste, Isaac Mizrahi decidió alinearlo frente a los Tuzos. Lo cual no ayudó de mucho, pues los Cementeros acabaron goleados en casa 3-1. 

Acabado el partido, ya no había vuelta atrás: Salvador Carmona era vetado definitivamente del futbol profesional y la Federación Mexicana de Futbol castigó al Cruz Azul por alineación indebida con un partido de suspensión, lo cual significaba la imposibilidad de jugar el partido de vuelta, y por consecuencia la eliminación inmediata del certamen. 

“Se aplica al Club Cruz Azul una sanción consistente en un partido de suspensión con efectos inmediatos a partir de la presente resolución, y en tal virtud dicho club no podrá celebrar el partido correspondiente a la Fase Final del Torneo de Clausura 2007 en contra del Club Pachuca programado para el próximo 20 de Mayo; en consecuencia, queda eliminado de la Fase Final del Torneo de Clausura 2007”, señaló De María, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol.

¿Un chivo expiatorio? 

Con su carrera acabada, presentó una demanda por daño moral y prejuicios contra la Federación Mexicana de Futbol, la exigía que se declarase ilegal el actuar de la misma en referencia a su suspensión. El Tribunal de Justicia del Distrito Federal absolvió de los cargos a la FEMEXFUT en 2009. 

Sin duda un caso que deja más dudas que respuestas, algunos testigos apuntan que el consumo de las sustancias fueron recomendados por el cuerpo médico del Cruz Azul, pero a la fecha no se ha declarado una versión oficial. Salvador Carmona, lo que pudo y no fue, el gran pecado de Cruz Azul. 

 

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Por: Diego Albarrán / @diego_cuba08

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